
Para cualquier con un mínimo de sensibilidad es muy doloroso ver el estado deplorable en que la sequía ha dejado grandes extensiones de tierra. Quien se detenga a observar la hierba amarillenta, la poca sombra en los potreros que parecen desiertos, los cultivos pidiendo agua a gritos y el esfuerzo de los animales por sobrevivir, de seguro se sentirá sobrecogido.
Y qué decir de las comunidades que, como alternativa de agua potable tienen el abasto en pipas. Allí, hasta los niños colaboran con pequeños envases pero todos tienen un objetivo, almacenar la mayor cantidad posible del líquido, hasta el próximo ciclo de distribución. Sumémosle a eso, los ingentes esfuerzos del Estado, que invierte incontables recursos para llevar este componente vital de la vida a cada rincón de la geografía cubana.
Sin dudas, este fenómeno meteorológico mantiene a todos en vilo, pero, mientras unos se desgastan en la búsqueda de soluciones, mientras van apareciendo las alternativas, muchas veces paliativas solo a corto plazo, otros se dan el lujo de derrochar, como si eso no fuera, en estos tiempos, prácticamente un crimen.
La mayoría de las ciudades del país se ha visto en la necesidad de reorganizar los horarios y días de distribución a través de las redes hidráulicas, para racionalizar al máximo el contenido de deprimidos embalses, que se agotan inevitablemente ante los ojos de todos. Sin embargo, quien recorra una de nuestras urbes en esos días destinados a brindar el servicio, de seguro quedará alarmado.
Calles y patios prácticamente inundados, son la consecuencia de una creciente despreocupación. Cisternas y tanques, una vez llenos, y sin la rápida supervisión de sus dueños, comienzan a desbordarse a mansalva, chorreando sin piedad uno de los tesoros más valiosos para el ser humano. Cientos de transeúntes pasan con cuidado para no mojarse, los automóviles buscan las orillas, pero el problema pasa desapercibido.
En materia de derroche he visto de todo: mangueras regando jardines durante horas, llaves abiertas sin que alguien se digne a cerrarlas o rústicas soluciones para «detener» algún salidero. Lo peor del caso es que, en esta, como en otras problemáticas sociales, la impunidad parece ser la reina.
Cuando hablamos de ahorro de agua, de inmediato nos apresuramos a culpar a las autoridades de acueducto o recursos hidráulicos, por la cantidad de salideros o reparaciones sin calidad. No digo que no exista en ello un alto por ciento de culpa, pero es válido señalar que la lucha contra la pérdida de agua por estas vías, es hoy una línea priorizada en el país respecto a la cual se ha hecho mucho.
Sin embargo, pocas veces en este tipo de diálogos populares he escuchado que alguien reconozca que, como pueblo, también nos toca una gran parte de responsabilidad. Quisiera saber, más allá de multas u otros instrumentos legales, cuya aplicación, vale decirlo, es aún insuficiente, ¿cuántos llamados de atención se les hacen a los inconscientes por parte de los vecinos, de los factores comunitarios? Me atrevería a decir que muy pocos.
En materia de agua se pone de manifiesto ese refrán popular de que «nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde». Trasladando su moraleja a este tema, solo nos percatamos de cuán imprescindible es el agua, cuando al abrir una llave solo escuchamos el ronquido de una tubería vacía. Aun así, nos falta la visión para comprender que una gota que perdamos hoy, puede significar una terrible añoranza en un mañana no muy lejano.
Tomémonos un minuto para reflexionar sobre este particular. No olvidemos nunca que la ciencia puede inyectar nubes, desalinizar el agua del mar y otro sinfín de medidas pero, contra el poder ilimitado de la naturaleza, nada podemos hacer. El enfrentamiento a la sequía necesita algo más que planes de contingencia, puestos de mando o balances de agua. Esta batalla necesita conciencia, y si esa también se seca, entonces, podemos darla por perdida.


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Ángel Parra dijo:
1
14 de abril de 2017
15:22:57
Angel Marcelo Ortega Fajardo dijo:
2
14 de abril de 2017
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Maikel Leyva dijo:
3
16 de abril de 2017
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ANGEL dijo:
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17 de abril de 2017
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Arquero dijo:
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Almeyda el Camagueyano. dijo:
6
17 de abril de 2017
14:34:37
Nancy Li Rivera dijo:
7
17 de abril de 2017
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Mercedes de la Flor Morales dijo:
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Roberto dijo:
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Vicente dijo:
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pequeño príncipe dijo:
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19 de abril de 2017
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rogelio dijo:
12
20 de abril de 2017
12:26:03
Fernando Mirabal dijo:
13
20 de abril de 2017
15:54:48
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