ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Vaticinan un incremento de las desigualdades entre países ricos y pobres. Foto: Tomada de Ecopalabras

Por el rumbo actual, el desarrollo humano podría sufrir un prolongado periodo de estancamiento, con un alza exponencial de las desigualdades, aunque nadie quedará incólume.

Hay sobradas evidencias sobre las crisis globales y su posible agudización en el futuro; pero, al parecer, los pragmatismos cortoplacistas perpetúan la lógica de «sálvese el que pueda».

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) alertó en mayo pasado que el progreso en el bienestar de la población mundial se ralentizó hasta el nivel más bajo en 35 años.

Exceptuando la etapa de 2020-2021, bajo el embate pandémico de la covid-19, la evolución del Índice de Desarrollo Humano (IDH) muestra el menor incremento desde 1990.

No obstante, el beneficio de los mil millonarios continúa en ascenso. Solo en enero de este año, incorporaron a sus caudales otros 314 000 millones de dólares; es decir, un monto superior al patrimonio total de 2 800 millones de pobres, equivalentes a un tercio de la población terrícola, denunció el Movimiento Global TaxTheSuperRich.

Se trata de un abuso colosal, cuya naturaleza no podría entenderse por completo sin tener en cuenta «la alargada sombra que proyecta el pasado colonial, y cómo este continúa alterando nuestro presente», sustentó un estudio de la organización no gubernamental Oxfam Internacional, titulado El saqueo continúa.

Evaluaciones de los bancos suizos Credit Suisse y UBS revelaron que las asimetrías también aumentan en potentes economías de Europa, donde el 10 % más rico posee el 67 % de la fortuna, estimada por el valor de los activos financieros más los activos reales (principalmente la vivienda) que poseen los hogares, menos sus deudas, según recogió el Informe sobre la Riqueza Mundial 2023.

Entre las potencias de la Unión Europea, Alemania registró la mayor desigualdad (el 10 % más rico poseía el 63 % de la riqueza), seguida de Francia (54,9 %), España (53,8 %) e Italia (53,5 %), precisó el reporte.

Si el escaso avance del IDH se convierte en «la nueva normalidad», el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) –fijados para 2030– podría demorarse varias décadas, «haciendo de nuestro mundo un lugar menos seguro, más dividido, y más vulnerable a las perturbaciones económicas y ecológicas», señaló Achim Steiner, quien estuvo al frente del PNUD hasta hace poco.

Las estimaciones para 2024 reflejaron un estancamiento del IDH en todas las regiones del orbe, patentizó el Informe sobre Desarrollo Humano de 2025. Un llamado a decidir: personas y posibilidades en la era de Inteligencia Artificial.

Según el análisis, los Estados con los niveles más bajos encaran retos «especialmente serios», agravados por las tensiones comerciales, el empeoramiento de la crisis de la deuda y el surgimiento de una industrialización sin creación de empleos, a escala internacional.

Para el conjunto de las naciones subdesarrolladas, el déficit anual de financiación de los ODS supera actualmente los cuatro billones de dólares. Además, se prevé que los recortes a la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) reducirán la ayuda entre un 9 % y un 17 % en 2025, advirtió el administrador interino del PNUD, Haoliang Xu.

De tal forma, la AOD neta se situará entre 186 000 y 170 000 millones de dólares, «perjudicando de manera desproporcionada a los países más pobres y limitando nuestra capacidad colectiva para hacer frente a los retos mundiales», afirmó el experto.

El resultado, apuntó, es que solo el 35 % de las metas de los ODS están en vías de alcanzarse o prosperan moderadamente, mientras están en peligro los logros conseguidos durante décadas.

A pesar de las persistentes brechas, a lo largo de los últimos 50 años las políticas públicas contribuyeron a mejorar la esperanza de vida, la educación y los ingresos, así como a reducir las disparidades por razones de género, recordó el funcionario, en la más reciente Junta Ejecutiva del PNUD.

Sin embargo, subrayó, «la alarmante desaceleración del crecimiento del IDH plantea la pregunta: ¿se encuentra el desarrollo humano en un punto de inflexión? Y, en ese caso, ¿cómo debemos responder?».

Para encarar los desafíos, hace falta «una acción multilateral resuelta, visionaria y bien financiada», opinó. Por ejemplo, la alianza del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria logró movilizar desde 2002 más de 60 000 millones de dólares, lo cual permitió salvar 65 millones de vidas.

Ningún Estado podría satisfacer por sí solo las exigencias del adelantamiento humano. La miseria estructural, el subdesarrollo, el cambio climático, las migraciones descontroladas y las emergencias sanitarias son problemas globales y requieren soluciones colectivas.

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