ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Reuters

ATENAS.—En el poder solo desde enero, el primer ministro griego Alexis Tsipras, quien dimitió el jueves, ha mostrado en dos ocasiones que no teme poner en juego su cargo pasando por las urnas.

Tsipras no tenía muchas más opciones a causa de la división interna en el partido. Los dirigentes del ala más izquierdista de Syriza prometieron, después de la primera votación sobre el acuerdo con la troika, que seguirían apoyando al Gobierno. No es eso lo que ha ocurrido. Desde entonces, y hasta cierto punto era inevitable, han continuado con su rebelión contra todas las nuevas medidas.

Estimando que había cerrado un “ciclo difícil” al aceptar firmar un tercer rescate financiero, hacerlo aprobar en el Parlamento y empezar a aplicar las primeras medidas, el joven dirigente griego de 41 años quiere pedir la opinión de los griegos en unas elecciones anticipadas que se espera sean en septiembre.

El pasado 5 de julio, organizó en ocho días un referéndum sorpresa para consultarlos sobre una versión anterior del plan de ayuda, que incluía medidas de austeridad que desaprobaba. La votación acabó siendo un plebiscito: un 62 % de griegos votó por el no.

Alexis Tsipras, que nunca muestra enfado ni cansancio, espera ahora una victoria clara en las urnas. Sus detractores más virulentos se sitúan en su ala izquierda, que se siente traicionada.

Argumentando con habilidad, después de firmar el plan, que “no había alternativa”, convenció a buena parte de la población, que sobre todo no quería  salir del euro y le reconocía su sinceridad.

Para seguirle los pasos es mejor acostarse tarde. El anuncio de su dimisión este jueves bien temprano fue una excepción. Acostumbra más a comunicados nocturnos o a votaciones de leyes a las cuatro de la mañana.

A pesar del calendario agotador y de las decepciones, Tsipras, elegido el 25 de enero, siempre consigue dar la impresión de que domina la situación.
Y si pocos son los dirigentes europeos que han alabado en público sus méritos, contados son también quienes han considerado que no estaba “a la  altura”, como hizo el expresidente francés Nicolás Sarkozy. Se murmura que en privado la canciller alemana Angela Merkel no escatima los elogios sobre su personalidad.

Comenzó en las Juventudes Comunistas de Grecia, de donde pasó a Synaspismos, un pequeño partido eurocomunista, y con 33 años  fue elegido presidente de la nebulosa de partidos que en el 2008 se convertiría en Syriza.

Su compromiso data de la adolescencia: “Tene­mos que poder elegir en qué momento vamos a clase”, sostenía en un plató de televisión el joven rebelde de 17 años, líder de un movimiento estudiantil.

Nada de corbata, nada de matrimonio, no prestó juramento religioso cuando asumió el cargo. El poder no ha cambiado las maneras de este ingeniero civil que sigue compartiendo su vida con una compañera de instituto. Tienen dos hijos, el pequeño se llama Orfeas y de segundo Ernesto, como el Che Guevara que admira  Tsipras.

En su determinación por defender a Grecia, no tuvo miedo de aliarse, no con otro partido de izquierdas, sino con ANEL, formación muy de derechas liderada por Panos Kammenos, el ministro de Defensa saliente, tan extravertido como púdico parece Tsipras.

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Chacaritas dijo:

21

23 de agosto de 2015

18:37:49


Syriza aprobó maniobras militares en un tratado junto al genocida estado de Israel, y aprobó todos y cada uno de los comunidados y posiciones de la UE en materia internacional, incluída la posición contra la Venezuela Bolivariana. Su política es timorata, socio-liberal y no ha dado marcha atrás a ninguna de las contra-reformas. Todo lo contrario a cualquier valor revolucionario. Saludos.

PEPE dijo:

22

24 de agosto de 2015

13:59:39


Creo que en un principio defendía una posición correcta en el espacio político del reformismo. Pero era un proyecto que dependía del resto de los países y estos son hostiles. Europa vive una euforia neoliberal. La economía es interdependiente y hay que analizar el contexto geopolítico en el que se encuentra Grecia. Si la URSS no existiese, la revolución cubana tampoco triunfaría. Grecia tiene una balanza de pagos muy negativa, tiene dependencia del capital exterior. Al final de la negociación entre Grecia y la comunidad europea, apenas había dinero para pagar las pensiones y ya había corralito. Además la política fiscal de los anteriores gobernantes era un desastre, los ricos no pagan impuestos y llevan el capital para los paraísos fiscales. Grecia es un país muy pobre y no puede aplicar la misma política que Argentina, como dicen algunos comentaristas. Lo ideal sería nacionalizar la banca y expropiar a las grandes compañias y planificar la economía pero necesitaría el apoyo de un país más rico.