ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Hart diseñó una convocatoria tan generosa e inclusiva como la que Fidel había dejado en sus Palabras a los intelectuales. Foto: roberto salas

Tuve el privilegio extraordinario de trabajar muy cerca de Armando Hart en el Ministerio de Cultura. Un brillante intelectual, hondamente martiano y fidelista, un pensador, un humanista. «Un verdadero fundador», al decir del Presidente Díaz-Canel.

Lector voraz, estudioso apasionado de la historia de Cuba y de la obra de aquellos que prefiguraron la nación desde los libros y las aulas, Hart estaba convencido de que, si ignoramos nuestro itinerario histórico y cultural, quedamos a la intemperie, sin brújula ni asideros. Esa fue una de sus lecciones más trascendentes: tenemos que conocer a fondo qué somos y de dónde venimos, aferrarnos a ese rico legado y utilizarlo para vencer los retos actuales.  

Otras de sus lecciones se derivan de la misión primordial del Ministerio de Cultura en los primeros años: restablecer el diálogo franco y transparente con los creadores para rectificar los errores cometidos durante la etapa que Ambrosio Fornet bautizó como «quinquenio gris», cuando gente mediocre y dogmática traicionó la política fidelista, dañó la unidad de nuestro movimiento intelectual y artístico e impuso medidas absurdas y excluyentes, nacidas del sectarismo, la homofobia, de los más oscuros prejuicios anticulturales. Y también de la ignorancia.

Hart diseñó entonces una convocatoria tan generosa e inclusiva como la que Fidel nos había dejado en sus Palabras a los intelectuales, y pudo así restañar las heridas provocadas por aquel «quinquenio». 

«Quizá nunca se haya escuchado en nuestro medio un suspiro de alivio tan unánime como el que se produjo ante las pantallas de los televisores la tarde del 30 de noviembre de 1976 cuando, en la sesión de clausura de la anpp se anunció que iba a crearse un Ministerio de Cultura y que el Ministro sería Armando Hart», recordó años después el propio Ambrosio.

«Creo que Hart ni siquiera esperó a tomar posesión del cargo para empezar a reunirse con la gente (continuó). Viejos y jóvenes. Militantes y no militantes. No preguntó si a uno le gustaban los Matamoros o los Beatles, si apreciaba más la pintura realista que la abstracta, si prefería la fresa al chocolate o viceversa; preguntó si uno estaba dispuesto a trabajar.

«Tuve la impresión de que rápidamente se restablecía la confianza perdida y que el consenso se hacía posible de nuevo. Recuerdo que comentaba con mi amigo Agustín Pi (…) lo sorprendente que resultaba ese repentino cambio de atmósfera, y cuando supuse que iba a hablarme de la impecable trayectoria revolucionaria de Hart o de sus méritos intelectuales, lo oí decir –con un vocabulario que ya en esa época había caído en desuso–: “Es que Hart es una persona decente”».

Era, sin ninguna duda, una persona decente. Limpio de alma, incapaz de una mezquindad, de una bajeza. Jamás habló mal de nadie, ni siquiera de aquellos que pretendieron dañar su imagen y obstaculizar su gestión unitaria. Había hecho suyo desde siempre el mandato de Fidel que nos exige «no mentir jamás ni violar principios éticos». 

En estos tiempos en que los enemigos de la Revolución utilizan a todas horas los discursos de odio y apelan, para dividirnos, a la injuria, al ultraje, a la calumnia, a la infamia; debemos recordar que Hart rechazó invariablemente, de manera radical, toda mezquindad, toda bajeza, todo impulso o pasión que pueda rebajar al ser humano. Su sentido ético acompañó en todo momento su visión política y su lucidez intelectual.

En este aniversario 95 de su natalicio, cuando nos empeñamos en defender día a día la unidad, sigamos aprendiendo de Hart, volvamos sobre sus ensayos y discursos, sobre su ejemplo, sobre su entrega total, definitiva, a la Revolución.

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Fabriciano dijo:

1

13 de junio de 2025

10:24:42


Muchas Hracias ABEL por tan lindo artículo que le ofrecieron el privilegio de escribir por el aniversario 96 de HART GRACIAS HERMOSO ES UNA PENA QUE GRANMA PUBLIQUÉ TAN POCO SOBRE HART QUIZÁS MUCHOS NI LO CONOCEN

Renato Peña dijo:

2

13 de junio de 2025

11:55:57


El artículo de Abel Prieto es de una lucidez sorprendente, el legado de A. Hart ha sido de magnitud, no solo para el pueblo cubano, también para los pueblos latinoamericanos y caribeños.