ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Una de las fotografías de la muestra. Foto: Cortesía de Pedro Simón

Un matrimonio, naturalmente, es mucho más que los órdenes legales, morales e incluso religiosos a los que se somete; y aunque en muchas culturas populares es la celebración máxima del amor, la cúspide para una pareja, también tiene sus fallas y sus flaquezas como cualquier otra institución social.

Sin embargo, pareciese que Alicia Alonso y Pedro Simón son de esos seres que, unidos en el amor, alcanzaron esa felicidad que muchos buscan en un matrimonio y no todos encuentran. Desde esa complicidad llega Umbral Feliz, una exposición fotográfica que honra el aniversario 50 de sus nupcias y revela algunos de los momentos más significativos de su vida en común.

Las 32 piezas de la muestra –abierta al público hasta el 5 de septiembre, de martes a domingo, en el Museo Biblioteca Servando Cabrera (Paseo y 13, Vedado)– nunca fueron pensadas para exhibirse; nacieron de la más transparente intimidad entre dos cómplices amantes y eso engrandece su valor testimonial.

Esas imágenes parten del libro Memorias de un umbral feliz, de la autoría de Pedro Simón, recién publicado en España por la editorial Ediciones Cumbres.

Lo majestuoso de la muestra es su carácter cinematográfico y seductor, ya que por momentos participamos en la complicidad de Alicia y Pedro, olvidando que estamos delante de fotografías. Y es que no parecen haber sido tomadas por una cámara, porque son la manifestación visual del amor, cuando tiene la dicha de habitar en dos almas.

A lo largo de medio siglo, fotógrafos –algunos profesionales, otros desconocidos– capturaron momentos cotidianos, espontáneos y profundamente bellos de esta singular pareja.

Así vemos sus vivencias en España, Italia, México, Moscú, Estados Unidos. Ambos quedaron eternizados en las calles de alguna ciudad europea o en el paisaje de un verano mediterráneo, aunque la belleza de los escenarios pasa a un segundo plano; pues la vista escapa a la complicidad de los abrazos, las miradas y los afectos que nos revelan otra etapa de sus vidas, alejados del ojo público.

Varias fotografías fueron tomadas en la intimidad del hogar y en otras ocasiones, incluso, el lente los sorprendió en las tablas de algún escenario, como si ambos reposaran tras una clase de danza.

A decir de nuestra premio nacional de Literatura, Nancy Morejón, la sonrisa, expresión común en todas las fotografías, es símbolo de una armonía portadora de valores tan necesarios en nuestro tiempo. Ambos «forjaron una suma de bondades no solo para su vida en pareja, sino para brindarle a nuestra cultura esa marca indeleble que todavía hoy estamos disfrutando».

Fue numeroso el público que asistió a la reciente inauguración de la muestra, al cumplirse los 50 años de su unión, iniciada en el lejano 1975.

Allá estuvo Pedro Simón, «los ojos cultos y devotos de Alicia Alonso». Habló más bien poco, quizá porque quiso dejar el protagonismo a las fotografías. Sin embargo, supo agradecer la intención, en cada uno de los presentes, de honrar sus memorias junto a la prima ballerina assoluta.

Cuán grato sería que él, infatigable promotor cultural e investigador, nos sorprendiese con materiales inéditos sobre el universo creativo que ambos compartieron, justo cuando este año se celebra el 105 aniversario del natalicio de la excelsa bailarina.

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Fabriciano dijo:

1

27 de agosto de 2025

08:18:36


Aunque una generación más nueva que la de Alicia, en dos ocasiones estuve, la b Vi en persona Considero que aún no se ha escrito todo lo que debe escribirse de ALICIA ALONSO Gracias por tan maravilloso artículo y FOTOGRAFIA