En 1987 la primera bailarina Marta García, sólido exponente de la escuela cubana de ballet, celebraba 30 años de vida artística. Visualizando las fechas, hace ahora exactamente también tres décadas de ese acontecimiento.
Entonces fue la primera gran entrevista con la ya famosa bailarina para estas páginas. Luego vendrían numerosos diálogos sobre variados temas, la danza, y la coreografía en primer término.
Si en el escenario Marta era sensibilidad, expresividad y depurada técnica, en el tete a tete mantenía esas cualidades añadiéndole un toque de humor.

Marta y otra primera ballerina, Maria Elena Llorente, se sitúan en la generación que llega al Ballet Nacional de Cuba después de las Cuatro Joyas, Mirta Pla, Josefina Méndez, Loipa Araujo y Aurora Bosch, y cuando la assoluta Alicia Alonso estaba en su esplendor.
No fue óbice para que tuviera una carrera de éxitos, con funciones de gran brillantez, con su fácil giro en las variaciones, sus amplias posibilidades dramáticas, su particular carisma.
Desde que en 1973 fuera ascendida a la categoría de primera bailarina sumó a su repertorio obras de diferentes estilos. Hizo vibrar como la Soledad de Tarde en la siesta, balanceado pas de quatre de Alberto Méndez sobre música de Lecuona, un hito de la coreografía cubana; fue una perfecta Raymonda; estrena Majísimo, coreografiado por Jorge García; es una memorable Adela de La casa de Bernarda Alba, versión de Iván Tenorio; fue la dulce Swanilda en Coppelia; brilló como la Grisi el Gran pas de Quatre y como Kitri, en el pas de deux de Don Quijote, y dio el todo por el todo como la frágil « Giselle»
Por su ductibilidad estilística, coreógrafos como José Pares («Bachx11 =4xA»); Hilda Riveros (Canción de cuna para despertar); Gustavo Herrera (Cecilia Valdés) y Antonio Gades (Bodas de Sangre, donde interpretó a la atormentada Novia) confiaron en ella para estrenar sus piezas en La Habana.

Marta además fue artista invitada de reputadas compañías extranjeras como el Ballet del Teatro de la Opera de Budapest y el Ballet de Bellas Artes de México.
Otra vertiente de su arte fue la coreografía con títulos como Luz de Luna, música de Rachmaninov; «L’addio», música de Chaikovski; En mi Habana, melodías de los cubanos Ignacio Cervantes y Ernesto Lecuona, y mas recientemente Lady Carolina, música de Berlioz, para el Ballet Estable del Teatro Colon, del cual fue directora (2001/2004) junto a su esposo y partenaire, el también primer bailarín Orlando Salgado.
El 4 de julio de 2001 Marta García decidió despedirse de la escena como bailarina, luego de interpretar el rol de Bertha, madre de Giselle, durante una gira del BNC por Venezuela.
Desde 2005 se estableció en Madrid donde fue profesora en el Instituto Superior de Danza Alicia Alonso, adscrito a la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, en el Centro Scaena, dirigido por Carmen Roche, e impartió cursos en el Conservatorio Superior de Danza María de Ávila.
La última estancia de Marta García en La Habana fue de alegrías, inolvidable en muchos sentidos, a pesar de que ya estaba herida de muerte.
Era el 24 Festival Internacional de Ballet de La Habana de 2014 y Marta y Orlando, ya retirados, clausuraron la jornada Fernando Alonso in memoriam, dedicada a rendirle homenaje al célebre maestro en el año del centenario de su nacimiento y después otro gusto, hizo un lanzamiento de su libro autobiográfico Danzar mi vida.
Ahora se ha despedido para siempre y no queda sino volver al titulo de estas líneas, tomado del gran critico inglés Arnold Haskell, aquel que acuñara el término Cuatro Joyas del BNC, y dijera de ella: «…Marta García, una mezzosoprano de la danza, una actriz del ballet, expresiva de pies a cabeza».
La primera bailarina cubana Marta García falleció en la mañana del domingo 29 de enero en un hospital madrileño a los 68 años, víctima de un cáncer de pulmón, y según una nota del diario El País que refiere al director del Instituto de Danza Alicia Alonso, sus restos recibieron honores en el madrileño tanatorio de San Isidro y según sus deseos, serían incinerados.
Sus amigos, los miles de amantes del ballet en Cuba, igualmente le rinden homenaje en celebración de su exitosa carrera. Ovación y Telón para Marta García.












COMENTAR
Responder comentario