ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Un sinfín de metáforas se le ajustan a la vida. Que si un cachumbambé, que si un camino… así con sus curvitas y todo. Cada uno asume la suya aunque la haya aprendido de la voz de la abuela, de un libro valioso, o de su propia inspiración.

Una de gran eficacia la asocia con un circo, que tiene a bien tomar en cuenta cada acto como cada día, o fragmento de día,  en que sales al proscenio y lo que crees hacer óptimamente corre la suerte del riesgo, que respaldará un sordo aplauso universal o la inevitable caída en solitario.

El trapecio, la contorsión, los malabares, los actos de fuego son cada una de las escenas que conforman el día, y que tienen repercusión allá adentro, en la parte que no siempre sabe ocultar la mejor de nuestras sonrisas. Esos balanceos del no saber, pero a pesar de ello lanzarte, porque una fuerza mayor empuja; esas retorceduras que aparentemente no duelen pero que prueban la elasticidad de tu resistencia; esas estrellas —batecitos, pelotas pequeñas, objetos— que tiras a pesar de la inevitable gravedad, que es el fin; esos fuegos que disipan nuestras energías, no nos dejarían margen para dudarlo.

También la ola. Me encanta esa analogía, la ola que incesantemente llega y se va —dicen— «pensando en volver», pero llevándose siempre algo que no volverás a tener, y quitándotelo regresa, cuando recién acaba de irse, con algo nuevo entre sus manos de espuma.

Cuando es buena, (díganse los buenos momentos, las excelentes noticias, las conquistas…) la ola que llega te besa, te enciende, te pide compañía, y vas tan bien ataviado de su brazo que no piensas en la media noche, en la ruptura del hechizo.  Mientras no llega la hora de la partida, sientes cómo te es fiel, cómo se te brinda cómplice, y hasta te enciende las velitas que ella misma encajó en el cake que también compró, y no sabes qué nombre darle a tanta dicha iluminada.

Después de la fiesta —ya se sabe que hablamos de los buenos acontecimientos— las copas sucias, la grasa fría en los platos, el tiempo de lo bello partiendo en un tren imparable, la decepción o el adiós inevitable de un tiempo vivido…
Y se borra el arcoíris, y todo en blanco y negro, o al menos en recios tonos pastel, te dice que ya pasó.  Y no puedes entender  qué pasa. No hay metáfora que pueda explicar cómo pudo cambiar una verdad que lo parecía… el lenguaje se vuelve torpe, lo percibes con arritmias o sobredosis de hincaditas, entre ambos bloques de las costillas…. Y dura un tiempo, ¡a veces demasiado! Y comprendes que cuando algo esencialmente bueno te toca, en forma de persona, poema o sensación, tienes que «atarlo» con cuerdas de acero a ti, para que sea difícil perderlo, para que le cueste a la ola, arrebatártelo.

Pero tener constancia de ello, y atarlo, y aferrarte con uñas y dientes no hará que parta con ella si se quiere ir… y no valdrá el más estridente «no quiero que te vayas» o «regresa a mí». Un día, mientras se agota tu razonamiento, y ya lo que te sacó del paso va tornándose espejismo, cuando se desdibuja la imagen de lo que creíste imprescindible, te moja la cara otra ola, de las que te humedece el dolor, y confías y vuelves a creer, y todo empieza de nuevo, pero diferente. Y así.

Tomar en cuenta estas sinuosidades no solo ayudan  a entender  la existencia humana con un sentido más dialéctico del que sin dudas tiene. Estas esencias, una vez aprendidas, son escudo contra el desaliento y fuente de esperanza. Ne­gación de un fin que empieza resintiéndose a terminar. Conclusión de lo que ha sido y nos prepara para el próximo combate.

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Víctor Romero Sóñora dijo:

21

7 de octubre de 2016

08:40:21


El profundo contenido de este artículo refleja gran inteligencia y un poder excepcional de reflexión de su autora. La manera de exponerlo es ejemplo de un manejo brillante de nuestro idioma. Leerlo constituye un verdadero placer. Es el tipo ideal de lectura para que la juventud adquiera cultura y aprenda a pensar.

millingo dijo:

22

7 de octubre de 2016

11:42:23


¨a mi que me quiten lo bailao¨. lo acabo de oir del director de correo en jarana conversando con una compañera..... esa es la vida cotidiana del cuabno. una metáfora que de ser apropiada y oportuna te ayudan a fortalecerte espiritualmente, a veces en una metáfora se dicen cosas que de no ser así nos llevarían muchos parrafos para explicarla y la metáfora lo dice todo... o casi todo... el que no presta atención a la letra de una canción, no la disfruta a plenitud.... claro si la canción es canción y no un requesón.... disculpen quise decir reguetón ... en estos momentos me acuerdo del fragmento de una canción de J M Serrat que dice "No hay nada mas bello que lo que nunca he tenido.... nada mas amado que lo que perdí.... a quien no le sirve eso???

Jose Luis Milan Herrera dijo:

23

7 de octubre de 2016

13:32:24


Muy lindo y muy solido ese comentario, valido para todo y para todos, en mi caso acabo de divorciarme después de 27 años de casado creo en verdad todo lo que dices , creo que la vida es vivir siempre que tengas ganas de hacerlo, soy Ingeniero y estoy en plenitud de facultades , La vida la haces tu como la ves

lisyan montoya dijo:

24

7 de octubre de 2016

19:57:38


me encanta como escribes y tu manera de ver la vida

juan francisco sandoval dijo:

25

9 de octubre de 2016

06:46:56


Precioso artículo,esa es la vida.Es la vida real lo quee expone Madleine,esnecesario que tomemos conciencia de cada momento vivido.