ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La genética médica cubana enfrenta limitaciones materiales como consecuencia del cerco económico de Estados Unidos. Foto: Lisandra Fariñas Acosta

Si se intenta acceder desde Cuba al catálogo de la empresa Thermofisher para obtener información sobre el AmnioMax-II Complete Medium, un reactivo que se utiliza para el diagnóstico de enfermedades cromosómicas como el síndrome de Down o la Trisomía 13 en el estudio prenatal de las gestantes, de inmediato podrá comprobar que esa información «no está disponible para Cuba», y tampoco puede comprarse desde la Isla directamente a los proveedores.

Apenas es uno de los tantos ejemplos que la doctora Yudelkis Benítez Cordero, especialista de primer grado en Genética Clínica, máster en Atención Integral al Niño y subdirectora a cargo del área de Asistencia Médica del Centro Nacional de Genética Médica, menciona al referirse al impacto que sobre el desarrollo de la genética médica cubana tiene el bloqueo económico, comercial y financiero estadounidense impuesto a la Mayor de las Antillas desde hace casi seis décadas.

La actividad diagnóstica e investigativa de esa institución –donde se lleva a cabo la determinación de más de 120 enfermedades de origen genético– requiere del uso de equipamiento de laboratorio, programas informáticos y reactivos de origen estadounidense, cuya adquisición no es posible o se ve perjudicada como consecuencia del cerco económico contra Cuba, afectando el Programa Nacional de Diagnóstico, Manejo y Prevención de Enfermedades Genéticas y Defectos Congénitos, refirió la especialista.

En el caso específico de los reactivos –sostuvo la entrevistada–, tanto para el laboratorio de biología molecular como para el de citogenética, tienen que adquirirse por terceros países, lo cual demora su llegada y a la vez encarece su costo.

Doctora Yudelkis Benítez Cordero, especialista de primer grado en Genética Clínica. Foto: Lisandra Fariñas Acosta

Según Benítez Cordero, los daños de esta genocida política al interior de la especialidad, se reflejan en la obtención de equipamiento y aditamentos de alta tecnología para el diagnóstico de los errores innatos del metabolismo, un grupo de enfermedades genéticas que pueden producir secuelas importantes como desnutrición, convulsiones, discapacidad intelectual e incluso la muerte. «La mayoría es de fabricación estadounidense o tiene componentes de ese origen, lo cual impide su comercialización en Cuba».

Puntualizó que no se trata solo de conseguir un equipo, sino de la continuidad y sostenibilidad de estos, en tanto los reactivos siguen siendo estadounidenses, tienen software que son rastreados y necesitan asistencia técnica, piezas de repuesto y mantenimiento, prestaciones a las que se nos impide acceder.

Uno de los mayores impactos de esta política extraterritorial, la doctora Benítez Cordero lo coloca en los perjuicios a las familias y pacientes, cuando se dilatan los diagnósticos, porque el sistema de salud se ve imposibilitado de obtener algún reactivo o medio para los mismos.

Mencionó en ese sentido los propios estudios prenatales en la embarazada, una etapa contrarreloj para que la pareja y la familia tome decisiones importantes sobre la gestación.

Sobran las ocasiones en las cuales se ha tenido que acudir a la búsqueda de laboratorios internacionales, que accedan a analizar las muestras. El costo de la ansiedad y angustia de la familia, la presión sobre el sistema de salud al no tener todas las herramientas que ofrecer a la pareja, para que pueda tener un bebé saludable, no es cuantificable, señaló la genetista.

Las afectaciones del bloqueo solamente en el ámbito de la salud pública durante 60 años suman 2 913 000 772

dólares, y un alto costo de sufrimiento para el pueblo cubano. Pese a todas estas limitaciones, obtener una tasa de mortalidad infantil por defectos congénitos durante tres años consecutivos en 0,8, la más baja de la historia del país, es uno de los resultados que más enorgullecen a los trabajadores del Centro Nacional de Genética Médica.

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oscar rodríguez dijo:

1

30 de octubre de 2019

09:09:00


En reiteradas ocasiones he tenido que acceder a los servicios de los laboratorios de genética médica desde Villa Clara para mis dos hijos, como parte de los exámenes diagnóstico de enfermedades del colágeno. El mundo debe conocer el daño que el bloqueo de EE.UU provoca a la población cubana, esa política de odio es altamente nociva a la familia, sometida a limitaciones. Admiro a los profesionales de salud, los cuales tienen que rebasar esos obstáculos a diario para que la vida de sus pacientes no se deteriore.

Lisseth Grana Lee dijo:

2

23 de marzo de 2020

01:08:43


Y esa tecnologia solo puede ser adquirida en USA? Vuelvo y repito lo mismo de siempre...hay que olvidarse de los estados unidos y buscarse otros aliados en el resto del mundo...