La ONU no les importa ni la escuchan; llegaron al poder amenazando al Gobierno de Panamá con apoderarse nuevamente del Canal; a Canadá con anexarse a ese país vecino; le cambiaron el nombre en EE. UU. al Golfo de México; interfirieron abiertamente con chantaje financiero en las elecciones de Argentina; presionaron a los gobiernos para que expulsaran a los médicos cubanos que han salvado a millones de personas en la región.
Invaden el Caribe con la mayor concentración militar de los últimos 40 años; sentencian a muerte al Gobierno bolivariano de Venezuela y ponen precio a la cabeza de sus líderes; violando el derecho internacional, ejecutan extrajudicialmente en el mar a más de 80 personas no identificadas, supuestamente vinculadas al narcotráfico; ordenan el cierre aéreo de Venezuela, dan ultimátum a su Presidente y presionan a los gobiernos caribeños para que colaboren con el genocidio en preparación.
Colombia y México no escapan a las amenazas bélicas y al injerencismo, con acciones encubiertas de la cia para debilitar a sus gobiernos o presionar a bancos, tribunales o partidos políticos. Honduras se vio también bajo la presión imperial, justo jornadas antes de los comicios presidenciales, aun cuando el país se encontraba en el llamado silencio electoral.
A base de mentiras, castigos políticos, aranceles, listas negras y deportaciones obligatorias de migrantes, Washington somete al continente a todo tipo de presión y chantaje, midiendo fuerzas para la imposición de su nuevo Plan Cóndor.
Un secretario de Estado vinculado a mafias terroristas, identificadas y oportunamente denunciadas, alimentadas históricamente por la Agencia Central de Inteligencia y centros de subversión al servicio de otras dependencias de la Casa Blanca para mantener la hegemonía en el hemisferio, ha declarado abiertamente que este es su hemisferio y, ni Europa ni nadie se puede meter en sus planes neocoloniales.
Marco Rubio no quiere perder un segundo de sus actuales superpoderes e influencias sobre Trump y sus alianzas con el decisivo lobby sionista en el Congreso para la venganza personal contra Venezuela, Nicaragua y Cuba. No importa cuánta división o cuestionamientos genere en círculos de poder, el Pentágono, el Partido Republicano o el mismísimo movimiento maga.
La paz por la fuerza, genocidio mediante, es la fórmula de la cruzada fascista Trump-Rubio, que ha anunciado el secretario de Guerra, con el título de Operación Lanza del Sur, la cual acude al narcoterrorismo como un descarado pretexto, pisoteando derechos humanos y las más elementales normas de convivencia mundial.
Pese a las interferencias radioelectrónicas, la guerra mediática, la manipulación, los bloqueos, los cierres de páginas, los perfiles en las plataformas en redes sociales y las tergiversaciones de todo tipo, hoy se suman cada vez más voces a la denuncia y condena de la arrogancia imperial y la inminencia de un ataque militar contra Caracas, en violación flagrante de su soberanía e independencia.
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