El pasado 21 de julio, Estados Unidos exigió unilateral y abruptamente que el Consulado General de China en Houston cesara todas las operaciones y eventos, en clara provocación política como parte de su escalada sin precedentes contra el gigante asiático. Posteriormente, agentes estadounidenses entraron por la fuerza al inmueble, propiedad de Beijing, según la Convención de Viena sobre el tema y el tratado bilateral de cuestiones consulares.
En reacción legítima y necesaria ante tales hechos, la nación asiática informó la decisión de retirar su consentimiento para el establecimiento y operación del Consulado General estadounidense en la ciudad de Chengdu, y expresó que «dará una respuesta adecuada», acorde a la gravedad de los sucesos acaecidos. Asimismo, el portavoz de Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Wang Wenbin, denunció que la embajada de su país en Washington d.c. «ha recibido recientemente amenazas de bomba y muerte contra las misiones y el personal diplomáticos chinos en EE.UU.».
En medio de esta compleja situación, la Casa Blanca promueve un nuevo foco de tensión mundial, mediante la militarización del Mar de la China Meridional. El envío reciente de los portaaviones uss Ronald Reagan y uss Nimitz para realizar uno de los mayores ejercicios de la Marina en los últimos años, incrementa la injerencia estadounidense en la zona, precisamente mientras Beijing realizó prácticas navales allí.
El portavoz de la Cancillería china, Zhao Lijian, afirmó que Estados Unidos busca «poder beneficiarse de las aguas turbias, hace todo lo posible para alimentar los problemas y sembrar la discordia entre China y otros países regionales, frustrando y socavando los esfuerzos de China y los países de la Asean de mantener la paz y la estabilidad» en esta región.
Algunos estrategas militares en ee. uu. podrían desear un «conflicto controlable» en este escenario, advirtió Ho Bo, director del Centro de Estrategias Marítimas de la Universidad de Beijing, de acuerdo con RT. No obstante, cualquier acción armada en el área puede tener consecuencias imprevisibles, motivada por la ambición de Washington sobre las reservas estratégicas de petróleo, gas y recursos pesqueros presentes en el Mar de la China Meridional y su interés en dominar una de las vías marítimas más transitadas del planeta, por donde se estima pasan 3,4 billones de dólares de comercio y un tercio de toda la navegación mundial cada año.















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WILFREDO JESUS BLANCO dijo:
1
27 de julio de 2020
10:14:03
Yoel Hechavarria Azahares Respondió:
27 de julio de 2020
13:19:39
Cristina Theys dijo:
2
28 de julio de 2020
02:57:08
cirilo dijo:
3
28 de julio de 2020
08:42:22
Joan dijo:
4
28 de julio de 2020
09:26:33
Isnel grinion dijo:
5
9 de septiembre de 2020
09:37:15
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