La publicación la pasada semana de los trabajos No hay que temerle al éxito y Gente de Zona arrasa en Viña del Mar. ¿El sonido de una época?, del periodista Michel Hernández y Concesiones, firmado por Alexis Triana, en la página de cultura del diario, muestra a Granma como esa plataforma donde el debate fructífero y oportuno halla un espacio para que las diversas miradas en torno al tema arte-mercado puedan explicitarse.
Sin propiciar en absoluto la proliferación de la banalidad y conscientes de la necesidad de poner sobre el tapete los diversos criterios que se vierten sobre este complejo entramado, Granma, comprometido con los más genuinos valores de la cultura cubana, ofrece en esta ocasión una síntesis de esas opiniones llegadas a nuestras redacciones por medio de correos electrónicos, llamadas telefónicas y cartas a la dirección, además de otras publicadas en la red social Facebook y en nuestra propia página web, donde afloran diversos puntos de vista.
Como expresó José Pedro, uno de los lectores del diario (vía correo electrónico), quien nos pedía poner en el periódico impreso los correos de los periodistas, o que les hiciéramos llegar a uno de ellos el suyo, para poder intercambiar criterios, es esta «una buena manera para mantener vivo en el tiempo un artículo publicado, incluso para implementar la tan soñada réplica y contrarréplica en nuestra prensa».
Sobre la necesidad de un debate centrado en lo nocivo de la vulgaridad en los temas musicales expresó Javier Gómez Sánchez:
«Estoy de acuerdo con que se debe abrir un debate en los medios sobre el reggaetón y la música vulgar en general, y me alegra si esa es la intención, que haya sido Granma el que haya dado el primer paso, al menos en la prensa nacional desde esa perspectiva, porque es el espacio ideal para dar a conocer al pueblo, asumiendo una función cultural, sobre lo que realmente se mueve detrás de esa “industria de la vulgaridad” y todo lo que influye en ella. (…) Si se trata entonces de eso, pues bienvenidos sean los artículos en la prensa nacional sobre estos temas».
Un forista que firma sus palabras como Alarcon expresó:
«A veces sucede que no miramos más allá de nuestras narices y vivimos en un marco estrecho en este caso del arte, es hora de comenzar a ver a un artista completo, con buenas, regulares y no tan buenas canciones, porque esa es la vida, un conjunto de cosas con diferentes matices, buenos para unos y no tan buenos para otros, eso es diversidad, eso es tener la posibilidad de escoger; ahora mismo, no te has puesto a pensar qué sería de ti si vas a una fiesta o reunión de amigos vestida diferente a la medida de la moda, obviamente serías la nota discordante; en este mundo nuestro no se puede vivir indiferente a los convencionalismos, habrá que hacer concesiones si de triunfar se trata.
Resulta que lo clásico muy pocas veces va junto a lo popular».
A esta opinión, Revenge, participante en el debate en nuestra web respondió: «Alarcon, es curioso, que usted defienda la diversidad y al mismo tiempo plantee que todo el mundo tiene que vestir a la moda... no sé, esto es como “pon el tema, que yo voy en contra”».
Sobre la perdurabilidad o no de la música urbana esgrimió JRL:
«Hay que tener en cuenta que el mercado ha promovido la música urbana y que le ha sacado millones, de igual forma hay millones de seres humanos y es muy atrevido afirmar que ese tipo de música es la que va a prevalecer (…), John Lennon no hizo concesiones y es “patrimonio de la humanidad”».
A la presencia de sordideces en la llamada música urbana el forista Michel Vázquez refirió: «Creo que una clave (…) puede ser poder decir cosas diferentes, contar realidades con canciones que también aborden los temas sociales. Se puede hacer la llamada música urbana y dejar de lado la grosería y la humillación de la mujer como simple objeto de deseo sexual».
«Es muy difícil en cualquier campo de la creación artística e intelectual en general, “nadar contracorriente”.
De ahí que casi todos sigan el camino de la concesión y el facilismo. Es “la cultura de lo banal” lo que prefieren las grandes mayorías y es mucho más fácil seguir el camino por donde todo el mundo va», añadió Reynerio.
Sobre la relación entre el talento y las concesiones, apuntó María:
«¿Será que el talento, de haberlo, se engancha a un género que no aporta enseñanza alguna, sino que facilita exteriorizar los sentimientos más salvajes que tiene el ser humano, aportando a los más jóvenes, alternativas para la vida cargadas de irrespeto a sus semejantes, sin tener en cuenta los valores morales y sociales que deben ser compartidos para lograr una convivencia social?».
Y agregó: «Mucho cuidado, por favor, con olvidar a nuestros grandes músicos, quienes pusieron su talento y sentimiento junto a una guitarra a disposición de todos nosotros y del mundo, (…), como tampoco se debería olvidar a todos aquellos que siguen dando muchísimo de nuestra música en muchísimos escenarios extranjeros y con mucha humildad nos brindan su talento».
«La riqueza musical de nuestra Isla es infinita, y claro está que hay que tener en cuenta las nuevas tendencias, pero hacer de lo banal y frívolo lo más popular, no creo», comentó Lily.
«Solo tengo una observación y es que estamos entrando un poco atrasados para afrontar esta enorme corriente de banalización y mercantilismo... Donde se dejan espacios vacíos o se abren puertas de par en par, todo entra, lo bueno y lo malo», apuntó Heriberto.
Para una forista que firma su opinión como La Mulatísima, resultó oportuno enfatizar en el valor ineludible del consumo cultural y la necesidad de continuar educando en el buen gusto:
«Estoy de acuerdo con el tema de la autenticidad, del arraigo, y de la identidad, pero no con el hecho de que se considere que la “masividad” (el solo hecho del término, me molesta) es un pichón con la boca abierta al que hay que darle la comida. Lo que yo creo que hay que desarrollar en la gente es la capacidad de apreciar lo bueno, y el aprendizaje para disfrutarlo a plenitud. Porque si en algo es difícil equivocarse, es en qué cosa es buena y qué otra cosa no. Hace muchos años me enseñaron que el gusto musical entra por “sobresaturación”, y a mi entender, nos sobran lugares sobresaturados de mala música, de muchos géneros, y por eso se reproduce tanto, tanto, que han llegado a deformar el gusto de generaciones enteras».
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javier gómez sánchez dijo:
1
7 de marzo de 2018
06:47:21
Isadora dijo:
2
7 de marzo de 2018
09:34:52
carlosvaradero dijo:
3
7 de marzo de 2018
11:13:14
carlosvaradero dijo:
4
7 de marzo de 2018
16:00:54
Isadora dijo:
5
7 de marzo de 2018
18:02:05
carlosvaradero dijo:
6
8 de marzo de 2018
08:47:09
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