ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Aida Touma Suleiman, diputada y miembro del Parlamento de Israel y Adel Amer, secretario general del Partido Comunista de Israel. Foto: Yaimí Ravelo

Existe una tendencia entre los medios y analistas occidentales a clasificar las disputas entre partidos políticos en Israel como una pujanza entre «halcones y palomas», refiriéndose a la posición de cada cual respecto a la ocupación del gobierno sionista sobre las tierras palestinas.

En este caso, los halcones serían quienes apoyan los asentamientos judíos y la política de terror que mantiene Israel sobre el pueblo árabe; y paloma, aquellos partidos que de alguna manera se oponen a esto.

Claramente el partido Likud, cuyo presidente es el actual primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, encabezaría la lista de los halcones y, según los analistas, el Partido Laborista lideraría las palomas.

Pero si hay algo claro en política es que nada es totalmente blanco o negro. Existen matices que atemperan las posturas estratégicas por las que se combaten.

«Cuba es el bastión principal para América Latina contra la hegemonía imperial de EE.UU. Es una fuente de inspiración y ejemplo de resistencia. Cuba es una esperanza» Adel Amer, secretario general del Partido Comunista de Israel Foto: Yaimí Ravelo

Sobre este y otros temas relacionados con la realidad israelí, Granma conversó con Adel Amer, secretario general del Partido Comunista de Israel, así como con la delegación que lo acompañó en una visita oficial a la Isla.

«Nuestro partido no es ni lo uno ni lo otro», explicó Amer.

«Lo que los medios no dicen, es que los llamados partidos palomas realmente tienen una agenda secreta marcada por el racismo y la xenofobia».

El secretario general expuso que la verdadera razón por la que los partidos, como el Laborista, apoyan el nombramiento del Estado de Palestina es porque quieren crear un Estado judío puro.

«O sea, ellos quieren “limpiar” Israel. Expulsar a los árabes, confinarlos en un lugar. Además, no pretenden devolver a Palestina los territorios actualmente ocupados».

Según Adel Amer lo que diferencia al Partido Comunista de los otros partidos es que apoya el establecimiento del Estado palestino respetando las fronteras de 1967, con Jerusalén Oriental como su capital, el regreso de los refugiados políticos y el fin de los asentamientos sionistas en territorios de Palestina. «El Partido Comunista no es un halcón ni una paloma, es el verdadero campo de la paz».

Salam Bilal, secretario de la filial del partido en la ciudad de Nazareth, quien forma parte de la delegación visitante, ahondó en los motivos por los que el Partido Comunista condena la ocupación israelí.

«La ocupación viola por principio los estatutos de las Naciones Unidas que prohíben la modificación demográfica y topográfica de las zonas en conflicto», declaró.

El también miembro del Comité Central manifestó que Israel pretende controlar la zona mediante el uso de prácticas fascistas contra el pueblo palestino.

«La extrema derecha de Israel usa como excusa que se trata de un conflicto religioso para parcializar la opinión pública en su favor, disfrazando un conflicto claramente político, económico y de supremacía geográfica con la “voluntad de Dios”», exteriorizó.

Pero, continuó Bilal, «esto es fácil de desenmascarar. Solo hace falta ver las atrocidades que Israel comete día a día no solo contra los territorios ocupados sino contra los árabes dentro del propio país».

Aida Touma Sleiman, única mujer diputada del partido y miembro del Buró Político, enunció que el Partido Comunista critica fuertemente en cada oportunidad que tiene la discriminación y el abuso, tanto social como legislativo, que viven los árabes tanto dentro de Israel como en los territorios ocupados.

«Existe en el gobierno israelí una competencia interna para ver quién odia más a los árabes, mientras desarrollan una campaña basada en el miedo y el terror».

«En nuestro país más del 50 % de las personas clasificadas como pobres son árabes, de ellos el 20 % son palestinos. Estamos hablando de más de 1 000 000 de niños que se encuentran en el umbral de la pobreza», refirió.

La diputada añadió que oficialmente el programa político del actual gobierno abiertamente discrimina a los árabes. Más de 20 leyes, algunas aprobadas y otras pendientes, los golpean.

Por ejemplo, dijo, existe una nueva ley pendiente a ser aprobada por el Parlamento llamada Ley del Nacionalismo que describe al Estado de Israel como un estado extrajudío.

«La ley plantea que no importa dónde haya nacido la persona, si es judía es por transitividad ciudadano de Israel. Por tanto, una persona nacida en EE.UU. que ni siquiera ha estado en Israel tiene más derechos en nuestro país que un árabe que haya nacido aquí. Es una ley que institucionaliza la discriminación dentro del país».

Touma Sleiman aclaró que el Partido rechaza reconocer a Israel como un estado judío. «Somos un partido opositor al sionismo».

«A todo esto debemos sumar que en Israel no existen inversiones gubernamentales en barrios o zonas de mayoría árabe. Sus salarios son muy bajos y los centros educativos y sanitarios tienen pésimas condiciones», subrayó.

«El gobierno israelí actualmente utiliza del 40 al 45 % del presupuesto del estado en mantener y extender los asentamientos sionistas en territorios ocupados y en la carrera armamentista y el militarismo».

Los representantes del Partido Comunista coincidieron en que la reciente visita del presidente de EE.UU., Donald Trump a Israel y Palestina es un indicador de desastre.

«EE.UU. se vende al mundo como un mediador en este conflicto, cuando es conocido que apoya la campaña ocupacionista del sionismo. Entre ambos países existe una alianza con el objetivo de mantener el status quo del Medio Oriente y sus poderes en la región», comentaron.

Por otro lado, «nosotros sentimos un profundo afecto por la Revolución, el Partido y el pueblo de Cuba. Así como reconocemos las muestras de solidaridad de la Isla con los movimientos progresistas de todo el mundo», expresó secretario general, Adel Amer.

Según Amer esta visita fue la perfecta oportunidad para intercambiar visiones respecto a las realidades latinoamericana y del Medio Oriente. «Tenemos muy en cuenta las opiniones de Cuba».

Los representantes condenaron el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba por EE.UU.

«Cuba es el bastión principal para América Latina contra la hegemonía imperial de EE.UU. Es una fuente de inspiración y ejemplo de resistencia. Cuba es una esperanza», concluyeron.

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