No he olvidado cuando el 23 de
enero de 1959 se celebró en La Habana la "Operación Verdad" con
motivo de la campaña internacional contra los fusilamientos; en ese
momento se dieron cita en la capital cientos de representantes de
los medios de comunicación y, en esa ocasión, un periodista mexicano
me comentó:
"Me quedé pasmado con el modo de
hablar de Fidel Castro. Con él, hizo su aparición un hombre
honesto."
A Fidel nadie le inculcó sus
ideas políticas; llegó a ellas como resultado de sus meditaciones,
reflexiones, observación de la realidad, y el análisis de lo que
otros muchos hicieron y pensaron.
Durante años he buscado las
valoraciones emitidas sobre Fidel por destacadas personalidades
internacionales y nacionales de la política, el arte, la educación,
la medicina, el deporte y otras.
Muchas de estas consideraciones
las he recogido de diversas entrevistas que he realizado a lo largo
del proceso revolucionario. Otras las he descubierto en memorias,
discursos y en diferentes trabajos periodísticos. Con ellas, más de
400, he preparado una edición especial de un libro que saldrá a la
luz pública próximamente. Varias de esas opiniones aparecen ahora en
este Suplemento Especial de Granma.
Fidel es una de las figuras de
esta época. Su nombre se repite con admiración en todos los
continentes y en todos los idiomas.
Querido por su pueblo y respetado
por sus enemigos. Es una bandera y un símbolo de la humanidad.
El legendario guerrero de la
Sierra Maestra se ha sembrado en el corazón de los humildes. Se ha
insertado en la historia. Ya está absuelto por la historia.
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personalidades nacionales e internacionales