TOKIO.- Desde 2012 no obtenía un resultado acorde a la investidura de su título olímpico de ese propio año, en Londres, o a la altura de su corona mundial en 2009. Vinieron entonces críticas y rumores sobre su permanencia en el principal equipo cubano de boxeo. La situación se le tornó más engorrosa al irse sin lauros hace cinco años en Río de Janeiro-2016, pero Roniel Iglesias no cejó en el empeño por recuperar su senda victoriosa.
Tanto esfuerzo fue premiado aquí, al convertirse en el tercer púgil cubano en conquistar tres lauros olímpicos después de bajar del ring triunfador sobe el británico McComark en la final de los 69 kilogramos.
Antes Teófilo Stevenson y Félix Savón alcanzaron, cada uno, la trilogía de preseas doradas, mientras Iglesias suma al bronce de Beijing-2008, los dos pergaminos áureos, el de 2012, y este que acaba de firmar.
«Hubo mucha gente que no lo creía posible, incluso algunos hablaron de retiro, pero la disciplina y consagración a los entrenamientos me dieron la posibilidad de demostrar que yo sí podía», dijo el pinareño.
También las lesiones le pusieron varias trabas, sin embargo, tampoco lo frenaron. «Siempre que apareció una de ellas, redoblaba mis esfuerzos, hacia más énfasis en las partes de la dolencia en busca de una rápida recuperación y no perder horas de entrenamiento», comentó.
Roberto Ramírez, periodista especializado en boxeo, y con amplio recorrido con el equipo nacional, lo ha seguido muy de cerca. «Me emociona mucho esta victoria, ese hombre es un toro entrenando. Recuerdo que antes de la cita londinense tenía problemas en sus hombros, y en la preparación en el exterior, en su propio equipaje, no en el de la delegación, cargaba con pequeñas pesas para hacer su trabajo individual, en aras de fortalecer esos planos musculares».
Habla con pasión de su familia. «Sin ella no hubiera podido superar este difícil periodo, crecerme ante las críticas —las justas y las que no—, motivarme y cuidarme. Mi agradecimiento a mi padrino de religión, Yasiel Sevilla (Mosongo), a mi esposa Lilien y a Lucas Daniel, mi hijo, que se llama así porque son los nombres de mi abuelo y de mi papá, los que me enseñaron a no rendirme. Y ahora ellos son los verdaderos campeones, los que hoy se subieron al cuadrilátero y ganaron esta medalla de oro».
—No hay mejor prueba del regreso de Roniel Iglesias a la cúspide, porque esta competencia fue muy fuerte.
—Fíjense si es así que en el podio me acompañaron el campeón mundial de 2019 y el británico que disputó el cetro conmigo, subtitular del planeta. A ambos tuve que enfrentarlos, consecutivamente, y los vencí.
—¿Qué se puede esperar de tus tres compañeros que siguen en competencia?
—Tres medallas de oro, ahí están dos campeones olímpicos, Julio César la Cruz y Arlen López, excelentes púgiles, y Andy la Cruz no pierde con nadie, está en el momento más alto como boxeador. Con esas credenciales tenemos que esperar grandes victorias.
—¿Será este el final, por lo alto?
—Había dicho que mi entrega al entrenamiento me dio este resultado, ahora mismo, en la forma que me encuentro llegaría a Paris-2024, pero hay que ir paso a paso. Por lo pronto, continuaré y buscaré un puesto en las competencias que se avecinan, incluyendo el campeonato del mundo.
—Vuelve el boxeo a ser el más aportador a una delegación cubana en juegos multideportivos ¿cómo asumen esa responsabilidad?
—Sí, somos el buque insignia de la armada deportiva cubana, pero aquí todo el mundo se ha sumado a esa responsabilidad, se han entregado con todo, los que lograron medallas y los que no. Vivimos un gran ambiente de unidad, de solidaridad entre nosotros, y cuando eso sucede uno se crece, en el ring, en el canotaje o en la lucha, en cualquier deporte. Si Cuba nos convoca, pueden ser fuertes los rivales, de países más desarrollados, pero la pelea es siempre de campana a campana.
jose manuel mayor dijo:
1
3 de agosto de 2021
22:53:29
MUY BUENA ACTUACION DE CUBA, COMO SIEMPRE, SE OLVIDARON DE UNO GRANDE ANGEL HERRERA,SALUDOS