Caminar o descansar bajo los árboles y disfrutar de la brisa, aprovechar sus frutos, bañarse en aguas en movimiento mientras se escucha cómo se escurren entre las piedras, y no dudar en saciar la sed con ellas, ya es algo que va quedando en el pasado.
Hoy muchos ríos llegan a ser peligrosos por el grado de contaminación de sus cauces debido a los derrames de industrias, la agricultura, la deforestación, las represas, los residuos domésticos y hasta el cambio climático.

El desarrollo de la minería, los servicios y la industrialización suponen un mayor uso de agua y una gran generación de residuos, muchos de los cuales van a parar a cuencas de ríos; el uso de medios de transporte fluvial es en muchas ocasiones causa de corrupción hídrica y es preciso considerar que las aguas superficiales son en general más vulnerables a la contaminación de origen antropogénico que las subterráneas.
En Cuba existe un plan estratégico de repoblación forestal en una amplia franja de las orillas de los ríos que intenta defender no solo los cauces sino también el suelo que las lluvias escurren y depositan como sedimento indeseable en el fondo. Además, numerosos ríos de montaña se han librado de los desechos dañinos a la fauna acuática, amén de los planes a toda marcha para recuperar los bosques limpiadores, que ocupan ya cerca del 30 % del territorio nacional, y su tendencia es a aumentar como forma de combatir el calentamiento climático.
Lo más grave de la polución fluvial radica en que es un símbolo de la crisis del agua dulce, que amenaza seriamente a todos los continentes, provoca la escasez del líquido y puede llegar a ser causa de guerras entre los países.
Un documento de la World Wildlife Foundation (WWF) muestra que los principales proveedores de agua del mundo están “muriendo” como resultado de la acción negativa del hombre y no es suficiente lo que se hace internacionalmente para proteger las imprescindibles fuentes de la vida.
La contaminación, además, se filtra hacia el manto freático, penetra los acuíferos y constituye un riesgo adicional, fundamentalmente en medio de la miseria de muchos países.
Uno ve en películas de época cómo se empleaba la energía hidráulica de los molinos sin hacer daño y se enfurece al conocer que más de la mitad de los 500 ríos principales del mundo están contaminados o sus cauces bajos se secan gran parte del año debido a la sobreexplotación.
Vea usted, el río Salween nace en el Este del Tíbet, fluye generalmente hacia el Sur por casi 2 400 kilómetros, pasa al Este de Myanmar y desemboca en el Golfo de Martaban del Mar de Andamán en Mawlamyaing. Se le considera el más contaminado del planeta y constituye un verdadero peligro para la salud humana de los habitantes de sus márgenes.

El problema del Danubio, a pesar de los hermosos valses de Strauss, es tan serio que la Comisión Europea exhortó a las naciones que conforman su cuenca abordar de inmediato el tema de su descontaminación, pues su suciedad fue agudizada por los bombardeos de la OTAN en la guerra contra Serbia que desmembró a la antigua Yugoslavia.
En América, el estuario del río La Plata, formado por la unión de los ríos Paraná y Uruguay, está compuesto por aguas sucias, en las cuales se mezclan residuos industriales y domésticos desde hace muchas décadas, a los cuales se añaden los escurrimientos químicos empleados en la agricultura intensiva.
¿Qué decir del río Bravo, el suministrador de aguas a extensas zonas áridas de Estados Unidos y México? Alimenta a tantas represas y acueductos que, siendo frontera natural, se puede cruzar casi sin mojarse los pies en muchos sitios.
El Amazonas y el Orinoco ya llevan disuelto en sus corrientes cantidades del arsénico empleado por los mineros ilegales (garimpeiros) y las empresas que extraen oro de sus arenas y orillas.
Estados Unidos tiene leyes fuertes, pero el Gobierno no puede evitar los derrames en su mayor río, el Misisipi, que hoy casi no es navegable por la fuerte sequía.
Allá, en los glaciares del Himalaya, donde nace, el río Ganges es limpio y puro, pero a medida que avanza por las llanuras indias, la polución lo enferma y lo hace peligroso para la salud cuando vierte sus aguas nada transparentes en el Golfo de Bengala.
Pierde cauce rápidamente el río Indo (Sindh o Sind para afganos y paquistaníes) debido a que su fuente principal está en los glaciares y el cambio climático los reduce a velocidad de crucero.
El sistema fluvial Murray-Darling es uno de los casos de destrucción de su biodiversidad por la introducción de especies exóticas en Australia, mientras el Mekong y su cuenca tienen el problema de la cantidad de arsénico disuelta hasta en los pozos cavados en su entorno, en tanto el Yangtsé, el más largo de Asia, recibe cada año 14 200 toneladas de agua contaminada, según la Academia China de las Ciencias.
Hemos mencionado solamente las corrientes más poderosas, hay muchos más ríos y arroyos en ocasiones con mayor polución que los citados, pero de carácter más local, aunque de mucha importancia para las poblaciones de su cuenca. Con todos, grandes y pequeños, es preciso tomar medidas urgentes porque sin agua limpia los seres humanos no pueden vivir. Simplemente.















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Andres Carbo dijo:
21
26 de mayo de 2014
13:25:23
Tide dijo:
22
26 de mayo de 2014
15:20:02
rosbel dijo:
23
26 de mayo de 2014
15:33:43
Arístides dijo:
24
26 de mayo de 2014
17:50:25
Adriano dijo:
25
27 de mayo de 2014
15:20:51
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