ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Ya no es como antes. Incluso hasta semánticamente parecen haberse enriquecido las acepciones, tan inverosímiles y por momentos, sórdidas. Ahora un cumpleaños infantil —y me refiero sobre todo del primer añito a los cinco— deviene todo un evento social de altos calibres, catalizador de energías familiares y devorador de ahorros de años, que sienten romper de cuajo los sacrificios almacenados de a poco, ante el golpe anticipado de una alcancía rota.

Ahora los tradicionales “pica-cakes” —que si bien por suerte, nostalgia u obligación distan mucho de desaparecer ante los in­costeables presupuestos de los modernos cumples— han cedido popularidad frente a las estruendosas celebraciones modernas. A las piñatas de cajitas de cartón reciclado las arrollaron las de Barbies, Sofía, Rayo McQueen, Mickey & Co., Kitty…

Y la moda o el modismo de lo chic, llegado de Afuera, ha detonado en un florecimiento de este segmento del mercado nacional: piñateras, arrendadores de espacios y de parques inflables, muñecones (preferiblemente de Disney y con honorarios que no bajan de los 15 CUC, a menos que contrates a buena parte de los personajes de la filmografía)… Hasta le han puesto las cosas más fáciles a los padres con la efervescencia de los organizadores de eventos, que ofertan paquetes increíbles, no lo dudo, pero casi por regla, impagables para la gran mayoría trabajadora.

Otra diferencia notable es la tendencia actual de que sea el homenajeado —y como hablamos de niños, les toca en realidad a sus padres— quien obsequie regalos a sus invitados. ¡De verdad que los tiempos cambian! En las versiones más chic, digo.

Lo más triste, en cambio, no es el análisis financiero ni el desgarramiento automático de bolsillos, lo es —eso sí— la incertidumbre sobre si el niño o la niña, a tan corta edad, se divierte o se aturde, aun cuando muestre algunos síntomas humanamente perceptibles. Es que después de tanto esfuerzo, uno —en su posición de padre— prefiere convencerse de que sin duda la pasó en grande. Y así justificamos los excesos que en los restantes 364 días del año no nos podemos permitir.

Por si el mosaico de festividades estuviera incompleto, dicen buenos oídos que ya el boom de la farándula de los cumples infantiles diseñados para niñas está en una dupla capaz de dejar paranoicos a los más sosegados: la de los miniquince (a los cinco años) y prequince (a los diez), que obviamente sellan con broche de oro en la pomposa fiesta de los QUINCE.

Pero lo nocivo no lo veo en el modo en que cada familia decida homenajear a sus infantes, está en imponérselos. Todo padre desea, sin duda, lo mejor para su hijo, la clave radica en tratar de entender cuál es la percepción que ellos tienen de “lo mejor” en esta fase primigenia de la vida. Y al decirlo, también me siento responsable de haber pensado en algún momento, no como mi hija, con la inocencia de sus escasos añitos, sino como adulta.
Con el paso del almanaque, la memoria va borrando lo fastuoso de un momento, archiva las esencias. Y lo esencial entonces no son las veces que el pequeño se cambie de ropa costosa en su fiesta, los pisos del cake, la caterva de globos, la dimensión de la piñata, la concurrencia de animadores profesionales (payasos, ma­gos, muñecones) ni los novedosos formatos contemporáneos para la memoria fotográfica y audiovisual de ese día. Sobre todo porque dicen los médicos que cuando crecemos no recordamos nada anterior a los tres años.

Da igual que usted celebre con lo que tiene a mano, sin necesidad de empeñarse con los vecinos por el dinero que todavía no ha ganado; trate solo de que su chiquitín la pase bien y no le siembre en el hipotálamo los formalismos excesivos ni el consumismo importado. Apele a la creatividad y, si puede, involúcrelo también de su mismo cumpleaños, en vez de imprimirle la presión de que debe cuajar una sonrisa encartonada con cada flash de la cámara “para que quede bonito”. A fin de cuentas la fiesta es de él y para él, y no para alimentar el ego de padres en busca de su alfombra roja. De lo contrario, podría matarle a su pequeño la ilusión que acompaña su inocencia. Y quizá eso sí lo recuerde, como el sonido de la alcancía rota.

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Orlando dijo:

21

24 de febrero de 2016

08:16:28


Muchas gracias por tu explicación, agradecido.

Leonardo dijo:

22

24 de febrero de 2016

09:42:48


Quienes decidan llegar hasta organizar algo asi , seguramente notaran el resto de sus encantos.

FRANCISCO ROBLEDO dijo:

23

24 de febrero de 2016

11:22:34


Te felicito por tu artículo, efectivamente, que el niño se la pase bien y no necesariamente debe de ser fomentando el consumismo desenfrenado, no necesariamente los padres tienen que romperse la cabeza o gastar lo que no tienen para quedar bien con el vecino o competir con el para ver quien gastó mas dinero..... Saludos desde México.................................

Barbaritica dijo:

24

24 de febrero de 2016

13:14:54


El primer año debe ser una fiesta familiar donde el homenajeado reconozca a todos los presentes que festejan su aniversario y se sienta cómodo y lo disfrute. Sí se le puede hacer cada año una fiestecita a los niños por su cumple sin tener que hacer una megafiesta y no dejar pasar los 5 años sin celebrarlos porque es un año en que el niño deja de ser bebé, pasa a su primera experiencia como escolar y se viste por primera vez de uniforme, creo que para ellos es el comienzo de una vida nueva y no debe pasar por alto. Después los padres debe ir moderando las condiciones y prepar a sus hijos para que conozcan qué está o no al alcance de ellos para tales eventos y permitirles elegir lo que ellos quieran dentro del rango de las posibilidades de ellos.

Adahara dijo:

25

24 de febrero de 2016

14:13:30


A pesar de la amplia explicación que ha ofrecido la autora del artículo sobre el significado de la terminología "chic", sin dudas obvió la recomendación de no utilizar préstamos linguísticos cuando exsiten vocablos en el propio idioma, que defien los conceptos que se quieren explicar.

Omar dijo:

26

24 de febrero de 2016

17:01:30


Estoy plenamente de acuerdo con el trabajo de Sheyla. Esto de los cumpleaños de niños y quince se ha convertido en una epidemia y en un negocio, y en un disfrute… pero no para los homenajeados. En muchos casos, el objetivo no sólo es celebrar la fecha, sino subirle la parada al cumpleaños o quince de los amiguitos precedentes. Ya no sólo los quince. Ahora se recurre a los (“cincos”, los “diez”. Ganancia para el negocio. “El banco gana y se ríe; el punto pierde y se va”. Concuerdo con Sheila y con otros: el niño realmente no disfruta. Sólo se satisface el ego de los padres y familiares. Incluso, para rematar, una vez concluida la fiesterita de los niños, viene la de los padres y sus amigos, donde por lo general, el centro no es el homenajeado. Los verdaderos “homenajeados” serán quienes abastecieron la fiesta y quienes la “animaron”… incluso con algún “chistecito infantil” subido de tono, aprobado sólo para adultos. ¿O estoy equivocado? Se pasa del refresco y los caramelos, al ron, la cerveza y los saladitos. Muchas veces, como decía mi madre (aunque yo utilizo un lenguaje más culto): “Se tiran el flato por encima del esfínter”. Tengo 72 añitos, y por suerte lo celebro con las felicitaciones que recibo por todas las vías, y algún que otro presente. Lo que más me llega, y el mejor regalo, es que alguien se acuerde del día de mi cumpleaños, sobre todo si son mis amistades, porque por lo general eso la familia lo tiene “fichado”. Espero no me califiquen ni de conservador ni “anticuado” ni de “fuera de época”, ni mucho menos; tampoco me digan que “eran otros tiempos”. Crecí en un ambiente familiar no pobre, de padres con recursos, aunque siempre vinculado con la pobreza. Primero, el barrio en que vivo y nací, en la ciudad de La Habana, y segundo, el central en que trabajaba mi padre en tiempos se zafra, en Pina (hoy Ciro Redondo). Por lo general, y hasta mis 8 años, mis cumpleaños los CELEBRABA (así, con mayúsculas) con mis amiguitos de aquel lugar alejado de la capital. Recuerdo aquellas CELEBRACIONES con agrado. Como alguien comentaba, en las fotos me veo rodeado de ellos, a los que aun recuerdo con cariño. Incluso, cuando puedo ir a ese lugar o hablar con alguno de ellos, me llaman “Omarito”, como entonces. O sea, para ellos sigo siendo el mismo a pesar de tantos almanaques acumulados. En mi barrio en La Habana, las CELEBRACIONES, ya a partir de los 9 años y hasta algunos después, tenían más o menos el mismo corte. Esos también los recuerdo, aunque las fotos eran de estudio. Una por cada añito. A veces, ninguna. Coincidían con tiempos de zafra y mis padres estaban por allá. No puedo decir lo mismo de los “cumples” de mis amiguitos, porque muchos de ellos no podían celebrarlo, producto de las limitaciones económicas de sus padres. Posiblemente usted le pida a alguno de ellos tan siquiera una foto de entonces, y tenga que encogerse de hombros. No hubo constancia gráfica. No había para tanto. Eso, por supuesto se extiende a los quince. Sólo recuerdo el de una de ellas, pero sin fotos. A las demás muchachitas les pasaron sus quince y casi ni se enteraron algunos en el barrio. En el caso de mi hermana, sus quince se limitaron a un pequeño encuentro con sus amigas y amigos, una foto de estudio, con un traje largo… y fin de la fiesta. No obstante, ella fue más “afortunada”. Producto del trabajo de mi padre en la capital (una fundición de plomo) y su relación con el periódico Diario de la Marina, donde compraba el linotipo para fundirlo, le publicaron la foto a mi hermana en el selecto Rotograbado Dominical, con la sempiterna nota al pie (“La agraciada y bella señorita…”), como era costumbre en la crónica social de entonces. Las fiestecitas de mis tres hijos, mis nietas y mi nieto han sido modestas. Sus amiguitos, los familiares y algún que otro amigo de la familia con sus hijos. He visto el desgaste de no pocos padres pensando sólo en las fotos de los quince de sus hijas. Bellos trajes (ninguno de ellas, como Cenicienta), incluso con “poco traje” (foto apta para Playboy); bellos paisajes o ambientes prefabricados. Ninguna fiestecita con sus amiguitas y amiguitos. Que tengan un encuentro con los más allegados, por lo menos, o que la economía la utilicen facilitándole un viaje a algún lugar turístico bello, de los que se sobran, incluso acompañadas de sus más allegadas amistades. Quizás salga más barato que las fotos, y el recuerdo será otro. Por supuesto, algunas fotos, pero con su mejor vestido. Nada impuesto por la “moda”… y los familiares. Para colmar el “figura’o” (y por supuesto los egresos) agregan a este maratón la fiesta con 15 parejas, valses, paseos en convertibles o “cocotaxis”….. Al final: ¿qué recuerdo guardan de sus quince? Sólo un bellísimo álbum de fotos o algún video que enseñan a todo momento hasta que se pasa la “fiebre”. En esto radica la competencia, más que en guardar un bello recuerdo de la fecha. Ninguna foto con sus familiares tan siquiera. Algunos argumentan que las celebraciones de quince son “una tradición”. Yo, que ya saben mi edad, les digo que no es tan así como algunos quieren hacerlo ver, por lo menos no entre la clase pobre, incluso entre la clase media. Los grandes y sonados quinces se daban entre quienes no invitaban a pobres a sus fiestas, y se celebraban en lugares en que no podían entrar pobres… ni negros. Incluso, sin esa profusión de fotos y filmaciones. Esas festividades eran las que sí aparecían en los rotograbados dominicales. Algunas se pagaban a tanto el elogio y el epíteto. Lo demás lo ponía la alcurnia. El que tenga más o menos mi edad, buena memoria (no selectiva) y honestidad puede añadir elementos a lo expresado por mí. Quizás muchas y muchos recuerden con agrado los cumpleaños colectivos. Estoy de acuerdo con las fiestas, pero sencillas para homenajear al cumpleañero, no para satisfacer egos. Verán que quedan mejor y todos quedan complacidos, especialmente el homenajeado. Si creen que no es cierto lo que digo, simplemente pídanle a sus ascendientes mayores que les muestren fotos de sus cumpleaños, bautizos, quinces o bodas (si los celebraron). Creo que los pondrán en un serio aprieto.

Omar dijo:

27

24 de febrero de 2016

17:07:59


El término "chic" está asimilado a nuestro idioma por la Academia. chic. (Del fr. chic). adj. Elegante, distinguido, a la moda. Es una mujer muy chic. || 2. m. Elegancia, distinción. Tiene chic. Quizás pueda utilizarse otro, pero este está admitido. No hay nada incorrecto. Además, suena chic.

Fernando dijo:

28

24 de febrero de 2016

23:28:56


Yo respeto todas las opiniones, pero cada cual dispone de sus recursos, no tenemos porque imponerle a los demás Cómo tienen que celebrar su cumpleaños, queremos uniformarlo todo y que todos hagan las cosas como pensamos nosotros, pero luego que nadie ose decirnos como hacerlo nosotros.

PAYASO AZUL dijo:

29

25 de febrero de 2016

22:11:34


ES CIERTO QUE LOS TIEMPOS HAN CAMBIADO Y EXCISTE UNA COMPETENCIA MERCANTIL EN TODAS LAS FIESTAS INFANTILES POR LA CREACION DE ESTOS ELEMENTOS DE AMBIENATCION DECOARACION DE LA ACTUALIDAD MUNDIAL ES CIERTO QUE TODA FIESTA NECESITA SALIR DE LA RUTINA Y HACER DE UNA FIESTA UN PASAJE ALA FANTASIA Y LA DIVERSION DE LOS NILOS Y LAS NIÑAS Y YO ESTOY EN EL RESCATE DE LS FIESTAS TRADICIONALES Y SOBRE TODO CON TOQUE ACTUAL PERO NUNCA DEJAR LA INFANCIA APLASTADA E IGNORADA Y EN MUCHOS CASOS HEVISTO EN LAS FIESTAS LA SUSTITUCION DE LA AMBIENATCION DE MUSICA INFANTIL POR LA ACTUAL REGUETON O MUSICA MODERNA CONTEMPORANEA DEDICADA ALOS ADULTOS LOS NIÑOS SE SABEN MEJOR ALS LETRAS DE ELLA QUE DE LAS CANCIONES QUE CON TANTO ESFUERZO Y DEDICACION HACEMOS NOSOTROS LOSA RTISTAS QUE TRABAJAMOS POR UNA INFANCIA FELIZ LLENA DE MATIZES EDUCACIONLES Y SOBRE TODO CRECER CON EDAD Y NO QUEMAR LA MISMA DE VERAQ UE YO SOY UN TESTIGO OCULAR Y VIVIENTE DE TODA LA TRANFORMACION QUE SE HACE EN UN PICA KAKE ACTUAL GRACIAS Y LOS INVITO A QUE ESTEN CON MIS ESPECACTULOS INFANTILES SONRISA FELIZ QUES E PRESENTA PARA LOS NIÑOS Y NIÑAS DE LA COMUNIDAD DE PLAZA NUEVO VEDADO EN EL HOTEL TULIPAN TODOS LOS SABADOS A LAS 11 AM CON LA ENTRDA LIBRE Y EL DIA 12 DE MarZO EN EL TEATRO DE VARIEDADES AMERICA PARA VIVIR UNA FANTASIA Y UN ESPECATCULO TOCADO CON EL COLOR MAS LINDO EL COLOR DEL MAR EL CIELO Y DE LOS GARNDES CUENTSO INFATILES COLOR """AZUL""" GRACIAS.

Omar dijo:

30

28 de febrero de 2016

20:35:15


Saludos, Fernando. Yo también respeto todas las opiniones, pero ¿no crees también que algunos tratan de imponernos y uniformarnos cosas totalmente ajenas a nuestra cultura? Creo que aquí nadie ha “osado” imponer nada. Simplemente cada cual comenta y narra experiencias y expone criterios. Por mí parte, que cada cual haga de su pellejo un tambor. Creo que nadie ha pretendido administrar el dinero, las ideas y los gustos de nadie. Y estoy totalmente de acuerdo con el Payaso Azul. Algunos imponen a los menores gustos y costumbres extemporáneas y ajenas a su edad, lo cual no es bueno ni educativo. Él debe tener muchas experiencias positivas y negativas acerca de esto que tratamos. Y lo felicito por su labor comunitaria. Eso también hace mucha falta.

Fernando Respondió:


29 de febrero de 2016

16:13:24

Omar ¿qué entiende usted por algo ajeno a nuestra cultura?, para empezar las fiestas de 15 son algo muy enraizado en la cultura cubana, muy pocos países del mundo lo hacen y casi todos estan en América Latina, esto no proviene de EU, ni de Europa, ni de ninguna otra parte, desde siempre se han realizado estas celebraciones con lo mejor que se ha tenido, lo que ocurre es que cuando en Cuba se mantenia el igualitarismo (que tanto daño nos hizo), las diferencias entre las celebraciones de unas familias y otras no eran tan acusadas, hoy que hay más oportunidades, unos aprovechan mejor las oportunidades que otros, todo el mundo tiene la oportunidad de montar un negocio por su propia cuenta, ahora eso exige mucha dedicacion y correr los riesgos de toda actividad que te financias tu mismo, el que quiera trabajar 8 horas y tener una vida más tranquila, pues esta en su derecho, ahora el que quiere arriesgar e intentar ir a más, pues esos tienen oportunidades de progresar y ese progreso se tiene que notar en su nivel de vida. Lo quye no podemos es querer que los demás hagan las cosas "como todo el mundo", porque "esa es nuestra cultura".

Mwanami Crystal dijo:

31

2 de marzo de 2016

05:43:24


Nébuc, me encantó esta parte de tu comentario y cito...No veo mal que los nuevos RICOS se gasten su plata tirando la casa por la ventana, a esa orgía irán los de su talante, los humildes iremos sin sonrojo a donde llegue nuestras posibilidades, y esas posibilidades las deben conocer, primero que todos, la propia homenajeada... fin de la cita. He leido con detenimieno cada uno de los comentarios respecto al tema, que muy elocuentemente y toda certeza ha escrito Sheyla, mis felicitaciones. Creo que una celebración de cumpleaños debe reflejar felicidad por el homenaje a realizar, por tanto el primero en sentirse regozijado por tal motivo es la persona a quien va dirijido el festejo. Un niño de 1 año de vida no es capaz de saber decidir que es lo que desea para su aniversario y mucho menos recordarlo, es una edad en la que en su gran mayoría se sienten nerviosos y desorientados en medio de tanto barullo, invitados a los que en su gran mayoría desconoce, sumandole a eso el flash contínuo de las camáras fotográficas, las tomas de las imagenes en posiciones predeterminadas y añadir los cambios de ropas y muchas veces la imposibilidad de ser el mismo con las prohibiciones de correr, brincar , saltar; en el mejor de los casos cuando el niño ya sabe caminar, porque en otros casos hay que mantenerlo en brazos porque todavía no da los primeros pasos solo. Es verdad que es el primer año de vida y no debe pasar por alto, pero pensemos si es realmente objetivo, realizar gastos exuberantes para un miomento que va permaneser en el recuerdo de los padre y demas y que cuando tenga 10 años no recuerde que sucedio en su 1er aniversario. No hablo ya de tener recursos o no, hablo de hacer de un 1er aniversario, el disfrute ligero y tierno de un niño. No juzgo a los llamados nuevos ricos, cada cual hace con sus recursos lo que mejor desee. entiendo que vivimos en un mundo globalizado y no estamos excentos a su influencia.

Ambar Respondió:


4 de marzo de 2016

05:05:39

De acuerdo 100 % con usted Mwanami Crystal, las cosas en estos tiempo se van modificando a velocidad extrema, pero lo que no debe cambiar es la intensiõn y la escencia de los cumpleaços, que en realidad son para el de aniversario y no para la diversión de los demás, es necesario el cumpleañero se sienta cómodo y feliz. Sin derogar

carlos joel dijo:

32

18 de marzo de 2016

22:28:06


FELICITACIONES.. es un punto de vista muy real,muchos padres realizan fiestas de cumples que lejos de tener como objetivo festejar tal acontecimiento y hacer feliz al pequeño,mas bien buscan alimentar su ego alquilando un´´ local de lujo´´gastando los ahorros de la familia,en el mejor de los casos,solo para que,despues del evento,al enseñar las fotos poder presumir y dejan a un lado lo importante el disfrute del encuentro entre amigos familiares y por encma de todo el disfrute del infante