ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Cisjordania conoce en carne propia de los bombardeos de las tropas sionistas y el proceso de colonización de su territorio. Foto: AA

Israel no parece satisfecho aún con la cifra de casi 60 000 palestinos muertos en Gaza, en los últimos tres años, ni con los cientos de asentamientos judíos construidos en Cisjordania tampoco con el asesinato de al menos 998 palestinos en esa región y más de 7 000 heridos por las fuerzas militares y los colonos ilegales.

El Parlamento israelí (Knéset) ha dado un último paso, colonialista por demás, al declarar a Cisjordania como tierra anexada, que sigue a una votación anterior que rechazó abrumadoramente el establecimiento de un Estado palestino.

Esa entidad, al parecer, carece de contenido de trabajo o de una agenda que contemple conversaciones para la búsqueda de acuerdos, a fin de hacer realidad lo aprobado en la ONU, hace varios años, de la existencia de dos Estados, uno palestino y otro israelí, viviendo en paz, armónicamente. La propuesta de ahora, presentada por el diputado del Sionismo Religioso, Simcha Rothman, entre otros políticos, fue aprobada por 71 votos a favor y 13 en contra.

Aunque la decisión no es vinculante, y por tanto nula jurídicamente, tiene la mayor importancia en el hecho de que, a estas alturas, en pleno siglo xxi un país agresor y ocupante de las tierras palestinas esté echando más «leña al fuego» en algo que muchos llaman conflicto, pero que la realidad ha demostrado que es una guerra atroz contra una población defensora de su Patria, de su tierra, y de su soberanía.

En detalle, la iniciativa describe a Judea, Samaria y el Valle del Jordán como «una parte inseparable de la patria histórica del pueblo judío», y pide aplicar la soberanía de Israel en estas áreas. «Esta votación se considera parte de un esfuerzo más amplio de la derecha israelí para promover la anexión gradual del territorio palestino», recoge Middle East Monitor, organización de seguimiento de la prensa, que es un grupo sin fines de lucro que surgió a mediados de 2009 y se centra, principalmente, en el conflicto palestino-israelí, pero también aborda otros temas sobre el Medio Oriente.

Yo agregaría que es un hecho provocativo y una forma de querer desviar la atención internacional, que debe mantenerse concentrada en la condena al genocidio y el cese de la masacre contra los palestinos en Gaza.

Cisjordania conoce en carne propia de los bombardeos de las tropas sionistas, y sabe, mejor que nadie del proceso de colonización de su territorio, donde el régimen de Tel Aviv ha construido miles de asentamientos judíos ilegales, con el crimen adicional de expulsar a los habitantes árabes y sustituirlos por colonos israelíes.

Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados de Palestina rechazó todos los llamados a anexar Cisjordania. En un comunicado, la cartera destacó que estas medidas «coloniales» refuerzan un sistema de apartheid en el territorio palestino y reflejan un flagrante desprecio por las resoluciones de las Naciones Unidas y la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia, reporta RT.

En las últimas semanas, la propia ONU ha advertido que los colonos y las fuerzas militares israelíes han incrementado los asesinatos y agresiones contra los palestinos en la Cisjordania ocupada.

Esa zona, junto con la Franja de Gaza, es una de las dos regiones que conforman el Estado de Palestina. Se trata de un territorio de 5 860 km2 de superficie y de 20 a 40 kilómetros de ancho, delimitado al este por el río Jordán y el mar Muerto; y al oeste, norte y sur por la llamada «Línea Verde», según la demarcación que se estableció en el armisticio árabe-israelí de 1949.

Cisjordania es considerada «territorio ocupado» por el Derecho Internacional y las Naciones Unidas, el Tribunal Internacional de Justicia y la mayor parte de la comunidad mundial.

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