Los últimos días en Escocia han sido de revelación. Por primera vez, los independentistas están por delante en los sondeos sobre la soberanía de Escocia con vista al referéndum que se celebrará el próximo 18 de septiembre, un hecho que pudiera cambiar la historia de la región.
Aunque la opción de elegir la independencia ha sido manejada abiertamente al menos durante los últimos dos años, por primera vez una encuesta del diario The Sunday Times reflejó que el “Sí” obtendría un 51% de los votos frente al 49% del “No”, sin tener en cuenta a los indecisos, aunque en este sentido también existe una tendencia hacia el independentismo.
Los escoceses acudirán a las urnas para responder a la pregunta “¿Cree usted que Escocia debería ser un país independiente?”. En caso de aprobarse, la nación se independizaría del Reino Unido el 24 de marzo de 2016.
Para reforzar su posición, los independentistas cuentan con la campaña Yes Scotland (Sí Escocia), lanzada el 25 de mayo de 2012. Mientras que sus opositores integran el grupo Better Together (Mejor juntos).
La fuerza principal que respalda a la opción de la soberanía es el primer ministro escocés y líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP, por sus siglas en inglés), Alex Salmond, quién pidió a los “verdaderos escoceses” que se pronunciaran a favor de la soberanía en el referéndum. Para Salmond es momento de tomar el control de su destino.
Ese mismo partido, que busca la independencia del territorio, ganó por abrumadora mayoría las elecciones parlamentarias del año 2011, y a partir de ello se lanzó a la contienda. Junto a él se encuentra el Partido Verde escocés, al igual que la parlamentaria independiente escocesa Margo MacDonald, mientras los laboristas, los conservadores y los liberales democráticos se oponen.
Sobre la intención de los escoceses, según el portal Okinform, “algunos sociólogos opinan que muchos de ellos aspiran a una sociedad más equitativa, justa y saludable tras la independencia. Además, lo tienen todo: petróleo, gas, energías renovables, alimentación ecológica, un gran potencial educativo (varias universidades con fama mundial)”.
Para el sociólogo y politólogo ruso, Pável Kanevski, los partidarios de la separación apelan principalmente a los sentimientos del electorado. “La independencia, la autonomía tiene un aspecto emocional. En este sentido, los que se oponen a la independencia se remiten sobre todo a los costos económicos de la decisión”, explica Kanevski.
¿Qué pasos daría una futura Escocia independiente? De triunfar el “Sí”, el primer ministro escocés quiere declarar el “Día de la Independencia” en marzo de 2016 y convocar las primeras elecciones parlamentarias independientes en mayo.
Sin embargo, expertos aseguran que no son fechas muy realistas, pues se necesitaría llegar a un acuerdo constitucional con el gobierno del Reino Unido y resolver temas más delicados que podrían tomar tiempo como el área de la defensa.
Mientras, en el ámbito financiero, se deberá llegar a un acuerdo sobre la deuda nacional escocesa y el uso de la libra, entre otros temas vitales para el funcionamiento del país.
El gobierno escocés dice que quiere mantener la libra esterlina como moneda de uso en Escocia, aún si el territorio se separa del resto de Reino Unido.
Sostiene que esto beneficiaría a todos, pero los tres principales partidos políticos del Reino Unido –Conservador, Laborista y Liberal-Demócrata– señalan que quien sea que gane los próximos comicios británicos se opondrá a esta medida.
Por su parte, el departamento del Tesoro británico publicó un análisis en el que se delinean varias razones por las que las uniones monetarias —como la que plantean los independentistas— están plagadas de problemas.
Incluso si la independencia fuera alcanzada, existen otros temas como las membresías a la Unión Europea y la OTAN que deberán ser aclaradas.
En cuanto al terreno político, el “No” en el referendo podría significar el fin para el Partido Nacionalista Escocés como una fuerza política dominante.

Según expertos, para entender el punto de vista del gobierno a favor de la independencia habría que analizar el peso de las reservas de petróleo y gas natural del Mar del Norte, o específicamente el impuesto que se aplica a la porción que corresponde a Escocia por su explotación.
Salmond señala que si se destinara un décimo de los ingresos petroleros –alrededor de US $1.600 millones anuales– podría crearse un fondo petrolero similar al que existe en Noruega, y que en cuestión de una generación podría ser una reserva soberana de al menos US $40 mil millones
Contrario a este razonamiento, el “No” sostiene que la explotación ha sido exitosa por los esfuerzos en conjunto y que el respaldo es aún más importante en momentos en que se dificulta extraer las reservas petroleras que quedan.
Aquellos que favorecen el “No” señalan además que los independentistas están basando sus expectativas en las reservas petroleras, que eventualmente se van a agotar.
En este contexto, de ganar la opción integracionista es probable que Londres discuta con Escocia la posibilidad de ceder más poderes al actual Parlamento escocés, opinan algunos analistas.
A propósito, hace unos días en Londres el ministro británico de Economía, George Osborne, anunció que el país propondrá una mayor autonomía para esa región si esta rechaza su independencia en el próximo referéndum.
Osborne adelantó que los principales partidos parlamentarios del Reino Unido consensuaron una transferencia de competencias a Escocia que contempla una “mucho mayor” autonomía para gestionar impuestos y servicios públicos.
Para el primer ministro, David Cameron, un voto favorable a la independencia de Escocia podría menoscabar su posición internacional y poner bajo presión su gobierno.
El Sunday Times asegura que varios ministros creen que Cameron debería dimitir de inmediato como primer ministro si Escocia vota por la independencia y que hay movimientos en el grupo parlamentario para forzar su marcha si se resiste a irse.
Para los escoceses, la supuesta fecha de declaración de independencia propuesta por el primer ministro y líder del SNP para marzo del año 2016 significa algo más. Tiene una fuerte carga histórica para Escocia pues el 24 de marzo del año 1707 se firmó el Acta de Unión con Inglaterra, que supuso el inicio de más de 306 años de dependencia.
La fecha coincide también con un momento simbólico: se cumplen 700 años de la batalla de Bannockburn, la victoria más importante de las tropas escocesas sobre las inglesas en las guerras de independencia.
COMENTAR
Rey dijo:
21
19 de septiembre de 2014
10:31:00
Dilier dijo:
22
19 de septiembre de 2014
17:04:06
MANUEL BETANCOURT BARBIEL dijo:
23
20 de septiembre de 2014
11:05:09
Alex dijo:
24
21 de septiembre de 2014
11:16:58
Responder comentario