Encontrar a alguno de los 382 electromédicos cubanos de misión en Venezuela no es difícil en ninguno de los 24 estados del país porque su perfil es simplemente una novedad por estas tierras, pero en el Hospital Universitario de Caracas, ubicado en los predios de la Universidad de Ciencias de la Salud, se puede encontrar aun más fácilmente a Rolando Santana Campos, preguntando simplemente por el profesor que arregla equipos.
Licenciado en Física electrónica y jefe del taller nacional de electromedicina de la Misión Médica cubana aquí, Santana es también responsable del proyecto de reparación y mantenimiento de equipos suscrito entre Cuba y Venezuela para «curar» la tecnología… y para enseñar a hacerlo.
«El proyecto surge a partir de la necesidad general que tienen los hospitales en Venezuela, que no cuentan con electromédicos. No, no tienen recursos humanos dedicados a reparar estos equipos y por ello las autoridades venezolanas y cubanas nos dieron la tarea de formarlos», explica el licenciado.
Desde que se firmó la matriz del programa, profesores cubanos seleccionados en nueve estados perfilaron en una mesa de trabajo un plan de estudio que fue avalado por otros especialistas de la Isla con tutores de Cuba y ajustado a la realidad de Venezuela. «El proyecto comenzó en abril e involucra a 175 estudiantes de todo el país. Ya se observa su impacto social, porque en los lugares donde se aplica se ha dado mantenimiento preventivo a 721 equipos. Aquí, en el Hospital Universitario de Caracas, se han regresado al servicio 32 equipos médicos que estaban fuera de operaciones», amplía Santana.
¿Quiénes los arreglan? Los estudiantes, bajo su guía, en sesiones de teoría y práctica. «Son bachilleres, algunos graduados en mantenimiento o en economía, pero con poca experiencia en la electrónica y en la reparación de equipos médicos. Todos muestran un interés muy grande, y a medida que avanza el curso se especializan en los diferentes sistemas», aclara.
–Algunos equipos sensibles recuperados serían, por ejemplo…
–En este primer módulo, de electrónica médica, que avanza parejo en los nueve estados y termina el 21 de junio, se han reparado monitores de parámetros fisiológicos, desfibriladores, electrocardiógrafos, aparatos de electrocirugía y algunos equipos de recuperación de terapia: láser, camas magnéticas… Luego iniciaremos el módulo de equipos de laboratorio. En todo el país trabajamos en muchas más cosas, porque alistamos otros equipos, fuera del módulo.
«Ahora trabajamos en la recuperación y montaje del servicio de resonancia magnética del estado de Yaracuy y rescatamos el de Vargas. A medida que avance el proyecto, se incorporarán nuevas especialidades y el impacto crecerá».
El programa debe concluir con un examen final teórico-práctico. Luego, los egresados pasarían a la empresa estatal Venezolana de Servicios Tecnológicos para Equipos de Salud (VenSalud), como posible cantera para la plantilla de los hospitales públicos. Muchos trabajarían en el Centro Nacional de Electromedicina, previsto abrir en el país. Unos 105 hospitales esperan por esta nueva fuerza para bajar el índice de roturas y elevar el coeficiente de disponibilidad técnica.
–¿Cala en Venezuela la cultura de la reparación?
–Cuando iniciamos el proyecto me sentía escéptico, pero ahora estoy muy contento con los estudiantes porque veo su enorme deseo de aprender y el impacto que dejan. Tengo muy buena comunicación con ellos, me parece que estoy en familia, como si fueran cubanos. Lo que más me estimula es que a las clases prácticas llevamos el equipo roto, aplicamos el conocimiento y hacemos que regrese, ya operativo, rumbo al servicio. Eso entusiasma mucho al estudiante, admite Santana.
Una lección en tiempos de bloqueo
Tras 15 años trabajando con equipos médicos, en su condición de técnico instrumentista, Napoleón Quintero se apuntó en el proyecto. «He participado en varios programas de mantenimiento de instalaciones hospitalarias y suministro de equipos, en concreto convenios con instituciones internacionales –Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo– que terminaron y fueron abandonados», cuenta.
«Esta capacitación es muy buena porque toca en verdad el corazón de los hospitales, que son los equipos y se transfiere tecnología y conocimiento, algo de lo que siempre hablaba el Comandante Chávez», sostiene.
Napoleón relata la enorme cantidad de equipos dañados que por años ha visto apilarse en instituciones de salud. «Aparte del grave problema que tenemos por el bloqueo, porque no podemos adquirir accesorios, piezas y repuestos, padecemos la falta de mantenimiento a los equipos», afirma.
–¿Le ve futuro a esta especialidad que ustedes inician?
–Mírelos, estos estudiantes serán los futuros técnicos en nuestras instituciones de salud, y muchos van a capacitar a otros jóvenes. Yo mismo, en la actualidad no tengo trabajo; anduve por mi cuenta y hoy estoy en el hospital de Vargas, pero todavía no integro la nómina del Ministerio de Salud. Los técnicos que ahora nos formamos pasaremos por los hospitales para reparar el equipamiento. En esa estadía, muchos pudiéramos ser incorporados a trabajar en ellos.
La ingeniera en mantenimiento Yamilé Contreras refiere: «Sentí curiosidad por el proyecto, me llamó la atención y vine. Tenemos un déficit grande en equipos médicos y este curso nos ayuda a unirnos para fomentar que los disponibles funcionen bien. Esto permitirá que los pacientes se estimulen y crean más en este proceso».
–La recuperación de medios usados no está muy arraigada en Venezuela…
–No, aquí siempre los equipos averiados fueron reemplazados por otros nuevos. Ahora tenemos estos dañados, mientras hacen falta en los hospitales, por eso esta es la gran oportunidad de echarles mano y demostrar que sí los podemos levantar de nuevo.
–¿Será una lección, en tiempos de bloqueo y tensiones económicas?
–¡Claro! Nos ayuda a querer más lo que tenemos y a poner mucho cuidado y mayor responsabilidad, como persona y como institución. Hacemos conciencia para que esta idea se sostenga cuando lleguen tiempos mejores.
–¿Qué aprendió y qué espera ahora?
–Aprendí que cuando se salva una vida en Venezuela, Cuba está cerca, en la lección que nos da. Quiero poder compartir en un hospital tendiendo mi mano. Yo espero quedarme en esto.















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Aurora dijo:
1
4 de junio de 2020
13:36:44
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