Antonio Gades bailaba y el tiempo se suspendía: era su presencia poderosa en la escena, los movimientos de sus brazos, la expresión del rostro, la maestría… pero ese poder imantador se extendió, asimismo, fuera del escenario; porque fue un vanguardista y un revolucionario tanto en su obra artística como en su actitud ante el mundo.
De ello se habló, con profundidad, este jueves, en la presentación del libro Antonio Gades. Arte y Revolución, del periodista, escritor y docente argentino Julio Ferrer; que tuvo lugar en la Casa del Alba Cultural, como parte de las actividades del Festival La huella de España, que se desarrolla en La Habana.
Miguel Cabrera, historiador del Ballet Nacional de Cuba, quien moderó un nutrido panel, en presencia de personalidades como Stella Arauzo, directora artística de la Fundación Antonio Gades, calificó al bailaor español, cuyos restos descansan en el Mausoleo del ii Frente Frank País, como una extraordinaria figura, y recordó su afirmación de que Cuba constituía el puerto de su vida. «Este texto no es un ejercicio literario, sino un acto de fe, de comunión de ideales», dijo Cabrera.
Ferrer comentó que intentó reflejar en esta, la primera biografía completa de Antonio, todas las aristas de quien fue un antifacista, y un hombre comprometido con su tiempo, que creía en la condición humana y en la igualdad de todos. «Era un rebelde y un soñador, y en estos momentos del mundo donde peligra la condición humana, la vida tiene que seguir pariendo figuras como Antonio Gades», afirmó.
Cabrera añadió, citando a Alicia Alonso, que los seres queridos –y los artistas se incluyen entre ellos– solo mueren cuando no se les recuerda, y el arte de Gades sigue vigente. El doctor José Ángel García, quien atendiera al creador durante un prolongado periodo, agregó que era «más gran ser humano que artista, y como artista era grande».
El autor, quien es miembro de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, dijo sentirse honrado de estar nuevamente en la Isla de una «Revolución que tanto le ha dado a la historia de la humanidad. Esta Cuba revolucionaria me ha formado como hombre, le debo a ella y a su pueblo quien soy, y creo que ambos siguen siendo un faro».
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