Con el viejo truco de que las sanciones de Estados Unidos contra otros países van dirigidas a mandatarios o gobiernos no afines a sus postulados imperiales, ahora el bloqueo total contra la República Bolivariana de Venezuela, es «contra Maduro» y no contra el pueblo. ¡Qué ignominia!
Esa, que ni el execrable John Bolton se cree, es la matriz mediática que tratan de imponer junto a la de un supuesto apoyo de unos 50 países y la «legitimidad» de un impostor como Juan Guaidó, capaz de aplaudir que se esté estrangulando al pueblo del que se supone forme parte.
El plan no es nuevo. Contra Cuba lo hicieron hace más de 60 años. Entonces las sanciones eran «contra Castro» –decían– y aclaraban que no pretendían afectar a la población cubana. El verbo «afectar» está mal usado, porque de lo que se ha tratado es de rendir por hambre, y el verbo «rendir» no se usa en nuestro país.
Pero Cuba jamás creyó en esas mentiras disfrazadas de zanahorias. Fidel, seguidor fiel del pensamiento de José Martí, sabía de las entrañas perversas de ese monstruo.
Las sanciones, el bloqueo total, la suspensión de la compra de nuestros productos, la persecución por todo el mundo para sancionar a quien comercie con la Isla, las amenazas y hasta las intervenciones armadas, atentados terroristas de todo tipo, financiamiento de mercenarios dentro del país, radio y tv dirigidas directamente a nuestro territorio, entre otras acciones hostiles, se han estrellado contra el muro de la dignidad y la resistencia.
Muchas de ellas, con nuevos nombres y más cantidad de dinero, se siguen usando en este siglo XXI.
Para tratar de doblegar a Cuba, Washington se apoderó de la pésima conciencia de algún que otro personaje europeo, y –genuflexo al fin– que impuso una llamada «posición común» para hacer más cruel la política de bloqueo.
No es casualidad que los gobiernos estadounidenses hayan hecho de las sanciones económicas y financieras su principal arma antes de acudir a las guerras, las invasiones, los bombardeos. Y no es coincidencia que los pueblos resistan, venzan y nunca declinen su
bandera.
En el caso de Venezuela, como ha sido con Cuba y Nicaragua, han usado como comodín de su política a una desprestigiada oea que, luego de sus fracasos –y por orden de Washington–, ha formado el llamado Grupo de Lima, donde representantes de algunos gobiernos repiten como papagayos que las sanciones no son contra el pueblo sino contra Maduro.
En contexto:
Tras la oficialización del bloqueo estadounidense contra Venezuela el lunes 5 de agosto en la noche, mediante una Orden Ejecutiva emitida por el presidente Donald Trump, los medios y representantes políticos del antichavismo enfilan una campaña de blanqueamiento.
Los activos sobre los cuales pesa la medida (Citgo, principalmente) no son propiedad del gobierno, sino del Estado. Y esto significa que, en última instancia, pertenecen a la nación. A todos los venezolanos.
Citgo y otros bienes y activos en territorio estadounidense no «pertenecen» al gobierno, aunque de él dependa su administración y gestión.
Pero la narrativa de presentarlo de esta manera ante la opinión pública persigue el doble objetivo de desaparecer a la sociedad venezolana en su conjunto como víctima principal del embargo recientemente declarado, al mismo tiempo que encubre el enorme robo a bienes económicos de todos los venezolanos, valorados en más de 20 000 millones de dólares.
La Orden Ejecutiva obliga a la ruptura masiva de relaciones económicas y comerciales con el Estado venezolano a escala internacional, prohibiendo cualquier tipo de interacción para la importación de bienes básicos para el país.
Las consecuencias de esta presión es lógica: el socavamiento del sistema de protección social del Estado venezolano, el desmantelamiento progresivo de los servicios públicos y un mayor malestar económico producto de la escasez y encarecimiento de bienes básicos como alimentos y medicinas.
Pero estos obstáculos y afectaciones a la población ya vienen ocurriendo desde hace años, bajo una lógica acumulativa... En tal sentido, el rasgo que diferencia el alcance de esta Orden Ejecutiva yace en el sello legal que le imprime al bloqueo económico, financiero y comercial iniciado en 2015.
Fuente: Misión Verdad















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Jean Bernard Collette dijo:
1
10 de agosto de 2019
01:58:00
Manuel Domínguez Moreno dijo:
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10 de agosto de 2019
04:19:41
manu dijo:
3
10 de agosto de 2019
08:28:23
Manuel Escalona Garcia dijo:
4
10 de agosto de 2019
10:26:45
peter j. melian dijo:
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10 de agosto de 2019
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Cubaneo dijo:
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Roberto Hernandez dijo:
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Cubaneo dijo:
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10 de agosto de 2019
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oscar serrano dijo:
9
11 de agosto de 2019
06:51:43
Marco Antonio dijo:
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12 de agosto de 2019
15:52:11
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