En mayo de 1981, Dumitru Dorin Prunariu se convirtió en el primer y único rumano en alcanzar el espacio exterior. Desde entonces ha encaminado su carrera a vincular los conocimientos científico-técnicos con el mundo de la política y la diplomacia.
“En estos momentos estamos buscando nuevos caminos de cooperación rumano-cubano. Hemos entregado varios proyectos a la embajada cubana con sede en Rumanía sobre colaboración científica”, señaló.
En la actualidad se desempeña como vicepresidente del Comité de Relaciones internacionales de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Prunariu realizó su primera visita oficial a Cuba en 1987 en calidad de cosmonauta, por invitación del Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

Quedó impresionado esa vez por la calidad humana del pueblo de la Isla, por su historia y tradiciones. Después de 29 años decidió regresar a Cuba junto a su esposa Crina Prunariu.
En esta ocasión Granma tuvo la oportunidad de dialogar con este ícono de la exploración espacial.
“Participé en un programa de la época que se llamaba Intercosmos y fui entrenado junto al hoy al General Arnaldo Tamayo Méndez, con quien comparto aún un estrecho vínculo de amistad”.
“Era un programa de cooperación entre los países amigos, que se inició con una simple cooperación científica, arribando paso a paso a un programa complejo de vuelos espaciales”.
El miembro de honor de la Academia Rumana y también titular de la Academia Internacional de Astronáutica tenía solamente 17 años cuando ganó el premio republicano del concurso de creaciones técnicas Minitehnicus, que le abrió las puertas de su carrera. Cerca de 11 años más tarde se convertiría en la persona 103 en llegar al cosmos.
“Me gradué de la Facultad de Ingeniería Aeroespacial de la Universidad Politécnica de Bucarest en el año 1976 con la especialización de Ingeniería Aeroespacial y luego trabajé como aprendiz de ingeniero en la Empresa Contructora Aeronáutica (IAR) entre 1976-1977”.
Seleccionado en 1978 para integrar una tripulación internacional, a bordo de una nave Soyuz, tuvo finalmente su oportunidad de volar en 1981 junto al cosmonauta ruso Leonid Popov, a bordo de la Soyuz 40, la última de esta primera serie de naves en el marco del programa internacional.
“Veinte años después del vuelo espacial de Yuri Gagarin tuve la suerte de convertirme en el explorador número 103 del espacio exterior donde estuve siete días, 20 horas y 42 minutos”.
Popov y Prunariu despegaron, rumbo a la estación Salyut 6, el 14 de mayo, y se acoplaron a ella dos días después; allí se reunieron con la quinta tripulación permamente de la estación, los cosmonautas rusos Vladimir Kovalenok y Viktor Savinik, quienes habían llegado, a bordo de la Soyuz T-4, en marzo del mismo año.
De vuelta en Rumanía después de los vuelos espaciales en 1981, Dumitru recibió lo que describe como su honor supremo, el reconocimiento de Héroe de Rumanía. El Gobierno de la Unión Soviética le concedió, además, las órdenes de Héroe de la Unión Soviética y Golden Star para la comisión del primer vuelo espacial exitoso de un ciudadano rumano.
“Desde entonces emprendí un intercambio entre mis conocimientos científico-técnicos y el mundo diplomático. He tenido la oportunidad de emprender habilidades diplomáticas y de negocios”.
“Siempre manteniendo como consigna que encontrar un punto de interés común entre países, como la investigación espacial, a pesar de sus diferencias políticas o económicas posibilita la apertura de una brecha de diálogo y amistad”, concluyó Prunariu.















COMENTAR
yam dijo:
1
8 de enero de 2016
10:18:57
Responder comentario