Matanzas.–Hay una pista muy fácil para distinguir los textos de Ediciones Vigía, un proyecto de la más alta creación artística surgido en 1985. Se trata de la fabricación de libros de forma manufacturada, un proceso ideado de un modo tan original que los hace parecer poéticos.
En la confección de un libro de Vigía se aprovecha todo, hasta lo insospechado: desechos, elementos de la naturaleza como semillas, hojas, tierra, tallos; cartón, papeles de diferentes colores, texturas y gramajes, y materiales diversos que se combinan para configurar el diseño.
El mundo casi mágico de la prestigiosa institución matancera, en el umbral de los 35 años de fundada, fascina, incluso, a los más encumbrados escritores; todos quieren exhibir alguna que otra obra en la singular editorial.
Agustina Ponce Valdés llegó al antiguo caserón colonial que sirve de sede a la casa editorial hace 29 años, y desde 1998 se desempeña como directora, con el desafío de, junto a un pequeño equipo, resguardar su distintivo y esa invariable posición romántica que viene a ser, en definitiva, una herencia legítima de la tradición cultural de la ciudad.
La Feria del Libro que desde hoy tiene lugar en la provincia, y el nuevo aniversario de la casa editora, facilitan el diálogo con la creadora.
–¿Cómo miras a Vigía, retrospectivamente?
–Es ahora mismo la editorial que hace libros a mano más antigua del mundo, un trabajo ininterrumpido a lo largo de 35 años, algo inédito. La distingue además el hecho de entregar 200 copias de cada volumen, cuando otras casas de este tipo apenas llegan a las 50. El creador Rolando Estévez fue capaz de mezclar lo visual con lo teatral, o sea, dos discursos que hacen de Vigía un libro exclusivo, que sorprende al lector con elementos nacidos de su misma ilustración.
–¿A qué atribuyes esa fascinación por hacer libros a mano?
–Son libros que llevan nuestra energía, con una carga de emociones donde, además de las manos, laten el corazón y el espíritu del creador.
–¿Alguien pudiera pensar que Vigía es una editorial para tiempos de pobreza?
–De algún modo lo es, pues le damos utilidad a lo que otros desechan, lo que los demás tiran lo convertimos en obras de arte, demostramos que de lo feo nacen cosas bellas.
–¿Lleva mucho tiempo hacer uno de estos libros?
–Hace unos cuatro años atrás nos dimos cuenta de que si hacíamos dos o tres títulos a la vez era mucho mejor, pues podíamos entregar más libros en menos tiempo. Ahora terminamos dos títulos (400 ejemplares) en un mes.
–¿Qué efecto produce este sitio, tan cerca del río San Juan y en la plaza fundacional de la ciudad?
–Nadie lo describe mejor que la poetisa Fina García Marruz. «Ustedes son monjes renacentistas», esa es la impresión que le causó a ella entrar a este lugar y ver a personas con la mirada fija todo el día en el papel, rasgando, pegando y haciendo trabajos iluminados manualmente con derroche de imaginación y talento.
–¿Qué importancia tiene para ustedes la cortesía que les concede esta Feria del Libro aquí en Matanzas?
–Que el Centro del Libro creyera oportuno dedicar la Feria a los 35 años de Vigía alienta y remarca la fecha festiva de la casa.
–¿Cómo definirías a Ediciones Vigía?
Es luz, y se corresponde con el símbolo editorial, que es un quinqué.
–Este es un centro lleno de experiencias personales. En tu caso, ¿cuánto ha significado ese vínculo de casi 30 años?
–Vigía es mi casa, cuando cierro los ojos sigo pensando en este lugar y cómo hacer mejor las cosas cada día, sin excluir el cuidado del edificio que nos abriga, el más antiguo de la plaza.
–¿Cuánto importa el hecho de que bibliotecas y museos de arte del mundo coleccionen la producción de Vigía?
–Mucho. Vigía tiene inclusive una colección en MoMA, museo de arte moderno situado en Nueva York y considerado uno de los santuarios del arte impresionista y surrealista, con una de las mejores colecciones de obras maestras del mundo. Desde 2005 esa institución comenzó a coleccionar nuestros libros, los primeros del país, y eso lógicamente prestigia a la editorial, a la provincia y a Cuba.
–¿Desafíos de Ediciones Vigía?
–El reto está en no dejarnos vencer aun en las más difíciles condiciones para trabajar, que siempre encontremos la solución para sacar los libros y continuar siendo vigías de la matanceridad.
–Eliseo Diego dijo alguna vez que la belleza no está jamás reñida con la sencillez y la modestia…
–Exacto, aunque nosotros usamos a menudo algo que él mismo nos dijera hace muchos años, durante una visita a la editorial: …les dejo el tiempo/todo el tiempo. Ese legado del poema Testamento lo asumimos como un símbolo para seguir adelante.
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Cerrense dijo:
1
4 de marzo de 2020
13:48:00
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