La poeta y narradora venezolana Esmeralda Torres, de reconocido prestigio en la región, cuenta con el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Mérida 2023; el Diploma de Honor Guillermo Edmundo Chaves en el XIV Concurso Internacional de Cuento Ciudad de Pupiales, el Premio Nacional de Literatura Solar y, entre otros, el de la II Bienal Julián Padrón.
Había recibido, hace dos años, una Mención en la categoría Cuento, del concurso literario Casa de las Américas, por su libro La noche de la casa. Pero en la más reciente edición del certamen se alzó con el Premio Casa de Poesía 2025, por la obra Cuerpo quebrado lumbre. Esmeralda es maestra y promotora de lectura, y en Cumaná, la ciudad en la que reside, ejerce como bibliotecaria. Feliz por el suceso, ofreció estos pormenores de su pensamiento a los lectores de Granma.
–No tenemos idea de cuál es la esencia, el tono, la energía que transmite el cuaderno, con un título que juega con una atrevida sintaxis. ¿Podría adelantarnos algo de la obra, antes de verla publicada por el sello Casa?
–Cuerpo quebrado lumbre aborda temas que ya había tratado antes: el desamparo, la fragilidad de lo humano y la muerte. Por primera vez exploro el tema de la guerra, y este momento apocalíptico que atraviesa la humanidad. El asombro y el horror ante la tragedia de los pueblos africanos que van a morir en el Mediterráneo y el genocidio cometido por Israel contra el pueblo palestino, influyeron en el tono y en la esencia del libro.
«También está presente, y es el hilo que conduce el tema central, la muerte de un personaje que peregrina por el libro desde el principio hasta el fin; una especie de Caronte femenino que, al poetizar acontecimientos de la historia reciente del mundo, nos deja saber la historia propia y su desesperanza».
–Usted había ya concursado en el Casa. ¿Qué significa haber conquistado este premio?
–El Premio Casa de las Américas constituye un referente para los escritores latinoamericanos que escribimos en español; ha sido así a lo largo de toda su trayectoria. Ser distinguidos con este reconocimiento permite promover nuestro trabajo literario, y así poder llegar a más lectores. Es un premio a la firmeza y a la perseverancia del trabajo realizado. Soy una defensora de la importancia de enviar manuscritos a concursos de altísima confiabilidad, como lo es el premio Casa; así lo propongo en los talleres que dicto para escritores en formación, porque es motivador, plantea retos, y el resultado que fuere, nos favorezca o no, nos debe comprometer con una mayor disciplina que fortalezca el trabajo a futuro, en el desarrollo y alcance que nos plantea nuestro oficio.
–En su mensaje al público, el día de la premiación, usted deseó larga vida para la Casa y para el pueblo cubano. ¿Qué debe hacer un premio para tener larga vida?
–Mantener el nivel ético y persistir en la convocatoria, aun cuando las circunstancias sean adversas. Para nadie es un secreto que el pueblo cubano padece el bloqueo más atroz conocido en la historia reciente, y a pesar de esto en contra, que no es poca cosa, ha sabido mantener, con dignidad y prestigio, un premio que estimula y difunde la voz y el trabajo de los creadores de una región tan diversa y desigual como lo es Latinoamérica. El Premio Casa es un orgullo para los hombres y mujeres de este continente y del mundo y de alguna manera, lo consideramos también un poco nuestro; por eso los buenos augurios para este galardón.
–¿Qué puede hacer la poesía para humanizar un poco tanta inhumanidad como la que procura imponerse?
–La poesía puede ser una fuerza poderosa para la construcción de un mundo más diverso, más justo, en el que impere la paz, y donde sea sostenible la convivencia del otro. Así lo propuse en el ensayo que escribí para compartir durante el desarrollo del próximo 35 Festival Internacional de Poesía de Medellín, en el mes de julio de este año.
«La poesía tiene como expresión concreta de sí misma el lenguaje, territorio movedizo incapaz de ser tasado, valorado en otro orden distinto al que su esencia propone. El poema no responde a servilismos que se rindan ante la razón; sin embargo, se mueve con eficiencia en el plano de las emociones, para el deleite y el deslumbramiento de quienes se acercan a ella.
«Como bien dice nuestro amado poeta Gustavo Pereira, “la poesía es fuerza moral, hija pródiga de la conciencia sensible”. Entonces, estoy convencida de que la poesía está llamada, desde la primera línea, a actuar en defensa de la humanidad, y a contribuir a detener la barbarie en marcha. Hemos podido probar que la poesía puede valer de fermento para la acción política y social, dar voz a los oprimidos, denunciar la injusticia y proponer alternativas. Los poetas pueden movilizar a la ciudadanía, inspirar movimientos sociales, y contribuir a la lucha por la transformación de la sociedad».
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Carlos Acosta dijo:
1
2 de junio de 2025
16:51:03
Albania Patiño dijo:
2
3 de junio de 2025
16:22:00
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