ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

La vida está llena de imprevistos. En el ámbito personal, el fracaso, la pérdida de amistades, la enfermedad, la muerte. En el global, acontecimientos que ningún analista o futurólogo prevé, como la caída del Muro de Berlín y de las torres gemelas de Nueva York. Nadie sospechó tampoco que en pleno siglo xxi, con todos los recursos de la ciencia, la humanidad se vería amenazada por una pandemia.

¿Quién podía imaginar que vendría de China, en forma de una enfermedad contagiosa, la causa de la más profunda crisis del capitalismo desde 2008? Según el Morgan Stanley Composite Index, en pocas semanas en el mercado financiero las acciones de las bolsas de valores del mundo perdieron 15,5 billones de dólares. ¡Más de ocho veces el pib de Brasil en 2019!

¿Alguno de esos especuladores y megainvestigadores afectados en su bolsillo (la parte más sensible del cuerpo humano) se habrá empobrecido? Y, sin embargo, antes de la pandemia casi todos se negaban a dar su contribución para la adopción de medidas de combate al hambre y al calentamiento global.

Eso me recuerda el sitio de Jerusalén por los romanos en el año 70. Llegó un momento en que el rico ofrecía una vasija llena de oro a cambio de un pedazo de pan.

El coronavirus nos obliga a asumir una espiritualidad y una actitud nuevas ante la realidad. No hace distinciones de clase, como sí hace la gastroenteritis, que mata a millares de niños desnutridos; ni de orientación sexual, como el sida, que afectaba mayoritariamente a los homosexuales. Ahora todos somos vulnerables, aunque varíen las franjas etarias y las situaciones de riesgo.

Todos nos vemos forzados al recogimiento obligatorio, a volvernos hacia el interior de la casa y de nosotros mismos, a desasirnos. Ese abandono de las actividades de rutina y las agendas programadas nos puede sublevar o humanizar. Sublevados quedarán quienes están apegados a ciertos hábitos que, por ahora, están prohibidos, como ir al cine, al teatro, al club. En el caso de los ancianos, no podrán tener contacto con los nietos y deberán mantenerse el mayor tiempo posible en sus casas.

Los viajes aéreos se han reducido, las fronteras nacionales se han cerrado, las giras turísticas están canceladas. No nos queda otra alternativa que quedarnos quietos donde estamos. Huit-clos, entre cuatro paredes. Puede ser que descubramos, como Sartre, por qué los otros son el infierno. Y puede ser que rescatemos la convivencia familiar, el diálogo con la familia, el cuidado de la casa (todo debe ser higienizado).

Es hora de aprender a trabajar y estudiar sin salir del espacio doméstico. Ahora tenemos más tiempo para ver películas en la televisión, navegar en internet, leer buenos libros, investigar, meditar y orar.

El virus iguala a todos. Pero no nivela los caracteres. El matrimonio burgués, que nunca se tomó el trabajo de entrar en la cocina o limpiar la casa, ahora se ve forzado a arremangarse la camisa o correr el riesgo de que uno de sus empleados les lleve el virus al hogar. El recalcitrante no sigue las instrucciones de las autoridades sanitarias, y el egoísta compra en la farmacia todo el stock de gel de alcohol y máscaras.

Conozco una joven que se ofreció para hacerles las compras a los vecinos vulnerables de su edificio sin cobrar nada por ello. Otra distribuyó su número de teléfono para que los ancianos aislados tengan con quién conversar. Un matrimonio de abogados va en su auto todas las mañanas a buscar a su cocinera en la periferia y a llevarla de vuelta por la tarde, para evitar que use el transporte colectivo. Tres familias vecinas de un hospital decidieron preparar almuerzos para los enfermeros y médicos que doblan su horario de trabajo. En Italia, los vecinos se asoman a la ventana al caer la tarde y cantan en coro. Las iglesias, mezquitas, sinagogas, les abren sus puertas a quienes viven en la calle y necesitan cuidados higiénicos. En fin, son innumerables los ejemplos de generosidad y solidaridad en este periodo en que estamos todos potencialmente amenazados.

Esos gestos tienen su fuente en la espiritualidad, aunque no sea de carácter religioso. La espiritualidad es la capacidad de abrirse amorosamente al otro, a la naturaleza y a Dios. Y su mejor enseñanza en la generosidad, el secreto de la felicidad. Rico no es quien tiene todo, decía Buda, sino quien tiene necesidad de poco.

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Felipe Rolo dijo:

1

11 de abril de 2020

09:21:53


Excelente articulo, como siempre Frei Betto nos ofrece una visión del mundo que ojalá muchos compartieran. Sólo no coincido en su alusión a la procedencia del evento, sabemos que pudiera haber sido en cualquier otro nicho ecológico donde emergiera el nuevo coronavirus, condiciones hemos creado para ello en todo el planeta. Lo más relevante que ha venido de China considero que es precisamente la espiritualidad, expresada en la solidaridad global que han puesto de manifiesto como si quisieran pedir disculpas al mundo. Mientras otros "de color naranja" están manipulando dicho evento para destruir la parte de la humanidad que ellos consideran no apta para la vida.

Carlos Ovel dijo:

2

11 de abril de 2020

09:48:52


Muy importante el tema abordado por el camarada Betto. La situación actual le ha dado motivos a la humanidad para reflexionar y dar a luz toda esa energía espiritual que lleva dentro, en estos días, el ser humano se ha convertido inevitablemente en lo que realmente es, a su vez, la naturaleza se ha recuperado de su impacto, estableciendo sus propios balances. El espíritu se impone sobre lo material, sobre los estatus sociales, respondiendo al instinto de supervivencia, ya que es el espíritu quien nos impulsa a ser más humildes, justos, solidarios, a tomar las mejores decisiones, a ser más humanos y más semejantes a la naturaleza de Dios.

Anaili Suárez Castro dijo:

3

11 de abril de 2020

09:58:23


Acertado artículo de Frei Betto. Gracias por la reflexión.

Cesar Largaespada P. Respondió:


12 de abril de 2020

09:36:10

No es cierto que la epidemia nos igual a todos, es un premisa errada, mas bien acrecienta las diferencias sociales. Los ricos y poderosos apuestas siempre a sobrevivir ellos y no importan cuantos de la chusma mueran, no nos engañemos. Hoy se público un artículo en GRANMA de como una empresa de EEUU compro otra que producía ventiladores y le prohibió vendérselos a Cuba. ¿será que nos han igualado? no seamos ingenuos.

Emigdio dijo:

4

11 de abril de 2020

15:49:38


Pues yo veo en COVID-19 el grito de la madre naturaleza diciendo BASTA YA DE TANTA CONTAMINACIÓN.

Patricio Respondió:


12 de abril de 2020

14:30:17

Egmidio : pandemias han habido siempre. Hasta en tiempos de Roma estan repertoriadas terribles pestes. La naturaleza tiene sus reglas. Terremotos volcanes ciclones fríos calores. Decía leonardo da vinci que la naturaleza no traiciona NUNCA sus reglas

Ruben dijo:

5

11 de abril de 2020

18:43:42


Gracias Frei Betto por hablar de la espiritualidad en estos momentos. Quizás el futuro post-pandemia sea diferente. Quizás.

Isabel Cristina dijo:

6

11 de abril de 2020

20:16:55


Es bello su artículo, como muchos de los que ha hecho. Sin embargo Betto, pienso que los hombres en su bregar cotidiano, y sus preocupaciones individuales relega temas importantes, el rico con sus planes y por qué no también no todos son malas personas quieren aman y a veces abarcan causas justas que trata de paliar y el pobre porque lucha mucho para conseguir el alimento, pienso que podemos dar el beneficio de la duda del pensamiento loable y justo a todos. Pero aún así uno comprueba en el hombre de cualquier, digamos élite o clase su valor para luchar y enfrentar las dificultades. para lograr vencer o paliar la peligrosidad de una situación, cada cual desde su "rincón" tiene y debe e generar ideas criterios para lograr la unidad de todos seamos pueblo seamos gobernantes para luchar contra el peligro , y seguir adelante contando con las buenas acciones que usted menciona y con otras dicebuenas acciones comoatar todos de vivir las que usted menciona y otras más enfocadas en tratar de ganar la vida a lo imprevisto. Gracias t

jcpalomo dijo:

7

12 de abril de 2020

08:09:04


Excelente artículo siempre llamando a la reflexión, la naturaleza está reclamando un mundo mejor.

Julio dijo:

8

12 de abril de 2020

19:31:07


Solo los hombres que llevan luz, al decir de José Martí, son capaces de hacer tan trascendentes y extraordinarias reflexiones como estas, todos los hombres de bien nos sentimo hoy, ante esta bella pieza, mejores personas. Muchas gracias amigo y compañero FREI BETTO.