TOKIO.-Filipinas, Serbia, Bermudas y Catar, son las nacionalidades que hasta el momento se han estrenado aquí en lo más alto del podio de premiaciones. Tres de esos pabellones lograron su primera presea dorada en la historia de los Juegos gracias a las actuaciones de sus mujeres.
Hidilyn Díaz, en los 55 kilogramos del levantamiento de pesas, alzó al pueblo filipino hasta la cumbre; a Serbia la coronó, en el taekwondo Milica Mandic (+ 67 kilogramos) y la triatlonista Flora Duffy le dio el alegrón a la isla caribeña. En tanto, los cataríes Ibrahim Elbakh Fares y Essa Barshim Mutaz, pesista uno y saltador de altura el otro, protagonizaron la opera prima de su país en el casillero áureo de los olímpicos.
Aunque ya Puerto Rico había logrado una medalla de oro en citas bajo los cinco aros, Jazmine Camacho entró en la historia boricua de estos escenarios, pues la segunda diadema de Borinquen, la dio la primera de una mujer de esa ínsula y también la primera del atletismo.
Se trató, además, de la redención de esta muchacha que hace cinco años, en Río de Janeiro, tropezó con tres vallas, fue descalificada en semifinales, luego de llegar a esa instancia con el mejor crono, y rompió en un llanto interminable. A cualquier periodista que se le acercaba, solo le decía: Perdón, perdón, yo estaba lista, preparada. La escena del balneario brasileño, de rodilla en la pista, fue dramática, pero la de aquí, la sonrisa iluminó a su lindo Caribe, no solo con su medalla de oro inobjetable, sino, además, con un flamante récord olímpico de 12,26 segundo.
Hasta las cinco de la tarde de este lunes, 75 naciones habían alcanzado al menos una medalla, y 53 de ellas tenían premios de primer lugar.