
Hasta el próximo 17 de enero, el Pabellón Cuba acoge la exposición colectiva Banda ancha, de Nelson Domínguez, quien invitó en esta ocasión a los también Premios Nacionales de Artes Plásticas Roberto Fabelo y Pedro Pablo Oliva, y además a Eduardo Roca (Choco), Flora Fong, Kamyl Bullaudy, Liam Domínguez, Santiago Hermes y Yoandry Cáceres. La muestra fue inaugurada como parte del recién concluido Festival Internacional Jazz Plaza 2015.
Muchas de las piezas, que van desde la pintura hasta la escultura y el grabado, representan el quehacer de estos artistas en los últimos años. Una suerte de pequeños “repertorios” individuales donde predominan las referencias a la música. Específicamente al jazz, si se quiere. De ahí las obras Jazz, de Flora Fong, Jazzeando y A todo jazz, de Kamyl Bullaudy, por ejemplo.
La muestra comprende 30 grabados, ubicados en el túnel a la entrada del Pabellón Cuba, unidos a cerca de 35 piezas en el salón central, y contó con la coordinación de Antonio Cedeño y la curaduría del propio Nelson.
Banda ancha pudiera entenderse entonces como la interpretación personal que sobre la música —el jazz— hizo cada artista en las obras que tratan el tema. Lo que seduce, apasiona y estremece de este género musical, salta a la vista desde las pinceladas y los colores escogidos cuidadosamente (o no) para la ocasión. Porque el jazz puede ser, a la vez, mesura y exceso, y llevarlo a las telas no debe ser empresa fácil.
Imprescindibles resultan también, dentro de la muestra, las obras de Pedro Pablo Oliva, las esculturas de Flora y Choco o las telas de gran formato de Nelson, como Santiago, carnaval de la tierra (2015).
Las casi 65 obras estarán en exhibición hasta mediados de enero próximo en el Pabellón Cuba de la capital, rindiendo homenaje desde las artes visuales cubanas a la música.
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