¿Y que hacemos por la tercera edad?

Semanas atrás Granma publicó un comentario, bajo este mismo título, donde se acercaba al tema de la tercera edad y exponía ejemplos de cómo existen posibilidades para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores.

Fueron variados los comentarios que los lectores enviaron a la página web de este diario ofreciendo ideas —algunas a partir de dis­tintos esfuerzos realizados en el país factibles de ser com­ple­men­tadas, otras resultaron sugerencias nuevas— todas encaminadas a que como sociedad nos detengamos a considerar más ese momento de la vida cuando ya no poseemos la misma vitalidad y condiciones para asumir tareas que en edades anteriores parecieran fáciles de llevar a cabo.

Antes de ofrecerles los planteamientos esenciales expuestos por los foristas, les confiaremos un comentario de alguien que, aún distante de ser hoy un adulto mayor, muestra preocupación por el futuro:

“Los jóvenes debemos pensar que cuando busquemos soluciones a los problemas de las personas mayores, estaremos también trabajando para nosotros mismos… pues somos muchos los que en 15 o 20 años estaremos en esa posición”.

El anterior párrafo se explica por sí mismo, por lo que aquí les van las sugerencias más reiteradas por los lectores:

—Trabajar para aminorar el mal estado de las calles y aceras, lo que dificulta el paso de las personas mayores, provocando accidentes capaces de limitar la locomoción.

—Mejorar el funcionamiento de los Círculos de Abuelos, ofrecer más excursiones a precios módicos, visitas a lugares históricos y otras actividades recreativas.

—Incrementar los lugares de esparcimiento, por ejemplo, don­de se baila el danzón, pues son pocos los existentes.

—No solo atenernos a los spot de televisión para educar al pueblo en el cuidado de los abuelos, la comprensión de ese tema ha de comenzar en el hogar y en la escuela desde edades tempranas.

—Para los  mayores de 70 años, reducir a la mitad el pago del transporte público. Que existan en los ómnibus asientos destinados a personas de la tercera edad, además del reservado para las embarazadas.

—Que los ómnibus respeten las paradas, en evitación de que los ancianos entren en una carrera por abordarlos, donde pueden ser maltratados por los más jóvenes que también quieren subir al carro. Los ómnibus han de acercarse más al contén cuando se detienen, así facilitarán el ascenso a su primer escalón.

—La luz roja en los semáforos debe durar unos cuantos segundos más, para contribuir al cruce de una acera a otra.

—Que en las colas de las farmacias se les otorgue prioridad a los abuelos y personas discapacitadas para adquirir sus medicamentos.

—Cuando se haya comprobado que en el núcleo familiar, o en su barrio de residencia se cometa un abuso contra un adulto mayor, quien lo cometa sea llevado ante la ley.

Claros, sin rodeos ni ambages, fueron quienes aportaron sus ideas en la página web de nuestro periódico.