Santiago de Cuba.– Colmadas de actividades, son ya cinco las jornadas que lleva ganadas –para alegría y orgullo de esta tierra, y de todos los que lo hacen posible– el Festival del Caribe, convocatoria que ininterrumpidamente llega a su 44 edición; pero nadie pondría en dudas que es el Desfile de la Serpiente –efectuado el pasado sábado– el espacio de mayor despliegue del festejo, a juzgar por la concurrencia de participantes y espectadores.
Para quienes lo viven año tras año, la parada es la concreción de una expectativa en que se reúne, en una sola estampa, la confluencia cultural del Caribe, marcada por sus puntos comunes y por su diversidad. Los conjuntos –congas, grupos portadores, proyectos de las casas de cultura, entre otros–, junto al chispeante colorido de sus atuendos y rostros, contemplan a hombres y mujeres de varias generaciones, desde niños pequeños hasta ancianos que no renuncian a su festividad, ni a perderse los instantes cenitales de su Fiesta del Fuego, tal como también, y tan bien, se le llama al Festival.
Para quienes jamás lo han visto, el feliz desbordamiento –que cuesta mirar sin asombro– es una revelación caribeña y santiaguera, constancia de «lo real maravilloso» que abunda en estas tierras y del que nos advirtiera sabiamente Carpentier.
Hasta el céntrico parque Céspedes llegaron los bailes y espectáculos que vinieron mostrándose desde la Plaza de Marte, en la cual arrancó el desfile. Allí se ofrecieron reconocimientos a agrupaciones y delegaciones en sus connotados aniversarios. El destacado músico Elito Revé, líder de la agrupación Elito Revé y su Charangón, fue distinguido como Miembro de Honor de la Casa del Caribe, institución que promueve el Festival, y que dirige el infatigable Orlando Vergés.
Manifestaciones culturales de Curazao, país invitado al Festival; de Colombia, Haití, Venezuela, República Dominicana, por solo citar algunos de sus países, y de Cuba, se desplazaron y se «mezclaron» hacia el final de la calle, para dar espacio a los siguientes participantes del desfile.
El Festival, con acciones que ya son historia en esta edición, se aprecia por todas partes. La fiesta se despliega en exposiciones, muestras culinarias y de cine, encuentros de grupos portadores de tradiciones, conciertos, talleres, peñas y homenajes a festividades religiosas. Este domingo, se disfrutó la gala dedicada a Curazao, en el Complejo Cultural Heredia. Ayer concluyó el Coloquio Internacional El Caribe que nos une. En la Casa del Caribe y en El Cobre tuvieron lugar homenajes a la rebeldía esclava.
A los afrodescendientes colombianos estará dedicado el 45 Festival del Caribe. La delegación del hermano país, que encabezan Mario Fidel Rodríguez, diplomático encargado de la Embajada de Colombia en Cuba; la senadora Gloria Inés Flórez Schneider; y Carmen Meléndez, fundadora de la Escuela de Danzas Folclóricas Palma Africana y la Corporación de Actores del Carnaval de Barranquilla, ha expresado su honda satisfacción por la invitación y por este evento que permite que Colombia mire hacia el Caribe y se asuma como caribeña.
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