ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
De acuerdo con el fallo, el exmandatario es culpable de ese delito de soborno en actuación penal. Foto: AFP

La justicia pareciera haber llegado en el juicio al expresidente (2002-2010) Álvaro Uribe, en Colombia, y Marco Rubio, el secretario de Estado de Estados Unidos, y su team mafioso, salieron a defenderlo

Cuestionando de inmediato la decisión judicial colombiana, Rubio –en x– acudió a falacias, como acostumbra, tan horribles como la de escribir: «El único crimen del expresidente colombiano, Álvaro Uribe, ha sido pelear sin descanso y defender su patria». Si el funcionario estadounidense defiende a Uribe, por nada bueno será: «de tal palo, tal astilla», dice un refrán popular.

Era de esperar que el Secretario de Estado yanqui arremetiera contra la justicia colombiana, con el mismo cinismo con que cuestiona los procesos electorales en Venezuela, ataca a Cuba, a Nicaragua y a todo gobierno que no se someta a las órdenes de la verdadera dictadura mundial, que es la administración republicana que él representa.

La respuesta firme del actual presidente de Colombia, Gustavo Petro, no se hizo esperar, y acusó a Rubio de «intromisión a la soberanía nacional». El mundo debe respetar a los jueces de Colombia, muchos han caído asesinados, por ayudar al mundo, escribió el presidente Petro, en la misma red social.

Por cierto –y no es de extrañar tampoco–, a Rubio se le unieron, entre otros personajes, «preocupados» por la suerte de Uribe, la representante de la mafia cubano-americana y congresista republicana estadounidense, María Elvira Salazar, quien aseguró que «en Colombia no se hizo justicia, se consumó una infamia» contra Uribe.

Otra figura de la extrema derecha latinoamericana, la opositora venezolana María Corina Machado, además de «solidarizarse» con Uribe, lo calificó como «un genuino aliado de la democracia y de la libertad en Venezuela».

Vale una nota aclaratoria: libertad y democracia en Venezuela son para ella, y me imagino que para Uribe también, las guarimbas y otros actos terroristas perpetrados durante años, e incluso los planes de magnicidio y otros, que han sido abortados por el pueblo venezolano.

Las acusaciones contra Uribe se extienden por más de una década, en las que muchos han pedido justicia y otros –principalmente la oligarquía y la ultraderecha colombiana–, insertados dentro de mecanismos de poder en el país sudamericano, han hecho presión a favor del exmandatario.

Ahora parece haber llegado el momento de que la justicia triunfe, se le ha declarado culpable, por fraude procesal y soborno a testigos en actuación penal. «La espera ha finalizado. Queremos decirle a Colombia que la justicia ha llegado» declaró la jueza penal Sandra Liliana Heredia Aranda, al leer la sentencia.

A consideración de la jueza, el exmandatario ofreció beneficios a personas privadas de la libertad para resultar favorecido en otros procesos que la justicia mantiene en su contra, por lo que se le otorgó una medida de prisión domiciliaria, mientras aguarda por la imposición de la pena, que se conocerá por estos días.

De acuerdo con el fallo, el exmandatario es culpable de ese delito de soborno en actuación penal porque, por medio de su exabogado, Diego Cadena, trató de sobornar al exparamilitar Juan Guillermo Monsalve, recluido en la cárcel La Picota, y por otras presiones que recibió el testigo.

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