
Más de 40 años después del fin del conflicto armado en Vietnam, miles de minas y bombas lanzadas por Estados Unidos, aún sin detonar, constituyen una amenaza latente en la nación indochina.
Cada año Vietnam registra más de 1 500 muertos y cerca de 2 300 heridos, sobre todo niños, agricultores y recolectores de metal, por causa de estos explosivos.
A cuatro décadas de la reunificación del país, se estima que el 20 % del territorio vietnamita, equivalente a 6,6 millones de hectáreas, aún permanece contaminado con unas 800 000 toneladas de remanentes explosivos de la contienda.
Según estadísticas oficiales durante el periodo 1945-1975, los ejércitos enemigos esparcieron cerca de 15 millones de toneladas de estos artefactos sobre el territorio de Vietnam, cuatro veces más que todo lo utilizado en la Segunda Guerra Mundial.
Veteranos de guerra estadounidenses declararon, en varias ocasiones, que sus bombarderos B-52 arrojaban bombas las 24 horas del día, sin importar donde caían. Estas incursiones dejaron más de 300 000 toneladas de cargas sin detonar.
A lo largo de los años estos desechos de artillería han provocado más de 40 000 muertos y 60 000 heridos desde que terminó el conflicto en 1975. Además condicionan la vida de los pobladores e impiden el cultivo de la tierra.
Las bombas y minas abandonadas se encuentran esparcidas en 49 de las 63 provincias del país, concentrándose especialmente en la parte central. De acuerdo con datos del gobierno, algunas localidades cuentan con hasta el 80 % de su superficie contaminada por estos artefactos bélicos.
Las bombas no estalladas en tierras vietnamitas como legado de la guerra repercuten negativamente en la economía del país. Cada año el estado destina cuantiosas sumas de dinero para retirar los restos de artillería y habilitar las tierras para construcciones civiles. Además dificulta el acceso a los yacimientos de minerales e imposibilitan el desarrollo del turismo en los territorios afectados.
RESPONSABILIDAD COMPARTIDA
El programa de superación de las consecuencias de las bombas y minas remanentes después de la guerra en Vietnam es calificado como el mayor del mundo.
Los vietnamitas se empeñan en superar estas secuelas y según el Ministerio de Trabajo, Inválidos de Guerra y Asuntos Sociales se precisan alrededor de 10 000 millones de dólares y 100 años para la descontaminación de todas las tierras infectadas.
Inmediatamente al finalizar el conflicto bélico, el gobierno comenzó a aliviar las graves secuelas de la guerra. Cada año las autoridades destinan más de 100 millones de dólares para las dos tareas esenciales de esta obra: la detección y desactivación de materiales explosivos abandonados y el apoyo a las víctimas, el reasentamiento, la garantía del bienestar social del pueblo en las zonas afectadas y la educación y propaganda sobre los peligros de las abandonadas cargas sin detonar.
El ejecutivo vietnamita ratifica, cada cinco años, el programa de acción nacional sobre la erradicación de las afectaciones por las bombas y minas.
El objetivo de esta iniciativa ha sido movilizar más fuerzas internas y externas para eliminar por completo esa amenaza letal, en favor del desarrollo socioeconómico, la seguridad civil, y la reinserción de las víctimas a la vida social.
Desde 1975 a la fecha numerosos proyectos de desactivación de minas y bombas fueron desplegados con resultados muy alentadores. Sin embargo, aún sigue siendo un gran reto la solución definitiva a esa situación. Fuera y dentro del país llaman a compartir la responsabilidad del desminado, sobre todo al gobierno de los Estados Unidos, el principal responsable de este flagelo.
En este sentido desde 1993 hasta la fecha, la nación indochina recibe de la Casa Blanca un fondo de 65 millones de dólares para limpiar los campos sembrados de bombas y minas. Ambos países ratificaron ese acuerdo a través de la firma de una memorándum de entendimiento para la cooperación en dicha materia. El documento, entre otras cosas, establece un marco de cooperación humanitaria bilateral a largo plazo entre las dos naciones.
A fin de reducir el tiempo que tomará eliminar las minas y bombas sin explotar en este territorio, organizaciones internacionales y no gubernamentales también cooperan para detener el avance de las consecuencias de los artefactos explosivos.
En los últimos años, países como Alemania, Australia, Irlanda, Dinamarca, y Reino Unido, entre otros, y cerca de 40 ONG extranjeras respaldan activamente al país en las tareas de desminado, educación sobre las bombas y minas en la comunidad y asistencia a las víctimas.
Desde el 2004, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) destina al país una asistencia de cinco millones de dólares durante cinco años para concientizar a los menores en Nghe An, Ha Tinh, Quang Binh, Quang Tri, Thua Thien- Hue y Da Nang, las seis provincias centrales más afectadas por los materiales explosivos.
Paralelo a la obra de Renovación, que ha significado sacar al país de la pobreza y convertirlo en una de las principales economías emergentes de Asia, Vietnam ha tenido que dedicar enormes esfuerzos para limpiar los territorios contaminados de minas y bombas.
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Miguel Angel dijo:
1
8 de abril de 2016
06:33:36
Carlos Respondió:
11 de abril de 2016
19:36:57
TOKIN dijo:
2
8 de abril de 2016
17:00:05
Rolando Torres Pérez dijo:
3
9 de abril de 2016
10:37:23
Fernando Gomez dijo:
4
9 de abril de 2016
11:52:12
CARLOS ALBERTO dijo:
5
9 de abril de 2016
12:34:44
humano Respondió:
17 de abril de 2017
16:12:42
ORESTES DE JESUS JORRÍN PADRON dijo:
6
9 de abril de 2016
22:25:53
Mena dijo:
7
10 de abril de 2016
10:27:33
Brandon dijo:
8
11 de abril de 2016
16:28:41
Miguel Angel dijo:
9
12 de abril de 2016
15:41:20
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