La irreversible victoria de Evo Morales en las recientes elecciones en Bolivia, (46,38 % de votos para Evo y 36,03 % para Carlos Mesa, con un 98,35 % de las actas computadas), ha sacado a la luz pública varias aristas de cuál es el papel de la OEA y de Washington en toda esta campaña para desestabilizar a los gobiernos populares o de izquierda, y devolver los asientos, aunque sean perdedores, a quienes levantan las banderas del neoliberalismo y de la sumisión a Estados Unidos.
La OEA, como era de suponer, se alineó a los perdedores y optó por cuestionar el sistema de votación y a la ley electoral que dice textualmente que «se declara vencedor al aspirante que supere por diez puntos porcentuales a su más cercano contrincante».
El presidente Evo Morales ha calificado la acción de la OEA como un golpe de Estado contra el pueblo boliviano.
El Gobierno de Estados Unidos, además de orientar a la OEA, y trazarle su hoja de ruta ante cada proceso democrático en la región, actuó de manera directa desde su embajada en La Paz.
La Organización de Estados Americanos insistió en que «existen razones suficientes para sugerir una segunda vuelta…», y convocó a una reunión de su Consejo Permanente, en Washington, donde cuestionó el proceso electoral boliviano e introdujo elementos de fraude, de una segura segunda vuelta, y otros, con el único fin de desconocer la victoria de Evo.
El embajador de Estados Unidos, Carlos Trujillo, se atrevió a decir que la demora en el conteo de votos se debió a que el partido de Morales no iba ganando.
En tanto, la representante de Nicaragua, Ruth Tapia, advirtió que «no es competencia de la oea intervenir en asuntos internos de países soberanos». En igual sentido se pronunció la embajadora de México, Luz Elena Baños, quien afirmó que «el informe presentado por la oea debió esperar el conteo completo de las actas electorales».
EE. UU. ha apostado por la violencia
Por su parte, la red Jubileo Sur Américas en su página web ha publicado varios artículos en los últimos días que evidencian la burda intromisión de Estados Unidos en el proceso electoral de Bolivia.
Refiere que embarcaciones llenas de armas han estado realizando viajes desde Estados Unidos, específicamente Miami, al puerto chileno de Iquique. Esta carga es enviada dentro de contenedores declarada como artículos de misceláneas.
Además, se denuncia que el ciudadano boliviano Juan Carlos Rivero es quien está a cargo de comprar las armas en Estados Unidos y hacerlas llegar a la Coordinadora Nacional Militar en Bolivia. Esta persona está en relación directa con el político opositor radicado en Miami, Manfred Reyes, quien además está vinculado a la Embajada estadounidense en La Paz.
Otros elementos de lo publicado en la web Jubileo Sur Américas, refieren que la sede diplomática estadounidense ha estado dando seguimiento permanente a la entrega de las armas y municiones a través de colaboradores secretos. En este sentido, se han reunido con los principales líderes de la oposición boliviana en función del financiamiento y asesoramiento a las acciones violentas planificadas.
Con ese aval a su favor, el perdedor opositor Carlos Mesa y sus más cercanos colaboradores han llamado a acciones desestabilizadoras, a la vez que pretenden declararse vencedores y crear una especie de poder paralelo en el departamento de Santa Cruz.
COMENTAR
R PONS dijo:
1
25 de octubre de 2019
08:25:26
Cubaneo dijo:
2
25 de octubre de 2019
10:18:31
Cubaneo dijo:
3
25 de octubre de 2019
10:23:05
Cubaneo dijo:
4
25 de octubre de 2019
10:25:16
Moraima dijo:
5
25 de octubre de 2019
10:42:54
icelda dijo:
6
25 de octubre de 2019
13:01:33
Miguel BM dijo:
7
25 de octubre de 2019
13:23:26
M E R dijo:
8
25 de octubre de 2019
14:56:25
angel sánchez dijo:
9
25 de octubre de 2019
21:21:12
Responder comentario