GUANTÁNAMO.–Ante el coletazo devastador de Melissa, esta provincia ensaya un plan esperanzador, cuyo centro es el área residencial, identificada, a juzgar por lo que dicen las estadísticas, como la que más fuerte ha sentido el golpe del huracán.
Los inmuebles familiares dañados por ese meteoro aquí, sobrepasan los 15 000, hasta ahora. Destructivo golpe, sobre todo para los más de 150 hogares que acabaron en derrumbe completo.
Son, estos últimos, de máxima prioridad en lo que planea el territorio: reconstruirlos con la mayor prontitud posible, afincado en una estrategia que parte de dos variantes; una para las cabeceras municipales, y otra para los sitios rurales; factibles ambas de más rápida ejecución.
Para el primer tipo de casos, asegura Oriennis Díaz Oliva, coordinador del programa de inversiones en la provincia, se optó por aprovechar la asignación de contenedores vacíos y convertirlos en casas; «ya se trabaja en la adaptación», dijo.
En cuatro sitios perimetrales al noreste, centro norte y sudoeste de la ciudad de Guantánamo, ya existen áreas microlocalizadas para la modalidad de vivienda-contenedor, explicó Oriennis; «más adelantado aún va San Antonio del Sur».
La construcción de las moradas totalmente destruidas por el evento hidrometeorológico en zonas rurales, prosiguió Díaz Oliva, será con madera; tendrán 27m2, y cubiertas ligeras. Es otra modalidad de inmuebles que también reduce el tiempo de ejecución.
Oriennis Díaz Oliva detalló que Guantánamo ha recibido tejas de asbesto cemento para la recuperación en marcha, y añadió que la industria local de materiales de la construcción suministrará los áridos y ladrillos necesarios para reconstruir los hogares que sufrieron derrumbes totales.





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