Impresionante. Que otra palabra utilizar para describir la hazaña protagonizada por el luchador greco, Luis Alberto Orta, que, con su medalla de oro, la primera de la delegación cubana, ha desbordado la alegría de un pueblo, que ve en él a un fuera de serie, a un superhéroe que no ha creído en pronósticos ni en nombres.
Lo realizado por este joven, no tiene otro nombre que proeza. Primero venció 5-0 al estadounidense Ildar Hafizov; en cuartos de final al representante del Comité Olímpico Ruso, Sergey Emelyn, campeón del mundo en 2018; y en la semifinal superó ampliamente a Víctor Ciobanu, subcampeón del orbe, por superioridad técnica. Por si fuera poco, en la disputa del oro, logra destronar al japonés Kenichita Fumiro, doble campeón mundial.
Si me preguntan cómo lo consiguió, diría que más allá de su técnica, lo que siempre sobró en este pequeño gigante habanero, fue su entereza y la voluntad para siempre ir para arriba de la candela, sin pensar en quien era el contrario. Con tal disposición, con Orta, el eléctrico de la lucha y de la delegación cubana, había que contar y él no defraudó.
Giampiero Spinelli Spinelli dijo:
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2 de agosto de 2021
16:37:51
Optimus. Stavamo aspettando con grande trepidaziome.