ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Laidi Fernández fue la invitada a Libro a la carta. Foto: Madeleine Sautié Rodríguez

Laidi Fernández de Juan escribe todos los días de su vida. Hoy  hace conscientemente literatura, pero la necesidad de pararse frente a la página en blanco, para espantar cubanas añoranzas data de un tiempo ya lejano, cuando su condición de médico internacionalista la llevó siendo muy joven a las tierras de África. Entonces no sabía que otra vocación, gemela de la que siente por la Medicina, anidaba dentro de sí.

Escribir se le convirtió en una obsesión. Hacía cartas, cartas, cartas… que enviaba usando todas las vías posibles y cuando a los 17 meses pudo venir a Cuba, no podía creer que esa torre de papeles en que se había convertido su cuota de correspondencia fuera el resultado de su escritura. De ella a su vez nacería su primer libro Dolly y otros cuentos africanos, con el que obtendría en 1994 el Premio Pinos Nuevos.

De sus inicios, de lo que ha hecho y de lo que está por venir dio fe la médico–escritora, en la más reciente edición de Libro a la carta, que conduce el periodista y crítico Fernando Rodríguez Sosa, en la librería Fayad Jamís del Centro Histórico de La Habana.

Una decena de títulos firma ya esta autora cuya expresión profunda y espontánea está matizada por toques irónicos y humorísticos, condiciones que sabe aprovechar con resuelta destreza. (No es infrecuente hallar en textos de elogio a colegas suyos, el rayo bromista de su pluma, que rasga divirtiendo, provocando carcajeos reflexivos en quienes la leen o escuchan).

Laidi es autora de una novela, Nadie es profeta, con sello de Ediciones Unión, pero ella es esencialmente cuentista. «La novela tiene un tempo distinto al cuento y yo carezco de esa armonía, de esa tranquilidad para expresarme en esos términos». Sabiéndose cuentista y consciente de que el minicuento no es un cuento más corto, sino otro género, apuesta también por él.  Con este registro obtuvo el primer lugar en el concurso El Dinosaurio, en su edición del 2014.

El presente la atrapa escribiendo crónicas. Notablemente interesada en el entorno social, y asumiendo aquello de que el costumbrista tiene que estar a la vez enamorado y decepcionado de su ambiente, Laidi se entrega a estos enjuiciamientos literarios que ya se le hacen cotidianos. «Ediciones Boloña sacará próximamente mis 100 primeras estampas en el libro La Habana de cada día».

Antologada en varias ocasiones y también antologadora sabe de las complejidades que entraña confeccionar una antología, pero se ha metido de lleno en la faena.  Así ofreció al lector cubano recientemente Sombras nada más. «Para mí era un deber hacer este trabajo que recoge la violencia contra la mujer en la literatura».

La anfitriona de Miércoles de sonrisas, un espacio dedicado al humor que durante cinco años sesionó mensualmente en el Centro Cultural Dulce María Loynaz, del Vedado, prepara ahora un libro que «habla desde la voz de un niño». Ahí están las preocupaciones que embargan a los jóvenes en la contemporaneidad.

Aunque ejerce la crítica literaria, en tanto reseña libros y sabe por donde va la literatura cubana actual, «si escribiera ensayos, serían sobre el humor y si escribiera otra novela, sería de nuevo África». Para Laidi, la poesía es inalcanzable, «nunca me atrevería con ella». Seguirá siendo una «empecinada cuentista y pertinaz estampista».

Ya avanzada la tarde, debe responder las preguntas de cierre que Rodríguez Sosa suele hacer. «¿Que quién soy? Una mujer muy afortunada. ¿Qué quisiera? Seguir escribiendo, ser leída, que la gente se reconozca en mis libros».

Laidi cierra con la lectura de un texto inédito que hace a ratos reír a los presentes. Alguien en el público comenta de sus ocurrencias literarias, también para responder, mientras en el ambiente «revolotean» las paráfrasis  becquerianas a las que alude cuando se le preguntó si volvería a organizar veladas para honrar al humorismo. «No sé —sonríe— tal vez… volverán las risueñas golondrinas».

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Erick Sánchez dijo:

1

6 de junio de 2017

07:32:57


Amiga me alegro que te enfrentes a la página en blanco todos los días, eso es un acto de valentía que te envidio sanamente. Te quiero y te admiro muchísimo, Gracias por escribir. Un abrazo y un saludo a tu bella familia, Erick