Ha sido una buena selección de series la armada para proyectar en salas capitalinas durante el Festival de Cine de Verano.
Las palmas se las lleva la que representó la serie–suceso del primer semestre de 2025: Adolescencia, una obra que parece gritarles a los padres con hijos púberes: atención al modo cómo ellos invierten el tiempo, a quienes lastiman o les lastiman, a qué temen, qué desean, cuánto callan en el hogar, y hablan e interaccionan mediante el móvil en redes sociales llenas de manipulación, acoso y odio.
Amargo retrato de nuestro extraño tiempo, y experiencia audiovisual muy cruda, dada la dureza de sus imágenes (pese a que parte de lo registrado, tristemente, ya integra la vida contemporánea), sus cuatro episodios son macizos en su evolución dramática, la dosificación informativa, el dibujo de personajes, interpretaciones y el uso ejemplar del plano–secuencia. Favorables empleos de esa herramienta rindieron, también, las series El colapso y El estudio.
No ha habido una serie, en largo tiempo, que refleje mejor que esta el dolor, la desesperación, la decepción y la fragilidad de un padre cuando debe enfrentar la terrible certeza de que ese hijo adolescente, a quien ni siquiera ha terminado de criar, sucumbió al mal.
El dúctil actor inglés Stephen Graham, alguien convocado por Scorsese y con varias buenas series en su currículo, compone en este atribulado personaje paterno el papel más sobresaliente de su carrera. Resulta digno de estudiar por sus colegas, en virtud de su diapasón de registros, fuerza dramática, dominio de los tonos.
Owen Cooper, en el rol del vástago, desborda convicción. Siendo alguien tan joven, es realmente impresionante su alcance interpretativo en el episodio tres, cuando lo interroga la sicóloga.
Ambos, Graham y Cooper, merecerían todos los premios de actuación del año en televisión, solamente por sus escenas compartidas de aflicción, al cierre del primer capítulo.
Otra miniserie recomendable es el drama sicológico social danés de seis episodios Los secretos que ocultamos, también proyectada en el Festival de Verano, junto con el desbalanceado thriller estadounidense de conspiraciones Día Cero. Ambos fueron comentados en nuestra sección recientemente.
Steven Moffat, creador con las credenciales de haber encabezado por buen tiempo la mundialmente seguida serie de ciencia–ficción Doctor Who, y Sherlock –la mejor y más personal adaptación serial contemporánea de la obra de Arthur Conan Doyle–, es el hombre detrás de Desde dentro, una miniserie de la cadena inglesa BBC, que también puede verse dentro de la programación planificada.
Aunque incorpore no pocos ecos de otras obras, y sus bastante caprichosas interconexiones propuestas terminen tambaleándose, el argumento resulta atractivo, tanto como apreciar en pantalla a dos actores del calibre del estadounidense Stanley Tucci y del escocés David Tennant, célebre por protagonizar algunas de las más citadas series británicas de este siglo.
Además, integra la programación del Festival la serie Ripley. Procurado por Spielberg para el guion de La lista de Schindler, y por Scorsese para los de Pandillas de Nueva York y El irlandés, Steven Zaillian es el creador de The Night Of –serie de HBO inscrita dentro de lo más depurado del género negro cercano–, y de Ripley.
Esta serie –la más reciente adaptación audiovisual de la novela de Patricia Highsmith, El talento de Mr. Ripley, varias veces llevada a la pantalla– destaca por la calidad de la fotografía en blanco y negro de Robert Elswitt (Oscar por Petróleo sangriento) y por la asunción del personaje central por Andrew Scott. Rara avis del formato, es un meritorio estudio de personaje, y a la vez una pieza de sutilezas y detalles, la cual muestra todos sus encantos a su debido tiempo.
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