ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Los manifestantes rechazan que la prensa nacional no dé cobertura a las protestas sociales. Foto: Reuters

El balance no podría ser peor: 13 muertos, decenas de heridos y más de 1 500 detenidos en Chile, expresión de la furia neoliberal que ha tenido escenarios similares en Brasil, Argentina y Ecuador.

Así transcurría este lunes en ciudades llenas de pueblo y donde los carabineros –como en época de la dictadura– lanzaban gases lacrimógenos, balas de goma y otros artefactos contra pacíficos manifestantes.

En tanto, el presidente Sebastián Piñera calificaba a sus conciudadanos como «banda de criminales» y, aunque cedía en cuanto al precio del pasaje del Metro, ni  una palabra ha dicho de las demás medidas neoliberales que aplica en detrimento de la población más humilde y de los estudiantes.  

Piñera, que preside un país de Sudamérica convulsionado por su accionar en la adopción de leyes en detrimento de los pueblos,  al parecer no conoce el refrán popular de que «cuando veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo».

De no ser así, cómo entender que solo dos días antes de que la intensidad de las actuales protestas lo llevara a invocar el estado de emergencia, declarara en entrevista con Radio Cooperativa que Chile era «un verdadero oasis en medio de una América Latina convulsionada».

La desesperación popular mostró a un Chile que nada tiene de oasis y que mucho de su actual derrotero lo vincula con esa pesadilla que fue la dictadura militar de Augusto Pinochet, cuyas cimientes no han sido arrancadas por ninguno de los llamados «gobiernos democráticos» posteriores a la misma.

Estas últimas protestas tuvieron el detonante cuando el Gobierno chileno subió el precio de los pasajes en Metro a 1,17 dólares el ticket, uno de los más caros de la región.

Un mar de pueblo afectado por tales medidas arremetió contra unas 78 estaciones de Metro y otros centros comerciales, mientras los carabineros acudían a reprimir.

La declaración del toque de queda no resultó impedimento para que continuaran las movilizaciones populares. 

Había llegado la hora para que el llamado «oasis» chileno, de Sebastián Piñera, exhibiera su verdadero rostro y  mostrara un panorama similar al de otros países vecinos cuyos gobernantes son exponentes de la más rancia política neoliberal.

No por casualidad estos gobiernos –de Chile, Brasil, Argentina– forman parte del llamado Grupo de Lima, ese apéndice de la desprestigiada oea que ni una palabra de condena ha expresado ante situaciones tan evidentes de violación de los derechos humanos.

A propósito, tampoco la señora Michelle Bachellet, expresidenta chilena y actual responsable del Comité de Derechos Humanos de la onu, se pronunció desde su doble condición de chilena y defensora –se supone– de los derechos humanos, cuando comenzó la embestida brutal de los carabineros contra el pueblo. Este lunes hizo una declaración llamando a la cordura, igualando a los que protestan y a los que reprimen.

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lionis dijo:

1

22 de octubre de 2019

08:57:39


bueno dias Lamentablemente esa es La > de los pocos, de lo mas ricos,de la élite del poder , no le interesa el pueblo.

Miguel Angel dijo:

2

22 de octubre de 2019

10:15:28


Excelente reflexión. La injusticia no puede vencer, ni puede esconderse bajo palabras edulcoradas. La aplicación desvergonzada de medidas neolieberales, para favorecer a las oligarquías en detrimento de las condiciones de vida del pueblo no pueden permitirse. Las mayorías perjudicadas tienen el derecho de exigir sus justos reclamos. Los criminales son ellos, los supuestos líderes, elegidos para llevar las riendas de la nación en beneficio de todos, no de los más ricos y poderosos. Se ha desatado una reacción en cadena en varios países de la región, se veía venir, la paciencia de los pueblos se agotó. Simultáneamente aparecen protestas no sólo en Chile, sino además en Ecuador, Colombia, Argentina, Brasil, Haití, entre otros. Es cierto, donde están la desfachatada oea y la representante de los ddhh en la onu, bachelet, que tanto acusó a Venezuela ? El neoliberalism es una política fracasada, una y otra vez. Nada bueno le ofrece a las grandes masas populares.