
«Creo que empecé a bailar desde que me encontraba en el vientre de mi madre. Así de inquieta he sido yo.
«La danza, como acto creativo, requiere de una pureza, de una inocencia esencial. Esto, tanto para bailar como para transmitir el impulso del baile a otros, o crear una frase coreográfica.
«Existimos para crear belleza y, a través de ello, hacer que el mundo y los seres humanos sean un poquito mejores. Nos toca contribuir decididamente a la paz, a la creatividad y al mejoramiento humano.
«En el ballet hay mucha imaginación; y verlo es un bálsamo, un descanso, un reposo mental de todas las preocupaciones, los dolores de cabeza. Y al mismo tiempo, una demostración muy grande de lo que se puede hacer con el cuerpo humano, que es bien complicado. Eso es un gran estimulante, así que no pierdan más tiempo: vayan a disfrutar de una función de ballet.
«Son tantos momentos que me unen a La Habana que me sentiría indefensa si me apartaran súbitamente de ella. La Habana, nuestra Habana, es mi entorno, mi hogar, no me imagino sin ella. Es un orgullo; en ella está la huella de nuestro pasado y la semilla del porvenir.
«Para nosotros, hoy debemos decirlo, el apoyo de la Universidad en nuestros afanes, fue decisivo. Con firmeza habíamos escogido un camino: echar las raíces en nuestra patria; hacer llegar a todos el disfrute estético de nuestro arte, hacerlo comprender y amar por las mayorías.
«Habíamos renunciado a un público por un pueblo y el eco que encontramos entre los estudiantes universitarios fue como un anticipo espléndido a esa flor de la sensibilidad popular, a la frescura y creatividad de las masas.
«En aquella sociedad de los años 50 gran parte del arte era patrimonio de una sola y reducida clase, luego de nuestra Revolución la situación es distinta. A todos se nos plantearon tareas nuevas. Ya no era solamente arraigar el arte entre las masas trabajadoras, era crear y desarrollar los artistas en ellas.
«Tuve la dicha de que el sueño de situar el ballet como una de las expresiones culturales más importantes en la nueva realidad revolucionaria comenzara a cumplirse muy pronto.
«Imagine usted lo que esto representa; una islita pequeña, que heredó el subdesarrollo, con una Escuela reconocida en el mundo entero. Y luego, el hecho de que no es una escuela para una élite, es de todo un pueblo, con profesores y bailarines salidos del seno de ese pueblo y un público amplísimo y diverso. ¡Oiga, eso es algo fabuloso, que no existe en ninguna otra parte, lo puedo asegurar! Ahora bien, la verdad hay que decirla: la Escuela es obra de la Revolución.
«Fidel es un ser excepcional; hizo rápidamente suyas nuestras ideas y las enriqueció. Desde el primer encuentro que sostuve con él, me di cuenta de que Fidel comprendía la importancia de la cultura artística, y particularmente del ballet, para la Revolución.
«Aquí trabajamos por servir a la Patria, por crecer como seres humanos, en medio de grandes dificultades, pero con plena confianza en el futuro.
« ¡Ay, mis zapatillas!, si usted supiera cómo las extraño. Mi vida entera la he pasado bailando.
«Lo que quisiera es que me recuerden..., pero que me recuerden como soy».
Fuentes: Entrevistas concedidas por Alicia Alonso a Marta Rojas, Mario Cremata Ferrán y Pedro de la Hoz.
COMENTAR
Beatriz dijo:
1
18 de octubre de 2019
03:04:15
jose d Garces dijo:
2
18 de octubre de 2019
07:50:31
Alberto Machado Corrales dijo:
3
18 de octubre de 2019
09:33:44
Maji dijo:
4
18 de octubre de 2019
20:33:44
pjmelian dijo:
5
18 de octubre de 2019
21:49:16
Nick Parga dijo:
6
19 de octubre de 2019
13:31:55
Responder comentario