Bailar hasta que el cuerpo lo permita

El festival Proelectrónica está creciendo e incluyó un Rave —versión cubana— en su quinta edición. La fiesta tomó durante casi ocho horas las inmediaciones de 1ra. y 70, en La Habana donde el público, los djs y productores celebraron el regreso de la electrónica a la playa. El Rave, como se le conoce en el circuito a los festivales de música electrónica al aire libre, fue la última parada de un evento que acogió en tres escenarios diferentes las propuestas más experimentales de este género y aquellas que hacen bailar  hasta que las piernas lo permitan.

Casi desde finales de 1990 vengo si­guién­dole el rastro a lo que sucede en el mun­do de la música electrónica cubana, tanto en la seductora oscuridad de los clubes como en los grandes festivales. En los álgidos 90 la escena se movía con bastante fuerza en los territorios del underground. Djoy de Cuba y Eddy Gt, entre otros pioneros de la escena bailable del electro, alternaban sus propias mezclas con temas de bandas de rock and roll y rap que dominaban la época. Los djs apenas contaban con la tecnología para reinar con dignidad detrás de las máquinas, pero le sobraban ganas de convertirse en los amos de las fiestas con sus producciones y mezclas. El panorama no ha variado demasiado: los exponentes de esta disciplina aún no dejan de romperse la cabeza para producir su propia música y buscar sitios donde mostrarla al público en las mejores condiciones posibles. Si bien han cambiado algunos espacios don­de podían pinchar su obra, también han nacido otros como Electrorromerías, en las Ro­merías de Mayo, y especialmente Pro­elec­trónica, organizado por la institución cultural PM Recórds y el Instituto Cubano de la Música. Proelectrónica, a pesar de los po­cos años que exhibe en su carta de nacimiento, apunta a convertirse en un evento de relevancia para la escena nacional.

No arengan al público en Ibiza, en De­troit, en Sónar, ni en Creamfields, pero los djs que están sobre el escenario saben que este es su momento y andan dispuestos a sacarle el máximo de partido. Unos pinchan dosis de EDM (electronic dance music); otros le van de frente al techno y al house en su estado más puro. Bajo el cruento sol del mediodía, el público baila y disfruta la tarde en la que los djs se aplican a fondo para mantener la marcha sin pausa. Kike Wolf, Doy de Cuba, Wichy de Vedado son algunas de las figuras claves para el desa­rrollo de esta vertiente en Cuba, que han su­bido al escenario con su afilado don para mover a las masas, aposentado en un repertorio en el que han puesto de manifiesto que, para tener éxito dentro del electro, no se debe perder de vista el sonido de las raíces.

Dicha fórmula sonora —todo sea di­cho— puede ser la vía para que los djs cu­ba­nos encuentren mayor resonancia internacional y atraigan al público y a las disqueras. No es extraño, pues, que cuando un dj incorpora a su propuesta los códigos rítmicos cubanos más distinguibles, despierte la atención de los productores foráneos, como ha sido el caso de Wichy de Vedado. En este sentido, precisemos, Proelectrónica ha abierto una puerta para que los djs, con una obra más rigurosa e interesante, conozcan lo que pasa más allá de  las fronteras locales y se enfrenten a las exigentes di­námicas de los escenarios internacionales.

Ahora bien, en esta edición Pro­elec­tró­nica había apuntado también hacia el ámbito internacional fichando en su line up, entre otros, a los españoles Space Ele­phants. El grupo, formado por un dj y un par de animadores, variante que se utiliza a menudo en­tre las alineaciones con un repertorio orien­tado hacia las pistas, pasaron a ser los jefes del Rave con su contagioso coctel de EDM, que calentó aún más los cuerpos e incrementó el nivel de excitación de los cientos de jóvenes que soportaban las inclemencias del Sol. Lo demás pueden imaginarlo: todos se movían compartiendo el sudor, la euforia y calmando la sed, por un momento, de ser parte de un gran festival de música electrónica que inserte de una vez a Cuba en el circuito mundial y se baile hasta que el cuerpo lo permita.