Un laboratorio de Oriente y para Cuba

SANTIAGO DE CUBA.–Cientos de residentes del reparto 30 de Noviembre, de la Ciudad Héroe, pudieron cargar sus dispositivos móviles y de iluminación en la sede principal del Laboratorio Farmacéutico Oriente (LBF), cuyo grupo electrógeno de emergencia, con vitalidad envidiable por el cuidado perenne, brindó esa posibilidad.

«Eso acontece siempre, cuando se cae el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) y ahora, tras la destrucción dejada por el huracán Melissa, dijo a Granma, Clara, una octogenaria que reside muy cerca de la importante institución científica creada por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, y que forma parte de la Organización Superior de Dirección Empresarial BioCubaFarma.

Pero más allá de esa solidaridad innata en los cubanos, hay allí un colectivo que se sabe responsable de grandes misiones y actúa a la altura de cada una de ellas.

Así lo constató este diario, cuando, en breve tiempo tras el paso del huracán, vimos salir desde allí, hacia varias provincias, bolsas con el cloruro de sodio que demanda el Sistema Nacional de Salud. «El huracán no impidió la continuidad del proceso productivo, principalmente de los concentrados de hemodiálisis, imprescindibles para el tratamiento de los pacientes nefróticos», aseguró el ingeniero Jorge Oreste Fernández Batista, director general de la entidad, camino a convertirse en una empresa de alta tecnología.

«Yo estaba descargando harina en Bayamo cuando me convocaron para Santiago, con la tarea de apoyar la distribución de sueros para Villa Clara, Cienfuegos y Matanzas. Aunque lejos de la familia, no me arrepiento de esta labor que realizo desde 1982, que, junto a mis seres queridos y a la Revolución, son lo más importante para mí», comentó –mientras reparaba la rastra– Félix Adonis López Fernández, chofer de TransContenedores Granma.

La mayor parte de los 670 trabajadores asumieron muy rápido sus tareas habituales. «Lo hemos hecho mientras, de forma paralela, creamos las condiciones para asistir a los 80 que resultaron damnificados por Melissa –con ocho derrumbes totales–, convencidos de la importante misión que tenemos para la salud de nuestro pueblo», dijo Isabel Delgado Silega, secretaria del Buró Sindical de la entidad.

CADA SEGUNDO CUENTA

El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de Estados Unidos a Cuba ha incidido de manera sustantiva «en el financiamiento para poder adquirir las materias primas e insumos vitales para elaborar las sales de rehidratación oral, los sueros parenterales y los complejos vitamínicos (como el Nutriforte), todos importantes para tratar, por ejemplo, las arbovirosis que actualmente circulan en el país», detalló Fernández Batista.

Sin embargo, se ha garantizado la presencia de algunas variedades de sueros parenterales de gran volumen, «como el cloruro de sodio de 500 mililitros, dextrosa, metronidazol, agua para inyección, en jornadas de 24 horas, en dos turnos de trabajo», señaló Osmel Torres Vivó, jefe de la Planta de Sueros, Hemodiálisis y Vendas enyesadas.

Fue inevitable que Melissa paralizara la producción por casi un día, «aunque 14 trabajadores permanecimos durante toda la noche y la madrugada, y en la propia mañana del día 29 de octubre comenzamos la recuperación, el 30 arrancamos y el 31 estábamos produciendo y distribuyendo, con un lote de concentrado de hemodiálisis de 3 300 litros», acotó Delgado Silega.

El sábado 1ro. de noviembre ya la producción se duplicaba, «y el domingo fue triplicada, hasta estabilizarnos en dos lotes diarios que ponen en mejores condiciones a los servicios de hemodiálisis de todas las instituciones de Salud del país», enfatizó el Jefe de la Planta de Sueros.

Atendiendo a los procesos tecnológicos, que no se pueden violar para garantizar la calidad de los medicamentos, «desde los meses de agosto y septiembre los volúmenes de producción habían aumentado –aspecto concebido en nuestro plan de reducción de riesgos y vulnerabilidades, con énfasis en la temporada ciclónica–, y eso coadyuvó a esta proeza, imposible sin el incondicional apoyo del colectivo», encomió Jorge Oreste.

El Grupo de Seguridad y Protección fue protagonista en las labores de limpieza e higienización de las distintas áreas, «lo mismo con machetes, que con escobas y otros medios para que nuestra institución restableciera su belleza en ese día 29. Figúrese que la caída de un árbol impedía el acceso principal y hubo que quitarlo, así como reparar el cercado perimetral en tres secciones diferentes», comentó Hermes Maceo Castro.

Hubo daños en las cubiertas de las Plantas de Tabletas y Sueros, en dos almacenes, en el edificio socioadministrativo. «Los vientos afectaron sensiblemente nuestro autoconsumo, sobre todo en los cultivos de plátano, con 3 000 plantas, y en los de coco y guayaba, pero ya tenemos brigadas recuperando esta importante área», aseveró Fernández Batista.

Es así que Raudel Dinza Guerra, preparador de la línea de hemodiálisis, con derrumbe parcial de techo en su vivienda y residente en la comunidad de Sevilla, tuvo que cruzar un río crecido para incorporarse, dada su destreza para elaborar los concentrados y hasta dar mantenimiento a ciertos equipos. Lo hizo, según sus propias palabras, convencido de que el laboratorio no puede parar un segundo, porque cada segundo eso contra la vida y la salud de alguien más.

Igualmente, Elisa Yamira Hechavarría Alcolea –con 39 años en el Laboratorio–: «asumí las tareas de la recuperación tanto en mi casa, que antes había sido derrumbada de manera parcial y ahora hubo inundaciones y pérdidas en la cubierta, y aquí en la recogida de la basura». «Estamos para lo que haga falta, incluso estibar, y eso que yo también fui damnificado», precisó Adrián Alayo Aranda, técnico comercial.

En el aseguramiento de la gestión de la calidad y de la organización del trabajo ha resultado clave Sandra Hechavarría Lafargue, que como directora adjunta apenas duerme, «porque los medicamentos que aquí se producen son imprescindibles para salvar vidas. No puedo dejar de mencionar que nos preparamos para que los efectos de Melissa fueran los menos», confirmó.

Con el mismo ímpetu, tampoco se pierde tiempo en la Planta de Tratamiento de Agua, «donde se prepara la materia prima fundamental para la elaboración de las soluciones parenterales; fíjese si es así que el día 28 estuvimos operando hasta las dos de la tarde», dijo el especialista Edilberto Reyes Velázquez.

«Creo que las fuerzas se nos han multiplicado, a pesar de los problemas personales. Llenar una rastra no es cosa de gente débil, yo tuve el chikungunya, mi casa fue un derrumbe total y aquí estoy. Nosotros somos de Patria o Muerte», expuso Segi Emilio Blez Silveira, estibador y padre de cinco hijos.

Tales proezas, ya cotidianas –pero también decisivas–, hacen del Laboratorio Farmacéutico Oriente un lugar de referencia no solo para salvar vidas, sino para impulsar la economía cubana. Al cierre de septiembre, las ventas netas estaban al 116,8 %, y se crece, con respecto a 2024, en un 32 %, «con ingresos que rondan un 124 %; por lo que la Empresa crece, además, con utilidades por encima de los 17 millones de pesos, y el pasado año solo acumulábamos 4,3. Es por esto que el salario medio ascendió a los 9 000 pesos», argumentó el Director General.

Y estas jornadas, que no cierran, «dado que somos un centro de producción continua, nos comprometen aún más; desde el anonimato aseguramos parte de la vida del país», expresó la ingeniera Milena Carracedo Rigal, jefa del Departamento de Mantenimiento y con 36 años de trabajo en la Empresa. que «con múltiples innovaciones hacemos que todo este gran emporio tecnológico, mi segunda casa, funcione».