En una de las decisiones más polémicas que ha tomado desde su llegada a la presidencia, el mandatario argentino, Javier Milei, autorizó la entrada de tropas estadounidenses a la nación austral, para participar en un ejercicio militar entre el 20 de octubre y el 15 de noviembre.
Por decreto presidencial, desde la Casa Rosada y sin pasar por el Congreso, el ultraderechista dio el visto bueno al desembarco de soldados de EE. UU. en la base de la provincia de Tierra del Fuego, una violación flagrante de la constitucionalidad argentina, según refiere Telesur.
Las maniobras se realizarán en las bases navales de Mar del Plata, Ushuaia y Puerto Belgrano.
El desarrollo de esos ejercicios militares, que planifica el Ejecutivo, le costaría a la Armada una suma de más de 60 millones de pesos e involucraría a la Aviación Naval, a la Flota de Mar, a la Fuerza de Submarinos, al Comando de la Infantería de Marina, así como a las distintas bases navales y puntos de apoyo que la Armada dispone a lo largo de los litorales marítimo y ribereño argentinos, explica la citada cadena.
El anuncio desató cuestionamientos de varios medios, que recordaron que la Constitución establece que es el Congreso el órgano que debe autorizar el ingreso de fuerzas extranjeras.
El decreto dictado por Milei señala que «la naturaleza excepcional de la situación planteada hace imposible seguir los trámites ordinarios previstos en la Constitución Nacional». Sin embargo, los argumentos no especifican ninguna singularidad ante la cual prescindir del voto del legislativo. Si bien el documento detalla que el objetivo del ejercicio es «intercambiar procedimientos, técnicas y tácticas de entrenamiento entre Fuerzas Especiales, para operar en escenarios complejos, que exigen coordinación multinacional», lo cierto es que no son pocos los que ya vislumbran el trueque escondido tras el préstamo monetario del Tesoro del país norteño.
Ante ello, las declaraciones de desaprobación no se han hecho esperar, entre estas la del intendente de Ushuaia, Walter Vuoto, quien advirtió: «Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, no son monedas de cambio para sus fines electorales. Es la puerta de entrada a la Antártida, es el territorio que protege nuestra reivindicación sobre las Malvinas y, sobre todo, es nuestra casa».
Pero no solo dirigentes políticos y gubernamentales han mostrado su desacuerdo, sino también el pueblo de ese territorio, que en una encuesta realizada los días 29 y 30 de septiembre, citada por el diario La Nación, dio su negativa en más del 71,5 % ante esa injerencia.
Esta acción marca otro paso en el camino de alineación del Gobierno de Milei con la política de la Casa Blanca, y se suma a las negociaciones iniciadas con el Departamento del Tesoro de Washington en un préstamo de emergencia, el cual, lógicamente, traerá consigo una «retribución» por parte de Argentina, aun a expensas de la soberanía de ese país.















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