ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
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La convertibilidad del dólar en oro y su protagonismo actual se implantaron en 1944, en la histórica conferencia de Bretton Woods, cuando Estados Unidos poseía cerca de dos tercios de las reservas internacionales del metal. Sin embargo, a comienzos de la década del 70, el presidente Richard Nixon decidió derogar esos acuerdos y desde entonces la moneda se emite a voluntad de la Reserva Federal.

Con una sola decisión de los burócratas de Washington, las billonarias reservas mundiales de esa divisa se pueden convertir en vistosos papeles verdes, aunque el impacto para los propios estadounidenses sería calamitoso. En lugar de ello, se han utilizado estrategias mucho más sutiles para transportar a través del dólar los problemas económicos internos de Estados Unidos, y así compartir los costos de sus cíclicas crisis económicas.

Las continuas devaluaciones de la moneda estadounidense benefician a quien las aplica y dañan a sus socios comerciales. Con esas caídas del dólar, se abaratan las exportaciones norteamericanas y se fortalece su mercado interno. Y no solo eso: a su vez, las reservas internacionales en dólares, que otras naciones tienen, menguan.

Una prerrogativa que utilizan, además, para bloquear a países soberanos que consideran contrarios a sus intereses.

Esa realidad que ha vivido el mundo durante las últimas décadas podría cambiar en un futuro cercano, de acuerdo con la opinión de importantes analistas. El premio Nobel de Economía en el 2011, el estadounidense Thomas Sargent, no descarta que la era del dólar como moneda mundial de comercio pueda llegar a su fin, según dijo a la revista "China Entrepreneur", citada por Russia Today.

Según Sargent, en el futuro todos los gobiernos actuarán con más precaución, pero permitirán a la gente decidir qué moneda de comercio prefieren usar. Si deciden usar una diferente como el yuan chino, por ejemplo, entonces la era del dólar EE.UU. comenzará a terminar, dijo.

Monedas emergentes

Aunque han surgido algunas alternativas como el euro en el Viejo Continente, que en sus inicios dio una dura pelea al dólar, la moneda norteamericana continúa siendo la principal divisa en el comercio mundial y de reserva.

Pero la persistencia de la crisis hipotecaria desatada en Estados Unidos en el 2008 y sus consecuencias sin precedentes en Europa, han empujado a los países emergentes a pensar en soluciones.

Durante los últimos meses se ha comentado mucho sobre la posibilidad de que los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se lancen en una iniciativa de moneda propia, como una vía de escape para tener mayor independencia de las políticas del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, otros dos hijos de Bretton Woods.

Una independencia que no solo afectaría a los cinco países del BRICS, sino al mundo entero.

Las economías de este grupo de naciones representan el 45 % de la fuerza laboral del planeta y en sus manos está más de un quinto del producto interno bruto mundial.

"Es sorprendente lo rápido que ha avanzado la organización, sobre todo, el enorme progreso de los BRICS en el último año. Se acordó crear un banco de desarrollo y la posibilidad de realizar pagos en monedas nacionales sin el uso del dólar", refirió a Ria Novosti Liudmila Símonova, miembro del Consejo Científico de la Comisión rusa para Estudios sobre este bloque de países.

Pero los especialistas también apuntan que todavía les queda un largo camino por re-correr en cuanto a políticas coordinadas para plantar cara al dólar.

El analista internacional Ricardo Dutra Cou-to dos Santos, máster en Seguridad Internacional en el Instituto de Estudios Políticos de París, señala que los BRICS piden un cambio en el orden global financiero, pero no están interesados en cambiar el sistema en sí.

Entiendan que no se puede cambiar todo el sistema financiero internacional con una sola decisión. Esta medida tiene que ser preparada por toda la comunidad internacional. Y no creo que ocurra nada antes del 2020, opina por su parte Símonova.

Solución digital

En los últimos cinco años, la idea de suplantar las monedas físicas, atadas a gobiernos y bancos particulares, por una descentralizada que funcione con principios similares a Internet, ha pasado de ser una locura de amantes de la tecnología a una realidad reconocida por países como Alemania, Singapur y Chipre.

El Bitcoin, como se conoce a la más popular de las monedas virtuales, fue creado en el 2009 por Satoshi Nakamoto, una misteriosa persona o grupo del que no queda rastro, como un sistema monetario anónimo, seguro e independiente de gobiernos, bancos o empresas. Las monedas se crean en computadoras extremadamente potentes y se intercambian a través de la red de forma cifrada.

En algunos lugares como Hong Kong ya se puede incluso cambiar el dinero virtual en cajeros automáticos por monedas locales. Un solo bitcoin está tasado actualmente en cerca de 1 000 dólares.

"No solo es rápido, barato y sencillo. En Bitcoin todo el que participa tiene el mismo poder. No hay banqueros porque no hay bancos. Y no hay bancos porque no son necesarios: la gente puede controlar su propio dinero", le dijo Mike Hearn, desarrollador de Bitcoin Core, a la BBC.

Sus opositores, sin embargo, temen que se pueda utilizar para el lavado de dinero, la especulación y la fuga de capitales. Stephen Kinselia, economista de la Universidad de Limerick, Irlanda, considera que dado que no tiene valor de uso, sino solo de intercambio, el Bitcoin puede tener cualquier precio, y por eso el mercado de esta moneda está permanentemente en una burbuja.

"Esta burbuja se formará y explotará varias veces, creando y destruyendo fortunas en el camino", añade Kinselia.

En relación con las divisas virtuales, el Nobel de economía Thomas Sargent opina que, definitivamente, son una solución si el sistema es estable, ya que tienen más potencial que el oro. "Dado que se trata de una moneda virtual, se necesita un cierto grado de confianza en la sociedad y el ambiente virtual", concluyó.

Entretanto, el dólar continúa su reinado, pero ya son varios los aspirantes para quitarle el trono global que ha mantenido hasta ahora.

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