ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Este Estado «modelo» que decide qué está bien o está mal, el que sentencia qué Gobierno reprime a su pueblo o quién está haciendo bien su trabajo al dirigir un país, está mirando con el catalejo al revés. Foto: Tomada de Prensa Latina

Al «país de la libertad y las oportunidades» le están quitando un poco de su eslogan, por no decir que apenas le queda nada.Donald Trump se ha encargado de eso.

Últimamente, las oportunidades se están agotando en EE. UU. para quienes andan en su búsqueda, mayormente los migrantes. Las redadas para las deportaciones han ido en aumento, y cada vez son más las leyes, proclamas u órdenes de quien, desde la Sala Oval, dirige la nación norteña, para continuar con la campaña antimigrante.

Este Estado «modelo» que decide qué está bien o está mal, el que sentencia qué Gobierno reprime a su pueblo o quién está haciendo bien su trabajo al dirigir un país, está mirando con el catalejo al revés.

Mientras juzga e incita, con sus títeres, a los nacionales de otros países a la manifestación, a lanzarse violentamente a las calles para expresar sus inconformidades y «derechos» con sus gobiernos –como lo hizo recientemente con los cubanos–, reprime al suyo propio. La ciudad de Los Ángeles está siendo testigo.

Los manifestantes de la urbe angelina, al pronunciarse contra las políticas de arresto y deportaciones desarrolladas por Trump, fueron víctimas de granadas de estruendo, balas de gomas y gases lacrimógenos utilizados por la Guardia Nacional, la cual fue enviada, también, sin la petición o el consentimiento del Estado, por el Presidente estadounidense.

En tanto, los reprimidos insisten en recordarle a la Casa Blanca: «Esto lo construyeron los migrantes. No somos el enemigo», relata cnn; pero el Alzheimer parece apoderarse de la conciencia histórica del Gobierno.

Estados Unidos se ha convertido, en el contexto nacional, en sinónimo de miedo, recortes, represión y deportaciones, un paradigma para quienes, como Milei, desarrollan el nuevo fascismo en América Latina. Pero, ¿dónde quedó el lema inicial? ¿Qué oportunidades está brindando? ¿Qué libertad está mostrando?... Siempre ha sido un engaño.

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