
El 9 de mayo el viejo continente celebra su día. Hace exactamente 66 años, el entonces ministro francés de Asuntos Exteriores, Robert Schuman, expuso su idea de una nueva forma de cooperación política, —una Europa organizada—, que convirtiera en imposible un conflicto bélico como la II Guerra Mundial. Esa idea era la de una institución europea que mancomunara y gestionara la producción de carbón y acero. Justo un año después se firmó el Tratado por el que se creaba esa institución. Sin embargo, el discurso de Schuman en París se considera el comienzo de lo que es hoy la Unión Europea (UE). Por lo tanto, cada Día de Europa pretende celebrar la paz y la unidad del continente.
“Europa es un continente diverso. Somos 28 Estados miembros cada uno con su democracia, opinión pública, historia, actitudes y cultura. La integración regional no es fácil y hacerla funcionar sin perder la soberanía, mantener la cultura distinta y, a la vez, tomar decisiones comunes es un enorme desafío”, señaló Herman Portocarero, embajador de la UE en Cuba, en una entrevista con Granma.
En la actualidad, la UE atraviesa difíciles momentos debido a la crisis migratoria, un escenario económico complejo en algunos de sus países miembros y el referéndum de Reino Unido, que podría afectar la integración en la comunidad.
A pesar de estas realidades, nuestra gente tiene que reconocer que, al más alto nivel, nuestro interés es mantener la toma de decisiones en común para el bien de todas las partes, añadió Portocarero.
El diplomático europeo defiende un mensaje alentador: “No podemos ser pesimistas a pesar de estos tiempos difíciles. En la UE las crisis siempre han fortalecido la integración. Aunque el primer reflejo sea el nacionalismo, después de esto se comienza a apreciar que hay que abrir las puertas e integrar más”.
Al referirse a los miles de personas que diariamente intentan llegar a Europa, puntualizó que “tenemos fronteras complicadas por todas partes y no podemos escaparnos de la realidad, ni de nuestra responsabilidad. Tenemos una crisis humanitaria con los refugiados y no podemos desligarnos”.
Trabajamos mucho para enfrentar esta situación en la región partiendo de los esfuerzos para logar la paz en Siria y trabajamos con Turquía, país clave en este problema. De igual manera, tratamos de reformar fronteras abiertas y adaptarlas a la realidad de miles de refugiados y de migrantes económicos. Es una mezcla donde se hace difícil mantener los criterios, pero continuamos en esas labores, indicó.
Principalmente, tenemos que cambiar la mentalidad de la sociedad pues hoy Europa necesita la migración de forma controlada y fomentar la paz en la región para aquellas personas que deseen regresar a su país de origen.
Aunque es un enorme desafío, “el mayor desde el punto de vista político y humanitario que nos ha tocado como generación europea”, según el diplomático hay que adaptarse a esos retos y enfrentarlos.
Si hablamos de fortalecer a la UE, “necesitaríamos cumplir los acuerdos con Turquía, restablecer la solidaridad dentro del bloque en cuanto al tratamiento de los refugiados y migrantes y reforzar la lucha contra el tráfico humano. Además fomentar un mayor empleo de los jóvenes, ya que en algunos países las cifras son elevadas, y mantener el cuidado de los ancianos y jubilados, es decir temas sociales”.
Esta seguridad y control en migración y los puntos sociales ya constituyen una agenda amplia, a la que se suman mejorar la integración financiera para controlar la especulación y los bancos, apuntó.
“Olvidamos lo que hemos logrado porque lo consideramos como normal, pero debemos darnos cuenta que es una enorme conquista —que ahora está amenazada— pero por la que vale la pena luchar. Ese es el mensaje del momento”, acotó.
Por otra parte, la UE tiene a sus puertas un referéndum cuyos resultados podrían cambiar las dinámicas. El próximo 23 de junio, Reino Unido decidirá si abandonan o no el bloque regional.
Al indagar sobre este tema, comentó que la presencia de Reino Unido es importante por el aporte de su visión al funcionamiento económico de la UE.
“Ellos nos han dado siempre una gran porción de realismo, mientras los idealistas —como yo— soñamos la sociedad, los ingleses la construyen. Y eso es un equilibrio muy importante. Su presencia ha sido muy importante y tendría que serlo siempre”, destacó.
Para el diplomático es un milagro que exista la UE después de tantos siglos de guerra y enfrentamiento. El principal reto sería mantener los logros de los últimos 50 años.
Por todo esto, “la UE y Cuba comparten desafíos comunes como la economía, la demografía y la falta de crecimiento económico”.
En marzo, la Isla y la comunidad finalizaron el proceso de negociaciones para consolidar las relaciones bilaterales a largo plazo. En aquel momento inicializaron el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación, un paso previo a la firma de este documento.
Para Portocarero, “los encuentros entre la parte cubana y la representación europea fueron una manera de aprender a conversar y a conocerse mejor. Hablamos de política en términos generales y a veces nos enfrentamos en ciertos temas”.
La negociación fue muy detallada, cada palabra cuenta. “Es un proceso de aprendizaje. Mis colegas tuvieron que pasar esa etapa de aprendizaje, de saber cómo se piensa y como se siente aquí, cómo se presenta el país y cuáles son las líneas rojas de ambas partes. Eso fue lo más útil del proceso de negociación. Ahora nos conocemos mejor”, expresó.
El proceso de negociación —un gran trabajo de las dos representaciones— incluyó mucha cooperación por nuestra parte, de todas las entidades de la misión y los servicios europeos, pero también de la delegación cubana, reflexionó.
Pero, “por primera vez tenemos un acuerdo amplio y que contiene casi todos los temas del diálogo político, cooperación para el desarrollo, seguridad, inversión, cooperación legal y jurídica, migración e incluso derechos humanos. Esta es la razón de una negociación muy larga, dos años, pero que es normal”.
Ante todo “es un acuerdo marco que abre puertas y posibilidades para la cooperación futura”.
Al referirse a la cooperación entre ambas partes, especificó que se definen en detalle los campos futuros: agricultura, seguridad alimentaria y cambio climático, actualización de la administración, cooperación en asuntos tributarios y comercio exterior.
Precisamente, este último acápite logrará posibilitar una mayor entrada de productos cubanos al mercado europeo y la diversificación de las exportaciones, que todavía se limita a productos tradicionales, dijo el funcionario.
Portocarero lo define en su conjunto como “un acuerdo a largo plazo para facilitar negociaciones específicas”.
Según sus palabras, las prioridades del trabajo comunitario en nuestro país son la seguridad alimentaria, el cambio climático que influye en la agricultura y la actualización administrativa.
De igual manera, agregó, se plantea una colaboración en lo cultural porque el futuro del país radica en la reafirmación de su identidad a través de la música y la conservación del patrimonio. “Por ejemplo, trabajamos en el Palacio del Segundo Cabo que se transformará en el centro de intercambio entre Europa y Cuba”, explicó.
Asimismo, —enfatizó el diplomático—, nos queda por hacer en el área académica, científica y en el comercio exterior para facilitar a Cuba una mayor entrada al mercado europeo.
A la comunidad europea, —sintetiza—, le “interesa que la sociedad cubana se transforme a su paso” y que en medio de una economía más abierta se garanticen “los logros sociales, manteniendo la identidad cultural”.
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Miguel Angel dijo:
1
9 de mayo de 2016
17:25:48
pie grande dijo:
2
10 de mayo de 2016
08:03:54
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