ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Presentaciones de la guerrilla en comunidades de la Sierra Maestra Foto: Palacios, Luis Carlos

¿Qué fue la Guerrilla de teatreros antes de ser idea, inquietud compartida, proyecto, mosaico de artistas, promotores y estudiantes; semilla que da buen fruto, capaz de conectar con la comunidad y promover el diálogo a través del arte? A estas y otras interrogantes da respuesta a Granma el Maestro de Juventudes, René Reyes Blázquez, su fundador y director, quien en el marco de la XXIV Edición del Encuentro Internacional Primavera Teatral 2025, presentará su libro Con el sol en la frente: treinta años de trabajo comunitario de la Guerrilla de Teatreros.

-¿Qué motivó la documentación de la historia de la Guerrilla de teatreros y cómo se vincula con su trayectoria en el teatro cubano?   

-En 1992, durante el periodo especial, los teatristas bayameses enfrentamos grandes limitaciones económicas que dificultaron nuestras producciones teatrales; sin embargo, decidimos no rendirnos y buscar formas de llevar nuestro trabajo a la gente. Fue así que, como presidente del Consejo provincial de las Artes Escénicas, propuse al Colectivo Teatral Granma realizar un recorrido itinerante por las comunidades de la Sierra Maestra, acercando el arte a las familias campesinas en lugares remotos.

«Así nació este proyecto sociocultural, comunitario e itinerante. Comenzamos por Playa Las Coloradas, un sitio emblemático en la historia de la provincia, por el que desembarcaron los expedicionarios del yate Granma. Partimos con una ilusión romántica, viviendo en campamentos en el monte, como los guerrilleros, sin un itinerario definido, llevando recursos limitados como arroz y frijoles, pero con el firme deseo de llevar el arte a los rincones más apartados».

-¿Cómo fue el proceso de recopilar testimonios para documentar la historia de la Guerrilla, qué encontrará el lector?

- En la introducción de mi libro explico las razones para escribirlo y realizo un estudio detallado del terreno, la geografía y el entorno de la Sierra Maestra, incluyendo la flora, la fauna y las condiciones climáticas. Describo las dificultades del paisaje montañoso y cómo las lluvias intensas a veces nos obligaban a quedarnos en un lado de los ríos. Luego, relato mi experiencia de 12 años documentando los recorridos de la Guerrilla, seleccionando dos etapas claves de mi diario, el primero y el quinto año del proyecto.  

- ¿Alguna anécdota que le haya impactado durante estos recorridos?

-El libro también recopila anécdotas y reflexiones que me marcaron profundamente. Una de ellas es muy breve, pero intensa. Por los caminos de Tierra roja, en Cirujía, Buey Arriba, caminaban una madre y su niña.

«Ambas, ven los pajaritos revolotear y cantar, y la madre dice que los pajaritos están felices porque llega la primavera. Pero la niña le dice que en realidad, los pajaritos están alegres porque viene la Guerrilla de teatreros. Esa pequeña, que después vimos crecer y hacerse mujer, nos hizo entender con sus palabras la esperanza que llevábamos con nuestro trabajo.

«En un recorrido entre Piñonal y Juana, en Bartolomé Masó, un niño llorando quiso acompañarnos, diciendo que había visto los payasos actuar y quería irse con nosotros. Le expliqué que no podía, pero él insistía, hasta que le obsequié un libro como regalo con una dedicatoria. Cuando vio el libro de colores, cambió su semblante y regresó con su familia, dejando atrás la tristeza.

«Años después, en una noche en La Habanita, también comunidad masoense, un joven se acercó y me contó que él guardaba con cariño un regalo que le di en su infancia, y que él protegía con esmero. Me confesó que era aquel niño que quería irse con la Guerrilla. Esa noche el que lloré fui yo», responde René con un nudo en la garganta y los ojos a punto de estallar en lágrimas.

-¿Qué cualidades se requieren para abrazar este tipo de proyectos?

- Para emprender un proyecto como la Guerrilla de teatreros es fundamental poseer ciertas cualidades como ser humano. La televisión Serrana nos hizo un documental Locos de profesión, con el que quedó claro que lo primero que se necesita es un profundo sentido del amor por el arte, por los semejantes y por los niños. Sin esa pasión, no estaríamos dispuestos a enfrentar los sacrificios que implican estas experiencias.

«Uno de los ritos de graduación de sus integrantes, consistía en subir una loma que estaba a 1 223 metros de altura, y entregar un curujey como símbolo de que pertenecía al grupo».

-¿Cómo influye la Guerrilla en eventos culturales cubanos e internacionales?  

-Nuestro proyecto ha sido una referencia a nivel nacional e internacional, contando con la participación de países como Argentina, Canadá, Estados Unidos, España. Gracias a su impacto ha inspirado a otros a desarrollar propuestas similares y a retomar nuestra experiencia, consolidando su importancia en el ámbito cultural y social.
«Este trabajo ha trascendido lo artístico, sirviendo como un puente para promover intercambios comunitarios y culturales entre provincias. Además, fortaleció la comunicación entre campesinos, el Gobierno y las organizaciones, permitiendo que compartieran sus inquietudes. También nos enriquecimos con sus modos de vida y costumbres, integrándolos en las obras para hacer nuestras expresiones más cercanas».

-¿Qué espera aporte el libro a los jóvenes teatristas frente a desafíos como la  mercantilización del arte?

- Espero que este libro invite a una reflexión profunda sobre los desafíos que enfrenta el arte en un contexto de mercantilización. Aunque no ofrece recetas ni instrucciones específicas, busca motivar a quienes lo lean a creer en la posibilidad de lograr cosas con perseverancia y pasión, incluso sin contar con todos los recursos. Crear un proyecto puede ser relativamente sencillo, pero el verdadero reto está en mantenerlo a lo largo del tiempo, enfrentando obstáculos, incomprensiones y dificultades.

«Compartí en estas páginas experiencias que demuestran que, a pesar de esas adversidades, el trabajo que realizamos tiene un valor extraordinario. Recuerdo que en comunidades como Lirio Arriba, un campesino me dijo: "Lo que ustedes hacen tiene un valor incalculable. Eso no lo hace todo el mundo, solo esta Revolución". El legado que espero deje este libro a las futuras generaciones es mostrarles que aunque las circunstancias sean difíciles, siempre debemos buscar las formas para crear, porque siempre hay seres humanos que necesitan del alimento de la cultura».

- ¿Qué diría a quienes califican el teatro callejero o comunitario como «arte menor»?

 - El teatro callejero y comunitario es en realidad una forma muy valiosa y desafiante de hacer teatro. A diferencia de la sala tradicional, en espacios abiertos o bajo la sombra de los árboles, debemos adaptar, inventar y crear un lenguaje que funcione en diversas circunstancias. Con los años se ha demostrado su gran impacto y valor.

«Nuestra propuesta va más allá del teatro convencional, incorporamos magia, payasos, música, coros, pantomimas y espectáculos variados para todo tipo de público y escenarios, siempre ajustando el contenido a las comunidades y valorando profundamente el patrimonio cultural que hemos construido en la Guerrilla».

-Algo que quiera apuntar respecto al libro. ¿Está complacido?

- Edgardo Higinio, como editor, realizó una revisión meticulosa y paciente, y colaboramos estrechamente durante varios días para dar forma al proyecto. Recuerdo que me preguntaba si estaba contento, y yo le respondía: «Me parece que estoy soñando. Nunca imaginé que podría crear algo así».

«Agradezco profundamente el apoyo de los escritores Erwin Caro Infante, Juventina Soler y Luis Carlos Suárez, quienes me brindaron valiosos consejos durante el proceso de crítica. Me siento muy satisfecho por tener la oportunidad de publicar un libro que recoge mis pensamientos y experiencias, un modesto aporte a las futuras generaciones.

«A lo largo de este proyecto, no solo he sido director, sino también padre, artista. Mi hija Yami (Yamisleidis Reyes Beltrán) siempre ha estado a mi lado, y juntos hemos trabajado como una gran familia. A veces, es necesario establecer disciplina y motivar a los más jóvenes a enfrentar desafíos, como cuando cargaba mi mochila y emprendía loma arriba. Por eso, elegí el título Bajamos con el sol en la frente, una metáfora de nuestro esfuerzo y perseverancia».

La Guerrilla de Teatreros, aunque no ha trabajado específicamente para los Premios, sino para promover la cultura y la espiritualidad del ser humano, ha sido merecedora de reconocimientos tanto a nivel comunitario como nacional e internacional. Entre estos destacan el Premio Internacional Somos Patrimonio, otorgado por el Convenio Andrés Bello en Colombia; La utilidad de la virtud, concedido por la Sociedad Cultural José Martí; el Premio Nacional de Cultura Comunitaria; y la categoría de Destacada por el Sindicato de la Cultura. Sin embargo, -a decir de su director- ninguno de estos es equiparable al cariño de los habitantes de la Sierra, con quienes, con una vocación martiana, desea seguir compartiendo su suerte.

Foto: Palacios, Luis Carlos
Foto: Palacios, Luis Carlos
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