Nada recompensa tanto como ser consecuente con la historia que se ha vivido. De Vietnam, un pueblo que nuestro José Martí ponderó por su laboriosidad, contó el Héroe Nacional cubano, en su narración Un paseo por la tierra de los anamitas que «se pasean callados, a paso igual y triste, sin sorprenderse de nada, aprendiendo lo que no saben», y trabajando sin cesar «los que viven de pescado y arroz y se visten de seda, allá lejos, en Asia, por la orilla del mar, debajo de China».
Plasmó, además, la aguerrida defensa de su Patria, al describirlos así: «Tanto como los más bravos, pelearon, y volverán a pelear, los pobres anamitas».
Cuba, que en voz de Fidel expresó que por ese pueblo estaba dispuesta a dar hasta su propia sangre, robusteció la indestructible amistad con Vietnam. La historia también gratificó esa unión con singulares coincidencias.
El 13 de agosto es una jornada en la que Cuba celebra el aniversario del nacimiento de Fidel, mientras que Vietnam recuerda que ese día, en 1945, bajo la sabia y revolucionaria conducción de Ho Chi Minh, en Tan Trao se celebró la Conferencia Nacional del Partido, que se extendió hasta el 15 del propio mes.
Esa cita concentró la inteligencia de todo el Partido, para analizar profundamente la situación mundial y nacional, y decidió aprovechar la oportunidad para dirigir a todo el pueblo en un levantamiento general, a fin de tomar el poder. En tal sentido, eligió el Comité Nacional del Levantamiento.
El contexto en la región Indochina mostraba a un Japón vencedor sobre las colonias francesas. Los galos se rindieron rápido y huyeron, pero los vietnamitas se llamaron a no confiar en gobiernos títeres, y no dejaron de luchar.
El tío Ho había instruido al camarada Vo Nguyen Giap: «Es necesario elegir de inmediato en Cao-Bac-Lang o Tuyen Quang, región de Thai Nguyen, un lugar con buena gente, buenas bases revolucionarias y buen terreno, que sirva como centro de comunicación con las tierras bajas, las tierras altas y el extranjero, y proteja nuestras fuerzas. Se puede atacar el avance, se puede defender la retirada. Aún somos débiles, el enemigo es fuerte, pero no debemos permitir que nos destruya».

Aquel Comité de Liberación electo, con Ho Chi Minh al frente, tomó varias decisiones políticas; una, poner a todo el país en pie de lucha, y otra, trascendental, asumir la Bandera Nacional, roja y con la estrella dorada, y el Himno Nacional.
Millones de vietnamitas se alzaron unidos y conquistaron el poder. La gran victoria de la Revolución de Agosto de 1945 abrió una nueva era en la historia de la nación: la de la independencia, la libertad y el socialismo; la era de Ho Chi Minh, la más brillante y gloriosa de la historia de ese país.
El 19 de agosto de ese año marcó un hito: con el triunfo de la Revolución, nació el primer Estado obrero-campesino en el sudeste asiático.
Después vendrían otras épocas de victorias anamitas: las del 7 de mayo de 1954, cuando rindieron definitivamente al colonialismo francés en Dien Bien Phu, tras cuatro meses de duro batallar; también con el liderazgo del tío Ho, en la primera línea de combate.
Luego vendría otra cruenta guerra contra el invasor imperialismo estadounidense, derrotado en la tierra de bravos guerreros, el 30 de abril de 1975, cuando el mundo conoció a la República Socialista de Vietnam.
Desde ese momento, su pueblo se empeñó en una también ardua labor, la de hacer realidad el sueño de Ho Chi Minh de levantar, después de tantas guerras y tanta destrucción, un país diez veces más hermoso.
Según la Oficina de Estadísticas de Vietnam, en 2024, el comercio total del país alcanzó un impresionante máximo de más de 786 290 millones de dólares estadounidenses y un aumento interanual del 15,4 %, con un superávit comercial de 24 770 millones de dólares estadounidenses.
Al cierre del pasado año, la economía vietnamita mostró una notable resiliencia, marcada por un crecimiento del pib del 7,09 %, lo cual expone su robusta recuperación y capacidad de adaptación. Con una sólida dinámica comercial, Vietnam es hoy una referencia obligada en la región de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiáico.
En diciembre, Cuba y la hermana nación celebrarán el aniversario 65 de sus relaciones. La Mayor de las Antillas se enorgullece de esa gran historia, y se inspira en un pueblo digno, trabajador y valiente.
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