ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Salazar se luce ante el amo que mira, aprecia y premia sus esfuerzos. Foto: AP

Larga batalla tuvo que dar María Elvira Salazar para colarse de lleno en el lobby anticubano en Estados Unidos.

Su frenética carrera por hacer méritos ante el poder imperial y escalar posiciones en la política estuvo marcada por algunos vaivenes, hasta que fue «descubierta» por el poder real en ese país.

La congresista, quien ocupa el escaño del distrito 27 en Miami, es reconocida por su empeño en hacer todo el daño posible a los pueblos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, así como por su firme apoyo a Israel.

Recordemos que la periodista devenida «politiciana» se postuló «para evitar que se establezca el socialismo y arruine a Estados Unidos», como declaró en su campaña. Algo verdaderamente absurdo, pero que forma parte del discurso de la ultraderecha estadounidense.

En ese orden de cosas, María Elvira integra, junto al secretario de Estado Marco Rubio, el congresista Carlos Giménez y el cabildero Mauricio Claver-Carone, lo más conspicuo del grupo anticubano dispuesto a todo, incluso aunque eso implique entrar en colisión con algunos aspectos del programa de gobierno del actual mandatario.

Recién llegada al Congreso, inició su labor con un proyecto de ley, copatrocinado por otros políticos de ascendencia cubana, que pretendía impedir una normalización de las relaciones entre EE. UU. y Cuba.

La propuesta buscaba que ningún presidente de EE. UU. pudiera retirar a la Mayor de las Antillas de la espuria lista de países que promueven y financian el terrorismo.

Una simple mirada a sus perfiles en las redes sociales permite apreciar su «activismo».

En los tuits abundan llamados a más bloqueo contra Cuba, al cierre total de los viajes, y a impedir la llegada de remesas familiares, etc.

La vida y su carrera la han colocado más de una vez en una encrucijada, marcada por la competencia para ver quién logra superar la maldad propuesta por el otro, quién suma la peor idea, la que más daño pueda hacer a la tierra de sus padres.

Todos ellos saben bien que no dominan ni tienen una influencia seria en la política de EE. UU. hacia Cuba, pues está claro que no la trazan, pero conocen que el amo que les paga mira, aprecia y premia sus esfuerzos.

A Salazar no le alcanzarán los almuerzos ni los cafés, ni la falsa retórica de siempre. A la larga, no por gusto se ganó el título inmerecido de «la peor de todos».

Se adaptará al giro de los vientos y danzará al ritmo que marquen las panderetas desde la casa real estadounidense.

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Aris dijo:

1

22 de mayo de 2025

18:22:08


Algún día María E. La Chusmita Salazar pagará por el daño que le hace a la tierra que la vio nacer (por equivocación). Es diabólica está reina de la chusmería miamense. La veremos caer, sin dudas, las malas causas, también tienen su final.