El culebrón tiene el título en inglés; Make America Great Again (Hacer a América grande otra vez). Su guionista y actor principal se llama Donald John Trump, avalado por una fortuna superior a los 5 100 millones de dólares.
Trump cuenta con una experiencia, desde 1996 hasta 2015, como dueño de concursos de belleza como Miss Universo, Miss usa y MissTeen usa. En 2003 debutó en un programa de televisión de la cadena NBC, llamado The apprentice (El aprendiz). En esa parte de su biografía, no se especifica si alguna vez pudo pasar de ser eso… un aprendiz.
Hoy, en la Casa Blanca y fuera de ella, hace gala del «aprendizaje», recibido cuando el mundo era otro, menos convulso, más racional y con alianzas políticas y gobiernos que preferían aprender de los años de guerra y devastación transcurridos entre 1942 y 1945. Parecían comprometidos a no dejar que esos sueños fueran arrebatados por reverdecidas corrientes que, al margen de sus mensajes preelectorales, se convierten cada vez más en un peligro para la humanidad.
La pasada semana «estallaron» las redes y, con ellas, las conjeturas respecto al alcance del impacto de la decisión de un tribunal federal estadounidense, que bloqueó gran parte de los aranceles de Trump, al considerar que excedió sus competencias presidenciales.
El fallo del tribunal sostiene que el gobernante abusó de su autoridad, y que la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (Ieepa, por su sigla en inglés), de 1977, no le da potestades para imponer aranceles sin el respaldo del Congreso.
Otro despacho noticioso refirió que, como respuesta, Trump presentó un recurso por medio de la Corte de Apelaciones del Circuito Federal, la cual dictaminó aplazar de manera temporal el bloqueo de la introducción de los aranceles. Es un capítulo más de esta novela.
De acuerdo con Hispantv, el tribunal federal había ordenado la suspensión de los aranceles del 30 % sobre los productos de China, los gravámenes del 25 % sobre algunos bienes procedentes de México y Canadá, además de los aranceles globales del 10 %.
Por otra parte, y para darle más capítulos al gran culebrón, el multimillonario Elon Musk, nombrado por Trump como jefe del Departamento de Eficacia Gubernamental, ya habia anunciado su decisión de abandonar el cargo y salirse del entorno que, según él, tiene el objetivo de «reducir el gasto derrochador del Gobierno».
Esta novela más bien parece elaborada para «dormir» a una población estadounidense, que ya da muestras de resentimiento por los efectos de algunas de las medidas adoptadas por el mandatario y su equipo republicano.
Lo de noviembre de 2024 puede considerarse como el casting al que solo asistían dos actores: uno era Trump y la otra Kamala Harris, la candidata puesta a última hora, cuando ya era evidente que Joe Biden no le ganaría a nadie. Aquellos días preelectorales en Estados Unidos parecían preparados para que el guionista y actor principal que se urdía, desenvainara todos sus recursos histriónicos y –en una partida de ajedrez, más reciclada que original– diera el jaque mate a un rival vencido de antemano.
No obstante, el capítulo aquí comentado –el de los aranceles y la renuncia de Musk–, no creo que lleve al ente principal, Donald Trump, a renunciar a su aferrado ego, aunque «Hacer a América grande otra vez» navegue por aguas extremadamente turbias.
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