ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

A teatro abarrotado tiene lugar una reunión, que por lo delicado del tema a tratar todo hace suponer será “caliente” de campana a campana: el enfrentamiento al delito, las ilegalidades, las indisciplinas sociales y las manifestaciones de corrupción.

Luego del informe acostumbrado, en el que se mencionan con nombres y apellidos los problemas, las causas y los responsables, los presentes son convocados al análisis del asunto a la usanza guajira: cogiendo al toro por los cuernos.

Intervención inicial… pura retórica matizada de elementos teóricos sobre cómo hacer mejor las cosas. Se­gundo al micrófono… discurso en­ci­clo­pédico casi para el doctorado. Ter­cer hablante… retahíla de banalidades que provocan los primeros bostezos.

Cuando el cuarto se apresta a de­mostrar su “brillante” verbosidad, al­guien de la presidencia para en seco la reunión y propone al au­di­to­rio co­menzar de nuevo el debate… pero por las mismas personas que ya habían­ hecho uso de la palabra.

Las reglas del juego, sin embargo, cambiarán. Cada cual hablará en primera persona: qué no he hecho, cuál es mi responsabilidad ante los deslices cometidos, qué haré para resolver en un breve plazo los problemas de mi entidad…

Solo entonces, al quedar a un la­do, no sin cierta resistencia, las jus­tificaciones, las disertaciones a des­tiempo y los “harakiri” hipócritas, la reunión enrumba por los derroteros es­perados y perfila acciones concretas que transformen el estado de cosas.

Este mal que, de no atajarse en el mi­nuto exacto, desvirtúa cualquier in­tento de análisis serio, se ha extendido, casi como epidemia: el arte de hablar y no decir nada, una especie de cantinfleo que adormece e impide poner el dedo sobre la llaga.

He aquí algunas de las “joyas” más reiteradas y exquisitas por su gra­do de ambigüedad: “Estamos tra­ba­jan­do en esa dirección”, “el pro­ble­ma es­tá acorralado”, “hemos tr­a­za­do una estrategia al respecto”, “des­preo­cú­pese, que ya le estamos me­tiendo a eso”…

Cada sector también le ha puesto lo suyo para enriquecer el discurso so­so y envolvente, como este de ori­­gen “eléctrico”: “Estamos ha­cien­do un acomodo de carga”. Na­da, que el tema hasta resulta gracioso, si no fuera tan serio lo que está en jue­go.

Son, no dudarlo, artimañas que emplean quienes ofrecen prometedoras respuestas para salir del paso, rehuir una responsabilidad o evadir, cual brillantes “estrategas”, una en­ce­rrona por sus incumplimientos y rei­teradas negligencias.

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jorge dijo:

21

6 de mayo de 2015

11:23:26


Bueno, un buen ejemplo de hablar y no decir nada es este artículo, que presenta el problema y se queda en la superficie de las causas. ¿Será que el autor no es capaz de dar su criterio de ello? O será muy difícil. Si alguien sabe llenar cuartillas de palabras sin decir nada son nuestros periodistas.

Miguel dijo:

22

6 de mayo de 2015

11:49:30


Hace relativamente poco tiempo estaba presente en una reunión, con un Director de Empresa cubana, una Directora Económica, tambien cubana, incluidos otros acólitos de la dirección, el tema central era al decir de la Dtora Econ. trazar una estrategía dirigida por un acólito para revertir el mal trabajo de un director de base y su consejo de dirección. Al paso de un corto periódo de tiempo y llegada una auditoría; el principal acólito tenía en sus dependencias más de un millón de pesos en faltantes ( incluye componetes en ambas monedas), la contabilidad de la empresa no recogía en sus controles estos faltantes.... y el mal trabajo del 1er Directivo, en esa entidad no hubo problemas de faltantes.... La realidad no contada: era un mal directivo por que no daba, regalaba o gastaba lo ajeno, lo del estado, lo de todos, no obstante fue separado del cargo por "insuficiencias" en su gestión como cuadro; nadie a ecepcción tres personas nos opusimos a semejante barbaridad. Del acolito, la Directora Eco. y la estrategía, nadie habla, rindieron sus informes y pasaron a mejor vida de acuerdo a sus responsabilidades; pero el Director General, bueno sigue aún en su puesto... Elaborando nuevas estrategías, erroques, "nosotros no podemos". y los trabajdores y su economía padeciendo. ...Ah, otro dato, un tercer acólito; Dtor. Técnico, deserta meses más tarde en un viaje por asuntos de trabajo en Europa, frace favorita " Es complicado eso, podemos".... Hasta cuándo. Me parece que lo presenciado por mi es copia de la historia que narra el periódista y también es real, muy real.

carlos dijo:

23

20 de mayo de 2015

00:55:49


disculpe miguel,, pero el arte de hablar, y no decir nada,, pertenece al actor fallecido mexicano, mario moreno cantiflas, los invito a ver sus peliculas

Lourdes dijo:

24

2 de junio de 2015

13:13:06


Peor es Hablar y luego No Hacer Nada.