BRASILIA.— La reelección de la presidenta Dilma Rousseff en la segunda vuelta de los comicios asegura la sucesión de un proceso de cambios socioeconómicos en Brasil, iniciado hace 12 años por Luiz Inacio Lula da Silva.
Se trata de la consolidación y ampliación por otros cuatro años de los programas sociales como Mi casa, Mi vida, y Bolsa de Familia, y de otras medidas que propiciaron el aumento en un 71 % del salario mínimo y crear 21 millones de puestos de trabajo.
Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), alcanzó 51,64 % de los votos y superó por más de tres millones a su adversario del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Aécio Neves, quien obtuvo un 48,36 %.
Su victoria estuvo precedida de una intensa y reñida campaña electoral, en la cual se registraron momentos lamentables, en los que el nivel no fue muy alto.
Para el exmandatario Lula en las elecciones no se enfrentaron solo dos rivales políticos, sino también dos proyectos tradicionales opuestos: el del PT, que garantiza los avances sociales y el desarrollo; y otro del PSDB que en el pasado causó desempleo y salarios bajos.
Analistas políticos señalaron que esta disputa en el segundo turno fue la más apretada desde 1989, cuando el país volvió a tener elecciones directas para escoger al presidente de la República.
El nuevo mandato que se inicia el 1ro. de enero del 2015 presagia asimismo un camino escabroso debido a la diversidad de agrupaciones que estarán representadas en el congreso nacional.
Entre las prioridades de la reelecta gobernante figura reconstruir su base de apoyo en el parlamento, el cual estará integrado por diputados y senadores de 28 partidos políticos de los 32 registrados ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
El PT logró 70 diputados, 18 menos que los que tiene actualmente, mientras que su principal aliado, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), obtuvo 66 y perdió cinco puestos, de acuerdo con los datos del TSE.
El PSDB consiguió 54 diputados, 10 más que en la anterior elección, mientras el Partido Socialista Brasileño (PSB) alcanzó 34 asientos.
Otras formaciones más pequeñas conquistaron también asientos en el parlamento, lo cual tornará más embarazoso el entendimiento del gobierno en ese escenario.
La jefa de Estado necesitará asimismo del respaldo de una mayoría de legisladores para dar curso a su promesa de impulsar una reforma política, que elimine la financiación de las campañas políticas por los empresarios, garantice más transparencia y mayor participación de la sociedad.
En este sentido, comentaristas alertan sobre la importancia de Rousseff de consolidar la alianza con el PMDB, organización que internamente cuenta con facciones y parlamentarios recelosos con el gobierno del PT.
Diputados de este partido se opusieron el año pasado a las pretensiones de la mandataria de realizar un plebiscito para convocar a una Asamblea Constituyente e impulsar reformas políticas.
Entre otros retos aparece igualmente incentivar la economía, en especial el sector industrial, controlar la inflación y reforzar el combate a la corrupción, con el refuerzo de las instituciones de control y la sanción de una ley que acabe con la impunidad.
La primera mujer en lograr en el 2010 la presidencia del país, prometió elevar la calidad de educación para asegurar la competitividad y lograr disminuir la desigual distribución de las riquezas.
El ambiente político se muestra complejo y difícil, pero no parece impugnable para el PT y la presidenta del país, que a pesar de las dificultades de los 12 últimos años, transformaron a Brasil en la séptima potencia del planeta y en un importante actor en el escenario internacional. (PL)
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Manuel Trujillo Artiles dijo:
1
27 de octubre de 2014
23:21:08
Hector Perdomo dijo:
2
28 de octubre de 2014
09:31:57
Latiguillo dijo:
3
28 de octubre de 2014
14:58:33
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28 de octubre de 2014
16:27:30
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28 de octubre de 2014
19:59:01
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29 de octubre de 2014
00:02:18
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